La poliomielitis no lo privó de tener una vida “normal”; pero cada día lucha con las secuelas de la enfermedad
Gustavo Medina no se deja derrotar por las secuelas de la poliomielitis que lo afectó hace años. A pesar de que la enfermedad deformó sus extremidades y lo mantiene postrado en una silla, Gustavo no pierde el entusiasmo y las ganas de salir adelante.
“Yo siempre he tratado de llevar una vida igual a la de los demás muchachos… siempre socializaba y jugábamos”, dice Medina.
El hombre de 55 años se dedica a vender dulces y cigarros en las calles de Maracaibo, en Venezuela. Las ganancias del pequeño negocio son el sustento de Medina. Este trabajo lo hace sentirse independiente, ya que todo el tiempo necesita ayuda de su hermana para realizar las necesidades más básicas.
Debido a la enfermedad que padeció de niño quedó completamente deformado, por lo cual no puede caminar, además, su cabeza no tiene buena estabilidad, lo que complica aún más su situación.
“A veces me regaña porque me quejo de que no puedo hacer las cosas y él me anima. Él es el más optimista que he conocido porque yo tengo mis manos y mis condiciones y no tengo la fe que tiene él”, cuenta Yoleida Pilona, hermana de Gustavo.
A pesar sus limitaciones, Medina siempre encuentra la motivación para lograr sus sueños: construir una casa más cómoda, con un baño adaptado a sus necesidades y comprarse un televisor.
El hombre le hizo esa promesa a su madre, pero lamentablemente la mujer murió antes de poder ver cumplidos los sueños de Gustavo.
“(Le dije): ‘Mami, yo algún día tengo que ser alguien, para darte lo que tú quieres’ y fue tan desgraciado el destino cuando empecé a trabajar murió, pero ella sabe que siempre vive en mi corazón”, cuenta Medina.
Yasmile Abreu, de la fundación Casa de Luz, una asociación que trata de ayudar a personas vulnerables y en condiciones de pobreza, popularizó en redes sociales la situación de Medina. Desde entonces, han recibido el apoyo de las personas para ayudar a cambiar la vida de Gustavo.
Sin embargo, aún faltan recursos para poder construir el baño que necesita, por lo que su familia y la fundación comparten este número telefónico (011 58 412-803-8601) por, si desea hacer alguna donación, se ponga en o con ellos.
Medina asegura que no se dejará vencer por su condición, ya que piensa que “la discapacidad es mental” y él no se ve a sí mismo como un discapacitado.
Otro caso de ayuda:
