Un descuido en la escuela hizo que su hija de 3 años muriera asfixiada. Ella ahora busca ayuda y justicia
Zoe Alessandra, una menor de tres años, y su madre iban felices en camino a su segundo día de clases en el jardín de niños sin saber que ese sería el último día que estarían juntas.
Horas más tarde, Zoe sufrió un accidente en el que perdió la vida.
“La llevé (a la escuela) y ella iba con una sonrisa muy grande. Lo único que me dijo mi hija fue que me amaba mucho y que nunca lo olvidara”, cuenta Mayra Estrada, la madre de Zoe.
La siguiente vez que Estrada vio a su hija, Zoe estaba recostada en el suelo cubierta con una manta azul.
Estrada cuenta que, desde el día del accidente, tanto las autoridades de la escuela como las locales, le han dado diferentes versiones de lo que causó la muerte de su hija el 29 de agosto en Querétaro, México.
Inicialmente, le indicaron que Zoe se atoró con el cordón donde portaba su credencial de la escuela, después le dijeron que se asfixió cuando la bata que llevaba, como parte del uniforme, se atoró en el tobogán del área de juegos.
Un grupo de paramédicos intentó revivir a Zoe, pero ya no pudieron hacer nada por ella. La fiscalía estatal determinó que la causa de la muerte fue ahorcamiento.
Falta de protocolos de seguridad en la escuela
La abogada de Estrada, Cecilia Rueda, explicó que se trató de un descuido, ya que la maestra del grupo de Zoe era nueva y no realizó el conteo de todos los alumnos cuando regresaron al salón de clases después del descanso.
“No la vigilaron. No se dieron cuenta de que la niña no estaba”, cuenta Rueda, quien narra que fue otra empleada de la escuela la que encontró a Zoe momentos después.
Tras el accidente, tanto la directora como la maestra fueron retiradas de sus funciones mientras se realizaban las investigaciones, además colocaron un pequeño altar en honor a Zoe en el área de juegos. La escuela solo estuvo unos días cerrada y después volvió a abrir para que los niños de entre 3 y 5 años regresaran a clases.
Estrada considera que la escuela no está preparada para dar un buen cuidado a los infantes.
"Se supone que es responsabilidad de ellos checar a los niños, porque si un niño corre, se lastima, se cae, ellos no piensan en los peligros que hay en la escuela. Ellos quieren correr, saltar, jugar y ellos (los encargados de la escuela) no los ven".
Además de justicia y esclarecer las circunstancias en las que murió su hija, Estrada busca que este tipo de accidentes no se repita y pide que la escuela cierre sus puertas.
La mujer aún no logra asimilar la pérdida de su hija. “Me cuesta demasiado aceptar que ya no está y que ya no la voy a volver a abrazar”, dice Estrada.
El accidente le ha dejado secuelas psicológicas, por lo que Estrada busca donaciones para poder costear su tratamiento. Si usted desea hacer una aportación, puede comunicarse al número 011 52 44 2136 -2604 para recibir información de cómo puede hacer llegar su ayuda.
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