How I Met Your Mother: lo que no se debe hacer [Crítica 9x07]
El último episodio de la temporada 9 de How I Met Your Mother es un fiel representante de la tradición de los “rellenos”, como se le suele decir. Los “capítulos de relleno” son una de las tantas trampas que tiene la industria televisiva para alargar el desarrollo de los acontecimientos. Existen tres formas de hacerlo: una historia paralela por fuera del argumento, los odiosos episodios de refritos y, como en el caso de HIMYM, un pequeño plot centrado en un chiste que se repite circularmente.
¿Esto significa que debemos ser benevolentes con No Questions Asked?, no en lo absoluto. Pese a ser el mejor tipo de historia-relleno dentro de las categorías que enunciamos anteriormente, no deja de ser un episodio aburrido, con humor repetitivo y un pésimo final.
La historia dentro de la historia
El episodio comienza de buena forma con Ted ( Josh Radnor) respetando un pacto de “No preguntes” con Marshall ( Jason Segel), como siempre HIMYM recurre al mise en abyme (la historia dentro de la historia) de forma efectiva. El problema aparece cuando el chiste se repite una y otra vez, despojando a los personajes de su identidad y sometiéndolos al remate. En este caso, el episodio se centra en el mismo gag una y otra, y otra vez, re apareciendo en cada uno de los personajes, lo que vuelve el remate evidente y anticipable.
No se debe hacer esto en una sitcom. Lo que vimos en No Questions Asked son sketches dignos de ser representados en el teatro, pero que en la televisión pierden su efecto. Poco importa si en show de comedia en vivo nos presentan el mismo chiste mil veces; la predisposición del espectador en el teatro es muy diferente a la de la audiencia televisiva. La comedia en vivo acepta el chiste fácil y la repetición, en la TV uno busca la sorpresa y el cambio constante.
Esto no quiere decir que uno no pueda reírse con el ejército de palomas de Barney ( Neil Patrick Harris) o la vida pasada de Robin ( Cobie Smulders), pero desde una visión crítica la serie viene bajando su calidad, transmite la sensación de que todo lo que resta para el final es, en concreto, intrascendente.
Puntaje: 5/10. Un episodio aburrido, con poco avance en la trama central y un final desperdiciado por la insípida actuación de Alyson Hannigan. Lo único rescatable es la mini historia de la habitación maldita.