La fatiga crónica se puede confundir con depresión: aprende a diferenciar los síntomas
La fatiga crónica es una enfermedad real y podría ser diagnosticada de manera errónea como depresión, ansiedad o angustia.
Cada vez más son los pacientes diagnosticados con depresión y ansiedad, tantos que incluso los padecimientos han sido etiquetados como las enfermedades del siglo.
Sin embargo, algunos de los síntomas podrían ser confundidos con el síndrome de la fatiga crónica (SFC), nombrado científicamente como encefalomielitis miálgica.
De acuerdo con Óscar Prospero García, un investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM, entre 2 y 3 % de la población latinoamericana mayor de 40 años padece SFC. Aunque la gente mayor es quien más la padece, los adolescentes o jóvenes no están exentos.
Las mujeres son más propensas a la enfermedad con una proporción de 2 a 1 frente a los hombres y usualmente el SFC va acompañado de otras enfermedades.
Síntomas del SFC
Según el especialista, los afectados por SFC se sienten agotados como si vivieran en una nube y rara vez salen de casa. Es un padecimiento incapacitante, pero no está incluido dentro de las leyes laborales porque los médicos tienen dificultades para diagnosticarlo.
Los afectados se quejan de dolor articular y muscular, por lo que puede ser confundido con artritis reumatoide. Además, también tienen inflamación en los ganglios linfáticos, lo cual provoca dolor en la garganta como si fuera una infección.
El SFC también se presenta con dolor de cabeza, alteraciones del sueño y poca concentración; síntomas que al estar acompañados de la incapacidad para salir de casa, se confunde con depresión o ansiedad.
Según los criterios médicos los síntomas deben estar presentes durante 6 meses para que un paciente sea diagnosticado con SFC. Sin embargo, los especialistas aseguran que es mucho tiempo y se debe acudir al médico de inmediato o la enfermedad podría prolongarse indefinidamente.
No salir de casa y no tener un diagnóstico correcto puede conducir a los pacientes a la depresión. Además, quienes padecen SFC también suelen ser ansiosos y aprensivos, lo cual tiene consecuencias en el entorno personal, familiar y social.
Tratamiento del SFC
Prospero García asegura que, en caso de tener un diagnóstico adecuado y a tiempo, el tratamiento es relativamente sencillo: terapia psicológica con perfil cognitivo-conductual y ejercicio físico.
La terapia ayuda a las personas a reconocer el padecimiento y el ejercicio ayuda significativamente a la mejora, aunque tengan dolor de articulaciones o muscular.
Si el SFC está ligado a otras enfermedades, como la ansiedad o la depresión, entonces se debe recurrir a un tratamiento psiquiátrico y farmacológico adecuado al paciente.
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