Donald Trump no quiere, Kamala Harris sí, ¿habrá segundo debate entre los candidatos?
Inmediatamente después de finalizar el primer debate entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, el director de comunicaciones de la campaña de la candidata del Partido Demócrata, Brian Fallon, publicó en la red social X, antes Twitter: “Esto estuvo divertido. Hagámoslo de nuevo en octubre”.
El mensaje estaba montado en la convicción del equipo de la vicepresidenta de que había logrado una victoria contundente frente al candidato republicano.
Dos días después, Donald Trump respondió en Truth Social “¡ NO HABRÁ UN TERCER DEBATE!” (así en mayúsculas) contabilizando el debate sostenido en junio con el presidente Joe Biden como el primero y el debate con Harris del martes como el segundo.
Horas después, Harris, en un evento de campaña volvió a plantear el reto. Pero no está claro si ocurrirá ese segundo encuentro.
Trump no quiere volver a debatir
En su mensaje, Trump explica que “cuando un boxeador pierde una pelea, las primeras palabras que salen de su boca son: "QUIERO UNA REVANCHA". Las encuestas muestran claramente que gané el debate contra la camarada Kamala Harris, la candidata de la izquierda radical demócrata, el martes por la noche, y ella inmediatamente pidió un segundo debate”.
Pero a pesar de lo dicho por Trump y sus encuestas imaginarias, la política presidencial no se rige por los mismos convencionalismos que el boxeo.
La mayoría de los expertos y políticos, incluyendo muchos republicanos, han estado de acuerdo en que el debate del martes fue una mala noche para Trump, declarando a Harris como la clara ganadora del debate.
Jen O'Malley Dillon, presidenta de la campaña de Harris, confiada en que la vicepresidenta podría volver a vencer a Trump en una segunda vez, emitió un comunicado declarando que: “ La vicepresidenta Harris está lista para un segundo debate. ¿Lo estará Donald Trump?”.
Una cosa dice Trump y otra piensa su campaña
A pesar de la confianza mostrada por la campaña de Harris, un segundo debate podría representar un riesgo para la candidata demócrata. Su estrategia para sacar a Trump de sus casillas estuvo claramente demostrada en el debate, dándole una nueva oportunidad al equipo de Trump para preparar su candidato para no volver a morder los anzuelos de Harris.
Siguiendo esa lógica, antes de que Trump declarara que no habría un nuevo debate, su equipo parecía estar abierto a la idea.
Uno de sus principales asesores, Jason Miller, dijo a CNN el miércoles que la campaña de Trump ya se había comprometido a un debate en NBC el 25 de septiembre y Lara Trump, copresidenta del Comité Nacional Republicano, dijo que su suegro estaba abierto a otro encuentro.
"Creo que está muy abierto, creo que el pueblo estadounidense merece ver a estas dos personas y escuchar sus ideas", dijo la nuera de Trump a Fox News.
Pero su falta de disciplina podría ser un riesgo demasiado grande para el Trump quien parece no poder evitar responder a menciones negativas sobre sus mitines y el tamaño de sus audiencias, o las burlas de líderes internacionales, o cualquier otra cosa que pueda afectar su imagen, la cuales respondió en el primer debate visiblemente molesto con largas diatribas que saltaban de un tema a otro sin presentar propuestas o soluciones a los problemas planteados.
Los republicanos reconocen que Trump tuvo una noche muy mala
Al tentar a Trump con temas que pueden afectar su imagen, Harris, quien tampoco profundizó en sus propuestas, le hizo perder oportunidades para cuestionarla sobre temas en los que las encuestas aún le dan la ventaja, como la economía y la situación en la frontera.
“ No nos engañemos. Trump tuvo una mala noche”, dijo el analista de Fox News Brit Hume al analizar el debate. "Acabamos de escuchar muchas de las viejas quejas que todos sabemos que no son ganadoras políticamente", añadió el analista.
"Ella estuvo exquisitamente bien preparada, puso trampas y él persiguió a cada conejo por cada agujero en lugar de hablar de las cosas de las que debería haber estado hablando", dijo a ABC el exgobernador republicano de Nueva Jersey Chris Christie, quien ayudó a Trump a prepararse para los debates contra Hillary Clinton en 2016.
Una de las opiniones republicanas más contundentemente negativas sobre el desempeño de Trump en el debate fue la del senador por Carolina del Sur Lyndsey Graham, quien a diferencia de Christie aún se mantiene leal a Trump.
Graham confesó a un grupo de periodistas reunidos en el spin room del Constitution Center en Filadelfia, que le había gritado al televisor al ver como Trump perdía oportunidad tras oportunidad de enfrentar las afirmaciones de Harris.
Más tarde, entrevistado en el pódcast del exestratega republicano Tim Miller, Graham calificó el desempeño de Trump en el debate como un "desastre", agregando que el expresidente no estuvo preparado y que su equipo de debate debería ser despedido, evitando culpar a Trump por su fracaso en el evento.
A pesar de la rotunda negativa de Trump, el jueves en la tarde Harris renovó su invitación a debatir de nuevo. “Hace dos noches, Donald Trump y yo tuvimos nuestro primer debate” escribió la vicepresidenta en X, añadiendo: “Le debemos a los votantes celebrar otro debate”.
¿Aceptará Trump? Es posible, si consideramos que tras la salida de Joe Biden de la carrera por la Casa Blanca, el expresidente había dicho que no iba a debatir con la nueva candidata demócrata y argumentó que el equipo de ella quería cambiar las reglas del encuentro. Pero al final, como vimos, si hubo el careo.
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