Dentro de un parque de diversiones se encuentra la humilde casa de Geneviève Jeanningros, la monja que rompió el protocolo para llorar frente al féretro del papa Francisco. Recorrimos la vivienda y allí encontramos una caja de madera donde la religiosa guarda un "tesoro" que le dejó el pontífice y que solo podrá abrirse cuando ella muera.
Sigue aquí nuestra cobertura especial sobre la muerte del papa Francisco.