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Ciencia y Tecnología

Tu memoria se la debes... ¿a un virus? La explicación es alocada

Publicado 12 May 2020 – 02:03 PM EDT | Actualizado 12 May 2020 – 02:03 PM EDT
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Quizá los virus no son tan malos después de todo, pues una proteína en el cerebro se propaga como cepa y es responsable de la memoria en los humanos.

Aunque existen virus ‘buenos’ que ayudan al funcionamiento del organismo y a fortalecer el sistema inmune, en general son vistos de manera negativa por las consecuencias de su propagación.

Sin embargo, no todos los virus son malos: los recuerdos almacenados en nuestra memoria pueden estar ahí por un proceso similar a cómo se reproducen los virus, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Utah.

Una investigación de Jason Shepherd, profesor de neurobiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, descubrió una asociación entre una proteína en el cerebro llamada 'citoesquelética regulada por actividad' o Arc, por sus siglas en inglés, y los conectores neuronales.

Los procesos de almacenamiento y codificación de memoria en el cerebro se ven afectados a medida que el cuerpo envejece. Las neuronas no son las que se desgastan, sino las conexiones entre ellas llamadas sinapsis.

La investigación de Shepherd descubrió que Arc se almacena en las sinapsis y la ausencia de la proteína está ligada a deficiencias neuronales o mala memoria.

Shepherd realizó pruebas del gen Arc en ratones; aquellos animales que no tenían la proteína eran capaces de aprender, pero lo olvidaban todo. Los ratones no retenían recuerdos más que algunas horas o días. Algo parecido a la memoria a corto plazo.

Mientras estudiaba la asociación, el investigador descubrió que Arc tenía un comportamiento peculiar: la proteína no tenía una síntesis usual, sino se multiplicaba como virus.

Arc ‘infectaba’ a las células cerebrales de una manera parecida al VIH. Estos virus carecen de mecanismos para replicar su ARN, así que refugian en las células para replicar su material genético fusionado con el de ellas.

Una vez refugiados en la célula, los virus crean una capa de proteínas llamada cápside, la cual permite que el virus se propague por más células y llega ileso a ellas.

Así como el VIH viaja protegido por las células, Arc funciona de manera similar pero en el cerebro. La proteína no se aloja en las neuronas, sino en las sinapsis y ese es el proceso que ayuda a almacenar recuerdos.

Según Shepherd, Arc se encuentra en algunos mamíferos, aves y humanos, pero no en peces. Así que la ausencia de la proteína explica la mala memoria de estos animales, aunque sí son capaces de aprender.

El investigador cree que Arc es el resultado de un proceso evolutivo de millones de años y que la proteína inició su reproducción cuando los animales tuvieron que adaptarse a la Tierra hace 350 o 400 millones de años y desarrollaron un cerebro más inteligente.

Un cerebro joven está más expuesto a nuevos aprendizajes y descubrimientos; conforme crece debe consolidar su forma y volverse más hermético. Por eso es más difícil aprender cosas nuevas en una etapa adulta.

Es en este proceso donde Arc se vuelve importante, pues la proteína se encarga de ‘encapsular’ las memorias y resguardarlas en los conectores cerebrales. Según Shepherd, Arc es el intermedio entre el medio ambiente y el cableado del cerebro.

De acuerdo con el investigador, aumentar los niveles de Arc en el cerebro de un ratón adulto causan la reapertura de zonas cerebrales plastificadas críticas durante la infancia, lo cual ayuda a tener nuevos y mejores procesos en el cerebro.

El aumento de Arc también se podría aplicar en humanos, pero tendrían que ser experimentos altamente controlados. El descubrimiento de la proteína tendrá implicaciones médicas importantes pues podrían estudiar su deterioro o su relación con enfermedades como el Alzheimer.

También podrían desarrollarse nuevos tratamientos para deficiencias cognitivas y nuevas investigaciones con otras proteínas responsables del funcionamiento cerebral.

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