Guatemalteco fue deportado sin el debido proceso a México y, cuando un juez pidió cuentas, el gobierno dio detalles inexactos
El gobierno de Donald Trump tiene hasta este miércoles para informarle a un juez de Boston qué ha hecho para facilitar el regreso a Estados Unidos de un inmigrante guatemalteco deportado a México, pese a que él había expresado temor a ser enviado a ese país pues en el pasado fue ultrajado y extorsionado allí.
Es un caso que recuerda la expulsión "por error" de Kilmar Ábrego García a la cárcel para terroristas de Nayib Bukele en El Salvador. Y en el que indagamos en documentos de la corte para conocer más a fondo qué sucedió.
El inmigrante guatemalteco, identificado como O.C.G., es uno de los cuatros demandantes de un reclamo contra los Departamentos de Seguridad Nacional (DHS en inglés) y de Justicia (DOJ en inglés). En la demanda aseguró que fue subido a un autobús en Arizona junto con otros 20 hombres y deportado a México, sin saber que se dirigía a ese país y a pesar de que su deportación a Guatemala, su país de origen, había sido suspendida porque un juez de inmigración determinó que allí podía ser perseguido por su orientación sexual.
Fue expulsado a México pese a que también había informado que en ese país había sido secuestrado y violado.
"El juez de inmigración dijo a O.C.G. que no podía ser removido a otro país que no fuese su natal Guatemala, al menos no sin pasos adicionales en el proceso. Esos pasos necesarios y el pedido de ayuda de O.C.G. fueron ignorados. Como resultado, O.C.G. fue entregado en México, que lo envió a Guatemala, donde se esconde hasta el día de hoy", escribió el juez Brian Murhpy el 23 de mayo en un documento en el que pidió al gobierno facilitar su regreso a Estados Unidos.
Murphy detalló que es la segunda vez que la defensa de O.C.G. pide su retorno a Estados Unidos. La primera ocasión no ordenó su regreso porque el gobierno presentó una declaración jurada asegurando que O.C.G. había dicho que no tenía miedo de ser expulsado a México.
Cuando O.C.G. lo refutó y el juez programó el testimonio de un funcionario que confirmara lo expresado en esa declaración jurada, entonces el gobierno reconoció un supuesto "error" en ese documento.
"Los demandados itieron, horas antes del testimonio de un testigo que supuestamente podía corroborar los datos brindados en la declaración jurada que, de hecho, no existía ese testigo (...) Los demandados aparentemente no pudieron encontrar un testigo que apoyara su reclamo de que O.C.G. dijo alguna vez que no tenía temor de ser enviado a México", agregó el documento del juez.
Por eso, falló a favor del inmigrante y pidió facilitar su retorno.
"La única evidencia ante la corte es entonces la afirmación no refutada de O.C.G de que no se le notificó su transferencia a México ni se le dio la oportunidad de explicar por qué podría ser peligroso enviarlo" a ese país, agregó el juez.
Y, aunque el juez pareció conocer el caso de Ábrego García, dejó claro en su decisión que el de O.C.G es menos complicado, ya que no estaba siendo retenido por ningún gobierno extranjero. "En general, este caso no presenta hechos ni circunstancias legales especiales, solo el horror banal de un hombre que fue subido injustamente a un autobús y devuelto a un pais donde supuestamente fue violado y secuestrado", dijo Murphy, nombrado por el expresidente Joe Biden.
El caso de O.C.G: perseguido en Guatemala y secuestrado y ultrajado en México
Los documentos de la corte también ofrecen una cronología sobre la llegada de O.C.G. a Estados Unidos, según fue detallada por su defensa.
O.C.G. huyó de Guatemala tras recibir varias amenazas de muerte por su orientación sexual. En marzo de 2024 llegó a la frontera de Estados Unidos e intentó pedir asilo. Pero tras pasar aproximadamente una semana bajo custodia migratoria, el DHS le informó que sería deportado. Según los documentos judiciales, los agentes le negaron la entrevista de miedo creíble sin darle ninguna explicación y finalmente lo enviaron de vuelta a Guatemala.
Pero como no podía vivir seguro en su país, el hombre volvió a huir rumbo a Estados Unidos y al mes siguiente, en abril de 2024, llegó a México, agregan los documentos de la corte.
Allí, en Iztapalapa, los hombres que supuestamente iban a ayudarlo a llegar a la frontera lo encerraron durante varios días en una habitación, y fue violado. Solo lo soltaron cuando su hermana pagó un rescate por él. De allí consiguió huir y llegar nuevamente a Estados Unidos, en mayo, añaden los documentos.
Una vez en Estados Unidos, O.C.G. volvió a explicar que no era seguro para él vivir en su país, pero los agentes del DHS emitieron una orden para deportarlo a Guatemala. Sin embargo, esta vez lo remitieron a una entrevista con un oficial de asilo, que finalmente, tras demostrar que su miedo era razonable, lo colocó en un un proceso de de 'solo suspensión de deportación' (withholding-only, en inglés) ante un juez de inmigración en Eloy, Arizona.
La deportación de O.C.G a México sin el debido proceso
Cuando le tocó su primera audiencia, en junio de 2024, O.C.G. llegó sin representación legal. El juez le notificó que no era elegible para asilo, por lo que él pidió si podía ser deportado a un país que no fueran Guatemala ni México.
El juez de inmigración que llevó su caso le informó que ya Guatemala había sido designado como el país de deportación, y que no podían deportarlo a México "porque usted es originario de Guatemala”, como puede leerse en el documento de la demanda colectiva presentada por cuatro migrantes contra la istración de Trump.
Sin embargo, aunque México ni siquiera figuraba como país alternativo para ser deportado, el hombre presentó testimonio y documentación sobre todo el daño físico y mental que había sufrido en México. Finalmente, el 19 de febrero de este año, tras escuchar su testimonio y revisar todas las pruebas, el juez le concedió la suspensión de la deportación a Guatemala por las amenazas que recibió allí, narran los documentos judiciales.
Antes de los alegatos finales, el abogado del gobierno pidió al juez que aclarara si México había sido designado como país de deportación, a lo que el juez respondió que no y que ya era demasiado tarde para hacerlo. El juez dio la opción al gobierno de apelar la decisión, pero el abogado de la istración finalmente notificó que renunciaban a ese derecho, agregan los documentos de la corte.
Tras haber obtenido una suspensión de la deportación, el inmigrante fue entonces trasladado al Centro de Detención de Eloy, donde estuvo apenas dos días, ya que un funcionario le dijo que recogiera sus cosas porque iba a ser trasladado sin decirle a dónde.
Según la demanda, lo convencieron para firmar un documento, asegurándole que era para reclamar sus pertenencias. Luego, tras ser sacado del centro, le comunicaron que estaba siendo deportado a México. El inmigrante protestó la decisión e informó que él tenía una protección contra la deportación, pero el agente le dijo que eso ya había expirado. Él pidió hacer una llamada telefónica, pero tampoco se lo permitieron, según el relato que consta en los documentos judiciales.
De esta forma, O.C.G. fue trasladado en autobús a Nogales, México, en donde le hicieron subir a un segundo autobus, conducido por un hombre que parecía según él pertenecer a la Guadia Nacional o las Fuerzas Armadas mexicanas, y que lo trasladó a Tabasco, México.
En Tabasco, O.C.G. y los demás migrantes que fueron trasladados junto con él fueron retenidos en un centro de detención donde se le permitió hacer una llamada telefónica de dos minutos.
Allí le dieron a escoger: o lo trasladaban a otro centro de detención, a varias horas en autobús, donde permanecería detenido durante varios meses para solicitar asilo en México, o lo llevaban a Guatemala, su país de de origen y de donde había huido por no sentirse seguro y el mismo país al que que un juez de inmigración estadounidense lo había protegido de volver.
Finalmente, el migrante tuvo que descartarse por una opción y escogió su país, de acuerdo con el documento de la corte. El 25 de febrero de 2025 fue deportado a Guatemala, donde continúa escondido hasta hoy.
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