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Ciencia y Tecnología

El sonido del lanzamiento de un cohete es capaz de destruir un edificio. Entiende cómo

Publicado 23 Abr 2018 – 09:00 AM EDT | Actualizado 25 Abr 2018 – 05:00 PM EDT
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Si bien el lanzamiento de un cohete es un evento fabuloso, lo cierto es que los científicos que lo organizan necesitan estudiar el proceso detalladamente, pues el sonido que genera puede tener un impacto importante tanto en las personas como en las edificaciones alrededor.

Pongamos por caso el Saturno V, un cohete de 5 motores F-1 construido para la exploración de la Luna que, al despegar el 9 de noviembre de 1967, removió la tierra y hasta ventanas a kilómetros del lugar, algo que dejó atónitos hasta a los mismos expertos. Vamos, pues, a entender cómo es que el sonido del lanzamiento de un cohete es capaz de destruir un edificio o incluso dañar a un ser humano.

¿Por qué es tan poderoso el sonido?

Siempre que se lanza un cohete se produce un sonido muy fuerte, al que ya sabemos porque lo vemos en los videos. Lo que seguramente no sabías es que ese ruido es una onda mecánica que se origina como resultado de la vibración de las moléculas que viajan en ella.

Esta energía —llamada potencia sonora— se define como el empuje del cohete multiplicado por la velocidad de salida y se propaga en el rango de bajas y medias frecuencias, exactamente aquellas que pueden dañar a una persona o destruir un edificio.

El entorno acústico del lanzamiento de cohetes tiene dos etapas:

  1. Sujeción: todos los motores están encendidos, pero los brazos mantienen el cohete en su lugar para que se produzca el empuje.
  2. Despegue: el cohete realmente comienza a volar.

Ambas fases producen una carga dinámica que impacta las instalaciones de lanzamiento, el equipo de apoyo en tierra y hasta edificios del área. Estas ondas de presión van fluctuando hasta crear vibraciones estructurales que se transmiten a través de cualquier edificación o incluso la atmósfera.

Lo que sucede en realidad es que todo se sacude y, si esta vibración es lo suficientemente fuerte como para provocar bajas y medias frecuencias, las probabilidades de causar algún tipo de daño son elevadas.

¿Bases terrestres o marinas?

Después de Saturno V, los científicos propusieron trasladar las bases terrestres hacia el mar y así utilizar el océano como un medio que amortiguara la presión sonora de los lanzamientos. La propuesta consistía en construir una especie de plataforma en el medio del océano a 170 km al sudeste de Cabo Cañaveral y a un poco menos de 56 km al norte de la isla Gran Bahamas.

Sin embargo, la idea no duró mucho porque se estimó que el escape podría crear grandes olas que dañaran la estructura de lanzamiento. Por otra parte, el elevado costo de construcción y los problemas logísticos de la base marina y de estabilidad en las etapas previas al lanzamiento, así como el peligro que planteaban las tormentas, hicieron que se desechara esta solución.

¿Qué soluciones proponen los ingenieros?

Los ingenieros de la NASA saben perfectamente que tanto los edificios donde se ensamblan los vehículos espaciales como aquellos que rodean el momento del lanzamiento serán impactados por la potencia sonora. Por lo tanto, se las ingenian para proponer soluciones que reduzcan este efecto.

En el caso de Saturno V, la solución fue utilizar es de aluminio aislados y fijados a vigas de acero que amortiguaran las presiones acústicas durante el lanzamiento. Pero cuando se trata de cohetes mayores y que generan más potencia, este sonido puede dañar significativamente el cohete y a la tripulación (en caso de haberla), por lo que es obligatorio reducir el ruido a niveles seguros.

Los métodos que se implementan son sistemas de supresión del sonido que normalmente usan grandes volúmenes de agua para amortiguar las ondas sonoras, pues este líquido aumenta la resistencia de las ondas y, por tanto, las ralentiza.De todos modos, la idea de mover los sitios de lanzamiento a alta mar no ha sido descartada del todo, especialmente ahora que la carrera espacial ha alcanzado niveles tan elevados, y se espera que las naves y cohetes sean mucho más grandes que sus predecesores.

Según los científicos, a pesar del costo, esta sería una inversión útil para el futuro, ya que dichas estructuras podrían soportar el lanzamiento de cohetes de varios tamaños sin afectar el entorno circundante o representar una amenaza para las poblaciones y edificaciones de la zona.

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