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    Trump vs Pence: una creciente rivalidad que divide al Partido Republicano

    La rivalidad cada vez más intensa entre Donald Trump y quien en su momento fuera su ferozmente leal vicepresidente, Mike Pence, volvió a ponerse de manifiesto esta semana con sus enfrentados discursos sobre el futuro del Partido Republicano en Washington DC.
    Publicado 30 Jul 2022 – 11:13 AM EDT | Actualizado 30 Jul 2022 – 11:13 AM EDT
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    La rivalidad cada vez más intensa entre el expresidente Donald Trump y quien en su momento fuera su ferozmente leal vicepresidente, Mike Pence, volvió a ponerse de manifiesto con sus enfrentados discursos sobre el futuro del Partido Republicano.

    Trump, en su regreso a Washington DC tras salir de la Casa Blanca en enero de 2021, repitió las mentiras sobre el supuesto fraude electoral que provocaron el asalto al Capitolio del 6 de enero. Por su parte, Pence le ruega al partido mirar al futuro y dejar atrás la derrota electoral del expresidente.

    Funcionarios electorales federales y estatales, y hasta el que fuera fiscal general con Trump, Bill Barr, han dicho que no hay evidencias de que hubiera habido fraude en los comicios de noviembre de 2020.

    Las acusaciones de fraude del expresidente también fueron rechazadas rotundamente por los tribunales, incluidos algunos con jueces que él mismo había designado.

    “Fueron una catástrofe, esas elecciones”, insitió Trump el martes ante los vítores de los asistentes a la reunión de America First, una especie de think tank de partidarios del exmandatario.

    Horas antes y no lejos de allí, ante jóvenes estudiantes conservadores, Pence dijo: “Hay gente que elige enfocarse en el pasado, pero las elecciones son sobre el futuro”.

    Los discursos dejaron en evidencia la profunda división que hay en el partido entre los partidarios de Trump, que no aceptan su derrota en 2020, y otros republicanos que creen que deberían enfocarse más en el futuro de cara a las elecciones de mitad de mandato.

    Y coinciden con que ambos están sentando las bases de una hipotética carrera presidencial en 2024. Trump, por su parte, volvió a dejar entrever sus intenciones con comentarios como “tendremos que repetirlo” o “volver a hacerlo”

    Pence y su "mirar al futuro" contra Trump y la mentira del fraude electoral

    Pence expuso su propia “Agenda de la Libertad”, en la que presenta su visión, bastante difernete, del partido.

    “Creo que los conservadores deben centrase en el futuro para volver a ganar. No podemos permitirnos apartar la vista de la carretera que tenemos delante porque lo que está en juego es la supervivencia de nuestro modo de vida”, dijo.

    En lo que parece estar de acuerdo Trump es en que el futuro del país está en juego. En un discurso que había adelantado sería sobre seguridad, pintó un oscuro panorama de un país en declive y en peligro inminente por el incremento de la criminalidad. Entre sus propuestas, pidió que se ejecute a los traficantes de drogas, que se envíe a los sintecho a campamentos a las afueras de las ciudades y que se expanda el muro en la frontera sur.

    Biden se unió a la discusión, en Twitter, descartando que Trump fuera un presidente de “ley y orden”. Particularmente sobre el asalto al Capitolio, señaló: “No creo que incitar a una turba a atacar agentes de la policía sea ‘respeto a la ley’. No puedes ser proinsurrección y propolicía, prodemocracia o pro-Estados Unidos”.

    Trump, en su discruso, también dedicó tiempo a ventilar sus habituales lamentos, como el de la supuesta "caza de brujas" de la que dice ser víctima. “Si renuncio a mis creencias, si acepto permanecer en silencio, si me quedo en casa y me lo tomo con calma, la persecución a Donald Trump se detendría de inmediato”, dijo. “Pero eso no es lo que haré”.

    Pese a la reputación de Trump de arremeter duramente contra sus rivales, Pence y otros potenciales candidatos republicanos en 2024 han aparecido cada vez más descarados en su disposición a enfrentarse al hombre que sigue siendo la fuerza dominante en el partido pese a su papel el 6 de enero, cuando no hizo nada mientras una multitud de sus seguidores asaltaron la sede del Legislativo y trataron de impedir la certificación de Biden.

    Los dos antiguos socios en sus cuatro años en la Casa Blanca también hicieron campaña por candidatos rivales en las primarias de Arizona el viernes pasado. Además, Marc Short, quien fuera jefe de gabinete de Pence, dio testimonio ante un gran jurado en el caso del asalto al Capitolio.

    Short estaba en el lugar mientras Pence huía de la turba que lanzaban consignas a favor de ahorcar al exvicepresidente mientras Trump insistía en que su número dos podía cambiar el resultado de las elecciones.

    Pence ha insistido en defender su actuación aquel día, incluyendo su decisión de plantarse ante las exigencias de su jefe, lo que le valió convertirse en un villano para los partidarios del expresidente.

    Trump, favorito de cara a unas primarias republicanas

    Las encuestas siguen situando a Trump como favorito en unas primarias presidenciales republicanas con Pence muy por detrás.

    El contraste entre ambos quedó en evidencia el martes, mientras Trump hablaba ante cientos de entusiasmados partidarios del America First Policy Institute, un centro considerado por muchos como una “istración en espera” que podría mudarse a la Casa Blanca si Trump ganara.

    El evento pareció una especie de reunión de antiguos compañeros en la Casa Blanca, aunque faltaba Pence.

    El exvicepresidente, por su lado, tuvo un amistoso pero menos exuberante recibimiento de parte de unos estudiantes que apenas rompieron a gritar “USA, USA”.

    En su discurso, no dudó en promover los logros del dúo “Trump-Pence”. Pero durante una breve sesión de preguntas y respuestas, sobre lo primero que le cuestionaron fue su creciente distanciamiento con su antiguo jefe, lo que no deja de ser muy llamativo dados los años que pasó como el más fiel servidor del presidente.

    Pence negó tener diferencias sobre los asuntos pero reconoció que pueden discrepar en el foco. " De verdad creo que las elecciones son sobre el futuro y que es absolutamente esencial que, en un tiempo en que tantos americanos están sufriendo y tantas familias tienen tantos problemas económicos, no caigamos en la tentación de mirar atrás”, dijo.

    Pence lleva meses dando discursos, viajando a los estados donde antes se vota en las primarias. También está escribiendo un libro que Simon & Schuster anunció el martes que se titularía "So Help Me God" y que espera publicar en noviembre. El editor dijo que el libro, en parte, narraría "cómo el presidente Trump rompió la relación el 6 de enero de 2021, cuando Pence mantuvo su juramento de cumplir con la Constitución”.

    Mientras tanto, Trump ha pasado gran parte de su tiempo desde que dejó el cargo difundiendo mentiras sobre su derrota y buscando sembrar dudas sobre la victoria de Biden.

    De hecho, incluso con el comité selecto de la Cámara de Representantes que investiga los hechos del 6 de enero poniendo al descubierto sus intentos de permanecer en el poder y su negativa a hacer nada para frenar la violencia de sus partidarios que intentaban detener la transición, ha seguido tratando de presionar a funcionarios para que anulen la victoria de Biden, a pesar de que no hay medios legales para descertificarla.

    El America First Policy Institute es una de varias organizaciones aliadas de Trump que han seguido defendiendo su agenda de prioridades en su ausencia. El grupo ha estado haciendo preparativos para otra posible istración de Trump, con la esperanza de evitar el caos que marcó el inicio de su mandato. Aseguran contar con “las políticas, el personal y el proceso establecidos para cada agencia clave”, dijo la presidenta de AFPI, Brooke Rollins, quien fue directora del Consejo de Política Nacional de Trump.

    Si bien la organización alguna vez fue desdeñada como un plan para los exfuncionarios de la istración Trump excluidos de empleos más lucrativos, AFPI se ha convertido en un gigante, con un presupuesto operativo de alrededor de $25 millones y 150 empleados, incluidos 17 ex altos funcionarios de la Casa Blanca y nueve ex del gabinete que supervisan casi dos docenas de centros de políticas.

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