La multaron por tocar la bocina en exceso y ella llevó su caso hasta la Corte Suprema
Susan Porter es una mujer de California que recibió un ticket por tocar la bocina hace seis años durante una manifestación a manera de apoyo. Su caso lo ha llevado a la Corte Suprema al considerar que se violó su derecho a la libre expresión contenido en la Primera Enmienda.
Según registros judiciales, Porter, de 69 años, asistió a una manifestación en 2017 en la oficina del representante republicano Darrell Issa en Vista, California. Al abandonar el lugar, la mujer tocó la bocina de su auto en apoyo a los manifestantes en tres ráfagas, totalizando 14 bocinazos.
Un ayudante del sheriff del condado de San Diego, Kelly Martínez, detuvo a Porter citando la Sección 27001 del Código de Vehículos de California que dice que “el conductor de un vehículo de motor, cuando sea razonablemente necesario para garantizar una operación segura, deberá dar una advertencia audible con su bocina. La bocina no se utilizará de otro modo, excepto como sistema de alarma antirrobo”.
La mujer recordó al diario USA Today que el oficial Martínez le dijo: “'uso ilegal de la bocina' y me puso la multa. Pregunté: '¿Hay una ley para eso?".
Lleva su caso a la Corte Suprema
Porter decidió llevar el asunto hasta la Corte Suprema para presentar una impugnación a la ley de tránsito de California, que prohíbe tocar la bocina, excepto para advertir a otro conductor, lo que, según sus abogados, ha servido como forma de expresión por lo que los pitidos están protegidos por la Primera Enmienda.
“La bocina del coche es el sonido de la democracia en acción", escribieron sus abogados en su apelación.
Aunque parece que rara vez se aplican, existen leyes similares en 41 estados de todo el país, según registros judiciales.
Un ejemplo es la ley de Nueva York que prohíbe a los conductores hacer sonar la bocina de un automóvil para cualquier otra finalidad que no sea una "advertencia razonable". Missouri también advierte a los conductores que utilicen sus bocinas sólo con fines de advertencia.
La Primera Enmienda garantiza la libertad de expresión, de prensa, de reunión, y el derecho de solicitar al gobierno compensación por agravios. La Corte Suprema ha dictaminado repetidamente que el discurso protegido por la Primera Enmienda abarca más que la palabra hablada.
Un ejemplo de la aplicación de una ley similar fue la decisión histórica de 1969. Una mayoría de jueces dictaminó que los estudiantes que llevaban brazaletes negros para protestar contra la guerra de Vietnam participaban en un discurso protegido. Siete años después, el tribunal dijo que las contribuciones a las campañas son una forma de discurso político.
La Coalición de la Primera Enmienda con sede en California se dijo sorprendida al enterarse de las restricciones de bocinas de autos de "sólo advertencia" y el alcance de su existencia en todo el país.
Muchas de esas restricciones, dijo David Loy, director legal de la Coalición de la Primera Enmienda, datan de principios del siglo XX y se promulgaron sin pensar mucho en las implicaciones de la Primera Enmienda.
¿En qué terminó el caso de Porter?
El 7 de abril de 2023, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos se pronunció sobre las cuestiones de la Primera Enmienda planteadas por Porter. Rechazó el argumento de la mujer de que la Sección 27001 apuntaba al discurso político, aplicó un escrutinio intermedio y concluyó que la ley estaba estrictamente diseñada para promover un interés gubernamental sustancial.
“La sección 27001 no establece un trato diferenciado, por ejemplo, bocinas políticas, bocinas ideológicas, bocinas de celebración o bocinas para convocar a un pasajero que comparte el viaje”, escribió la jueza de circuito Michelle T. Friedland.
Un de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos, con sede en San Francisco, se puso del lado del estado en mayo y concluyó que tocar la bocina puede ser una forma de “conducta expresiva”, pero que el interés de California en la seguridad vial justificaba la ley.
En una decisión de dos de esos jueces, el tribunal escribió que había una "inferencia de sentido común" de que la "utilidad de la protesta". El tercer juez discrepó.
Mira también: