Las series adictivas tienes cualidades insólitas, únicas en su especie, pues te permiten saltar de género en género y volver a quedarte colgado. No son excluyentes porque su principal gancho es el talento de sus argumentos, gracias al esforzado trabajo de sus guionistas. Esa es, siempre, la clave, lo que hace que, tanto en una serie de intriga policiaca o de fantasía o de espionaje estés atrapado y no pienses más que en sus personajes, y hasta te despiertes de madrugada preguntándote dónde estará ahora esa chica en un día frío y lluvioso… O qué habrá decidido él, al que dejaste en la encrucijada en el último capítulo…