Calma los berrinches de tu hijo con una ‘frase mágica’ (dejarás de pelearte y estresarte)
Los nenes de casa son unos hermosos angelitos que alegran cada día el hogar con sus tiernas ocurrencias. Sin embargo, debemos itir que durante los berrinches se transforman radicalmente.
Esto es completamente normal en el desarrollo infantil, especialmente cuando tienen hambre, están cansados o se sienten mal.
¿Cómo calmar un berrinche?
Eso sí, es muy importante que los padres o cuidadores no cedan ante las rabietas, pues con el tiempo perderán autoridad ante los ojos del niño o niña.
Por este motivo, la UNICEF recomienda distraer al pequeño cambiando el foco de atención y aquí es cuando entre la ‘frase mágica’: ‘yo también’.
Cuando el infante hace una petición y no es concebida, entonces empieza el berrinche. Es común que al intentar explicarle porque no puede tener lo que quiere, el comportamiento empeora. No obstante, al mencionar la oración ‘yo también’ se demuestra que hay simpatía por sus deseos y que los adultos están de su lado.
Lo más importante de la empatía es que sirve como una forma de conexión, para que los pequeñines se sientan comprendidos y libres de expresar sus necesidades.
¿Qué se hace después de usar el 'yo también’?
Una vez que el nene sepa que no es el único con ese deseo, el diálogo será muchísimo más fácil. En tal caso se puede optar por distraerlo con una nueva actividad u objeto.
Por ejemplo: si quiere el celular de un adulto para jugar, lo mejor es apartar ese objeto de su vista y ofrecerle un juguete o snack en su lugar.
Otras opciones para calmar berrinches
La segunda opción después de la frase mágica es darle a elegir varias opciones, en caso de que el berrinche sea por una actividad rutinaria o algo que ya estaba dentro de los planes.
Por ejemplo: el niño quiere iniciar un berrinche porque no se quiere bañar, cuando escuche que una figura de autoridad también se debe bañar se dará cuenta de que no es un castigo, sino una rutina.
Por lo tanto, es cuando se le da a elegir: bañarse antes o después del adulto. A veces esto puede ser difícil por los pendientes de los padres o tutores pero tener un acuerdo facilita la realización de tareas —pues no es percibido como imposición y le da al pequeñín la sensación de control.
Es importante evitar conductas autoritarias
Una rabieta se maneja con una voluntad firme y nunca con violencia verbal o física. De acuerdo con los especialistas de la UNICEF, cuando un niño se cría con padres que lo educan en un entorno de dominación o autoritarismo, el nene se familiariza tanto con estas conductas que de grande podría replicar estas actitudes o ser una persona muy sumisa.
Cabe destacar que la violencia no le otorga un verdadero aprendizaje al infante, tan sólo le hace saber cómo evitar el castigo de un adulto en particular, por lo que puede replicar la rabieta con alguien más.
Y no se debe olvidar que la comunicación es un diálogo en el que el niño comparte sus ideas y pensamientos, mientras que el adulto escucha atentamente. No es un momento en que el padre o tutor solamente sermonean al pequeño.
¿Cuáles son tus métodos para calmar los berrinches de tus hijos? Cuéntanos en los comentarios.
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