¿Quién es Rodrigo Duterte? El agresivo y misógino presidente de Filipinas que Trump invitó a la Casa Blanca
El presidente Donald Trump invitó a Washington a su colega de Filipinas, Rodrigo Duterte como parte de una estrategia regional que empezó la Casa Blanca para cercar diplomáticamente a Corea del Norte, país con el que crecen las tensiones por el desarrollo de su programa nuclear militar.
Pero no se trata de cualquier invitado. Duterte es un hombre criticado internacionalmente por -entre otras cosas- la encarnizada lucha que lleva adelante en su país en contra del tráfico de drogas y en la que se apilan las denuncias por abusos a los derechos humanos.
Eso, sumado a sus comentarios irrespetuosos hacia las mujeres y sus insultos al Barack Obama, cuando aún ejercía la presidencia, hacen que muchos vean con asombro la decisión de la Casa Blanca de vincularse con un gobernante que ha amenazado personalmente con "matar" a quienes considera delincuentes.
A la hora de las clasificaciones ideológicas, el mandatario filipino, de 71 años, puede ser entendido es un populista ecléctico, que se define a sí mismo como un socialista. De hecho, e partido que lidera, el Demokratiko Pilipino-Lakas ng Bayan, tiene inclinaciones de izquierda.
Pero en su gestión, el mandatario aplica políticas con motes de derecha, como en la lucha contra el narcotráfico.
Duterte, exfiscal y exalcalde de la ciudad de Davao, ganó las elecciones presidenciales del archipiélago en mayo de 2016, por aquel entonces el filipino era comparado con Trump por su estilo políticamente incorrecto.
El mandatario triunfó ampliamente con casi un 40% de los votos (el segundo obtuvo cerca de un 23%), ahora gobierna un archipiélago de más de 7,000 islas y más de 102 millones de habitantes.
Obama "hijo de puta"
La campaña electoral de Duterte estuvo sembrada de comentarios desmesurados y obsenos lo que hizo que algunos vincularan directamente su estilo con el de Trump, quien por esos días ya casi había asegurado la nominación presidencial republicana.
Los dos experimentaron rechazo del establishment político y ambos hicieron su campaña presidencial escandalizando a la opinión pública.
Ya como presidente, la insolencia verbal de Duterte no se diluyó. Además de su incorrección puertas adentro causó revuelo internacional cuando llamó al entonces presidente estadounidense Barack Obama un "hijo de puta".
"Debe ser respetuoso y no solo solo lanzar preguntas (sobre la lucha antidrogas). Hijo de puta, te voy a insultar en ese foro...ya no somos colonia de EEUU. ¿Quién es este hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino", dijo Duterte en septiembre de 2016 en referencia a críticas que Obama hizo sobre la violenta lucha anttidrogas emprendida por el filipino.
Tras ese comentario, la Casa Blanca suspendió el encuentro que tenían previsto ambos mandatarios al margen de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se realizó en septiembre en Vietnam.
La sanguinaria guerra de Duterte
Uno de los mensajes más escandalosos de su campaña fue el de la guerra contra las drogas cuando propuso directamente "matar" a todos los traficantes.
"A todos ustedes que andan con drogas... hijos del diablo, de verdad que los voy a matar", dijo en campaña. "No tengo paciencia ni término medio. O me matan o los mato a todos".
Ahora que lleva poco más de nueve meses en el poder, organismos de defensa de derechos humanos denuncian que el país está bañado en sangre y señalan como responsable a la retórica de Duterte.
Según Amnistía Internacional, "incitados por Rodrigo Duterte", las fuerzas policiales y asesinos pagados han matado a miles de personas "bajo el disfraz de una campaña nacional para erradicar las drogas" que la organización describe como una guerra contra "los pobres".
"Desde que Duterte asumió el cargo hace siete meses", dice un reporte de la organización publicado el pasado enero, "se han producido más de 7,000 asesinatos relacionados con las drogas, con la policía asesinando directamente a por lo menos 2,500 presuntos delincuentes".
El gobierno fiipino informa que 1.3 millones de personas son ususarias de drogas. Y si bien no hay números precisos sobre narcotráfico en FIlipinas, desde medios de comunicación y organismos internacionales señalan que los que el gobierno ofrece están 'inflados' para justificar su guerra contra las drogas.
'Castigador' y 'restaurador'
Duterte fue por 22 años alcalde de Davao, ciudad de unos 1,5 millones de habitantes ubicada en la isla de Mindanao en el sur del archipiélago. Desde allí, Duterte se proyectó nacionalmente por su política de 'mano dura' sobre la delincuencia.
Él mismo se encargó de construir una reputación de 'restaurador', al bajar las altas tasas de delincuencia de la ciudad. Al mismo tiempo, comenzaron a circular informaciones de ejecuciones extra judiciales por grupos armados. "The Punisher" (El Castigador), lo apodó la revista Time en 2002.
En 2015, el mismo Duterte hizo un comentario en el que pareció reconocer que él era parte de "un escuadrón de la muerte" en Davao, aunque luego se retractó en una conferencia de prensa y además negó ante los medio que hubiera tales grupos la ciudad.
Bromas inaceptables sobre la violación de mujeres
Duterte tiene fama de mujeriego, algo de lo que él mismo se jacta públicamente. Tiene tres hijos de su primer matrimonio con Elizabeth Abellana Zimmerman, de quién se separó en el año 2000. Actualmente está en pareja con la empresaria filipina Cielito Avancena.
Al igual que sucedió con Trump, Duterte ha sido acusado de misógino por agrupaciones que defienden derechos de las mujeres.
El 8 de noviembre pasado, justo el día en que en EEUU se estaba votando para presidente, Duterte relató a una multitud sus intentos de coquetear con la vicepresidenta filipina Leni Robredo durante reuniones del gabinete. Además se preguntó frente a la audiencia si Robredo tenía novio y se refirió a las faldas de la vicepresidenta, comentando que eran "más cortas" que lo normal.
Guardando las distancias, las incorrecciones políticas y comentarios misóginos del filipino, recuerdan a muchos expresiones de Trump, como la revelada hacia el final de la campaña cuando se ufanaba de poder toquetear a cualquier mujer amparado en su fama.
Pero Duterte superó todo rasgo de decencia y de lo aceptable cuando en campaña hizo un comentario bromista sobre el caso de una mujer que fue violada colectivamente en 1989.
Duterte hablaba de Jaqueline Hamill, una misionera australiana que fue violada por varios hombres y posteriormente asesinada durante un motín carcelario de Davao, ciudad de la que él era alcalde.
Resaltó la belleza de la mujer y dijo que lamentaba no haber podido ser el primero en violarla. "Era tan guapa... ¡El alcalde debió haber sido el primero!", dijo en alusión al cargo que él mismo ocupaba.
Pos sus comentarios, la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas presentó en abril de 2016 una acusación por violar leyes que protegen los derechos de las mujeres.
La respuesta de Duterte fue al estilo Duterte: dijo que la queja era una "tontería" y que los del grupo de mujeres que la presentó se podían "ir al infierno".
Sus declaraciones valieron también la condena de la embajada de Australia en Manila, organizaciones de defensa de derechos humanos y s de las redes sociales.
Por la presión, Duterte finalmente pidió disculpas por lo dicho.