Jimmy Fallon logró en cuestión de minutos algo que muchos de nosotros hemos deseado desde hace muchísimo tiempo: desbaratarle el peluquín a Donald Trump. El objeto en cuestión es una especie de nido de pájaros perfectamente acomodado.

Quienes seguimos y nos apasiona la política no podemos dejar pasar por alto el último episodio en la saga de Donald Trump y sus metidas de pata. Ayer, mientras visitaba una iglesia de la comunidad afroamericana de Flint, en Michigan, intentó dar un discurso político.

Para los que no lo saben, Black Mirror es una serie británica que se ha destacado por imaginar escenarios inquietantes y/o aterradores, que son lo suficientemente fantásticos como para ser catalogados como ciencia ficción (o ficción especulativa) pero también bastante cercanos y familiares como para hacernos pensar que estamos nada más que a un avance tecnológico o un hecho fortuito de distancia para que sucedan realmente.

Estamos exactamente a dos meses de conocer quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos, y por muchas campañas que veamos en contra de Donald Trump, él continúa siendo quien lidera las encuestas de opinión.

El camino que llevó a Donald Trump a ser el actual candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos es sinuoso y enigmático; diversos fenómenos jugaron su papel para que esto sucediera, diferentes manifestaciones sociales y culturales influyeron, pero no cabe duda que su presencia mediática y su exposición pública fueron importantes, tal vez más que sus peripecias como empresario, heredero y multimillonario.

Hace unas semanas el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, insistía en que ni él ni sus seguidores son racistas. Lo que es evidentemente falso. No solo tomando en cuenta que algunos de sus más infames seguidores son actuales líderes o antiguos líderes de organizaciones de odio como el Ku Klux Klan. También la actitud y lenguaje del resto de sus seguidores es profundamente racista.