¿Comes carne roja? Otro estudio la relaciona con un incremento en la mortalidad. Prueba estas alternativas

El nuevo estudio indica que un incremento de media porción al día en el consumo de carnes rojas (como res, cordero o puerco) está relacionado con más de probabilidades de muerte temprana: concretamente, de un 13% en el caso de la carne procesada (salchichas o bacon, por ejemplo) y de un 9% en la carne sin procesar. Por otra parte, reemplazar la carne roja por otras fuentes de proteína, como legumbres, pollo, pescado o frutos secos, podría ayudar a extender la longevidad, de acuerdo con la investigación publicada en el diario médico BMJ y liderada por expertos de la Escuela de Salud Pública de Harvard T.H. Chan.
Para elaborar el estudio, los expertos analizaron los hábitos y el riesgo de mortalidad de cerca de 54,000 mujeres y 30,000 hombres en Estados Unidos entre 1986 y 2010. Los investigadores tomaron en cuenta los datos procedentes de dos grandes encuestas entre profesionales de la salud (el Nurses' Health Study y el Health Professionals Follow-up Study) para monitorizar el consumo de carne roja y otros alimentos a través de cuestionarios, y después calcularon los cambios alimenticios a lo largo del tiempo.
Los autores sugieren que la carne roja podría acelerar los procesos que conducen a los problemas coronarios y de otro tipo a causa de su alto contenido en grasas saturadas, colesterol o sal.
El estudio, sin embargo, tiene algunas limitaciones. Los datos proceden de cuestionarios y los participantes fueron principalmente enfermeras y profesionales de la salud, por lo que serían necesarias más investigaciones para saber si estos descubrimientos son extrapolables a otras poblaciones. Por otra parte, el estudio es observacional e indica que existe una asociación entre dos factores (comer más carne roja y el riesgo de mortalidad), pero no puede asegurar que exista una relación causa-efecto. Esto quiere decir que es difícil separar el efecto de las variaciones en el consumo de carne con otros cambios en el estilo de vida, como el ejercicio o el consumo de alcohol, por ejemplo.
Las conclusiones, no obstante, están en línea con otras anteriores que relacionan las carnes rojas, y en particular las procesadas, con un incremento en el riesgo de problemas del corazón, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. La propia Organización Mundial de la Salud se posicionó en 2015 contra el consumo de carnes rojas y procesadas por resultar cancerígenas.
Parece haber pocas dudas sobre la nocividad de la carne, no solo para nuestra salud sino para la del planeta. Una comisión internacional de científicos lanzó a primeros de año una petición global para reducir el consumo de carne y azúcar e incorporar más frutos secos, legumbres, frutas y vegetales como una forma de mejorar la salud de los individuos y la de los ecosistemas.
"El consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más del 50%. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con menos alimentos de origen animal confiere una buena salud y beneficios ambientales", señalaba el informe.
Es posible cocinar con opciones que invitan a relamerse los dedos y no contienen carne ni pescaso. El truco es dejar de pensar en estos alimentos como meros acompañantes y colocarlos como el plato principal. Presentamos algunas sugerencias: