Los padres activos tienen hijos menos estresados y esta es la razón
En la era digital resulta muy difícil despegar a los chicos de sus gadgets y lograr que salgan a jugar afuera y gasten un poco de energía. Pero según la ciencia, la mejor táctica para lograrlo podría radicar en dar el ejemplo. Un estudio realizado recientemente por Statistics Canadá reveló que los niños que tienen padres activos tienden a realizar más actividades físicas.
Aunque los investigadores fueron claros en que el simple hecho de tener padres más activos no garantiza que el niño será más activo, quedó demostrado que la influencia de los padres activos tiene un impacto directo sobre el estilo de vida de sus hijos. De hecho, cada 20 minutos de actividad física de los padres incrementa entre 5 y 10 minutos el tiempo que gastan energía sus hijos.
Hablando de tiempos, los expertos recomiendan que los niños tengan al menos 60 minutos de ejercicio moderado a intenso cada día. Para los adultos, el Centers for Disease Control & Prevention (CDC por sus siglas en inglés) recomienda al menos 150 minutos de actividad física de moderada a intensa por semana. De manera que si contrastamos esto con los resultados del estudio canadiense, podemos ver que no es tan difícil para los padres activos lograr que sus hijos cumplan con el mínimo de actividad física, si los involucran en sus actividades.
De todas formas el esfuerzo bien vale la pena, ya que los beneficios de tener hijos activos son muchos. Los niños activos crecen con huesos y músculos más fuertes y saludables. El ejercicio ayuda a reducir la grasa y controlar el peso, también previene la aparición de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
El impacto emocional
Está demostrado que la actividad física disminuye los niveles de ansiedad, depresión y estrés, es por esto que tener padres activos beneficia a los hijos en el aspecto emocional y psicológico. Los padres que se ejercitan viven menos estresados y los hijos suelen emular este comportamiento obteniendo los mismos resultados. Además, practicar actividad física juntos fortalece la unión familiar.
A esto hay que sumar que los hijos de padres activos sienten más el apoyo de los progenitores y el interés en que ellos mejoren sus habilidades físicas. Esto tiene un impacto positivo en la autoestima de los chicos, lo cual ayuda a prevenir una serie de barreras y problemas emocionales.
El ejercicio físico también ayuda a eliminar la energía acumulada y por ende mejora los patrones de sueño, lo cual a su vez mejora el estado de ánimo y el humor.
Lo que se puede hacer
El CDC recomienda a los padres diferentes tipos de actividades físicas dependiendo de las demandas físicas de cada niño. Para aquellos niños que tienen un biorritmo más activo se recomienda actividades físicas intensas como ejercicios aeróbicos, correr y deportes como el básquetbol o el balompié. Para aquellos que demandan menos intensidad podría funcionar mejor los ejercicios moderados como ping pong, bádminton, caminar o hacer yoga. Y para aquellos chicos inquietos y curiosos se recomiendan actividades donde puedan explorar y descubrir cosas como son el baile, la bicicleta y las caminatas al aire libre.
También es importante complementar el ejercicio físico con una alimentación adecuada para que los chicos crezcan saludables. Asegúrate de que proveerles alimentos ricos en carbohidratos integrales como los cereales para el desayuno. Así podrán reponer la energía que invierten en sus actividades diarias.
En cualquier caso, los padres activos siempre pueden incidir en la salud física y mental de sus hijos de manera provechosa. Y lo mejor de todo es que los estudios apuntan a que estos patrones saludables tienden a mantenerse más allá de la niñez. Así que agarra la cuerda o los patines y ponte a jugar con tus hijos. ¡Qué se diviertan!
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