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    Jimmy Carter

    Muere a los 100 años el expresidente demócrata Jimmy Carter

    Carter pasó de ser un político completamente desconocido del sureste del país a convertirse en presidente de Estados Unidos. Su perfil como estadista brilló mucho más tras perder las elecciones con Ronald Reagan en 1980 debido a su golpeada popularidad por el manejo de la crisis de los rehenes en Irán, entre otros hechos. Tras dejar la Casa Blanca, el premio Nobel de la Paz viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos y la democracia. Por ello, muchos lo consideran "el mejor expresidente que ha tenido el país".
    29 Dic 2024 – 04:07 PM EST
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    El hijo de un agricultor de maní de las llanuras de Georgia —que creció en una casa sin agua ni electricidad— demostró que ninguna circunstancia económica le impide a alguien ser senador estatal, gobernador e incluso presidente de Estados Unidos. Tres cargos que fueron parte de una productiva y meteórica carrera política que se extendió incluso luego de que dejó la Casa Blanca.

    Jimmy Carter murió este domingo a los 100 años en su modesta casa de Plains, la misma pequeña localidad del sureste del país donde nació, anunció el Centro Carter en un comunicado.

    "Mi padre fue un héroe, no solo para mí sino para todos los que creen en la paz, en los derechos humanos y en el amor altruista", expresó su hijo Chip Carter de acuerdo con el comunicado. "Mis hermanos, hermanas y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estas creencias en común. El mundo es nuestra familia por la manera en la que él unió a las personas y les agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estos preceptos", acotó.

    Junto a su esposa Rosalynn, quien falleció en noviembre de 2023, formó un duo inseparable muy activo en el ámbito del servicio público hasta mucho después de que el exmandatario dejó la Casa Blanca. Estuvieron casados por más de 77 años en una unión que ambos describieron como "una alianza total". El expresidente la recordó el día de su muerte como "mi compañera en todo lo que alguna vez logré".

    Carter había decidido a mediados de febrero de 2023 recibir cuidados paliativos en su propia casa debido a su avanzada edad y delicado estado de salud. El propio expresidente había pedido pasar el tiempo que le quedaba en su hogar, junto a su familia, en lugar de recibir alguna intervención médica que requiriera más visitas al hospital.

    El también premio Nobel de la Paz pasará muy probablemente a la historia como uno de los expresidentes de Estados Unidos más respetados del mundo, quien ganó reconocimiento gracias a su activo papel en la observación electoral, pero especialmente en la mediación en conflictos internacionales.

    Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

    Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

    Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en "Habitat para la Humanidad", construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

    Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EEUU también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente: "Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'"

    En el libro "Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural" recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles. En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, "trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa". También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

    La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre, Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

    Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo. Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial. Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.

    La maldición familiar: el cáncer

    La familia Carter tiene antecedentes de cáncer de páncreas, incluidos sus padres, dos hermanas y su hermano menor, Billy Carter, quienes murieron a causa de la enfermedad. Carter le dijo al diario The New York Times en 2007 que él y otros familiares habían donado sangre para estudios genéticos que buscaban ayudar a los médicos a diagnosticarlo.

    Jimmy Carter escapó de la enfermedad. Cuando le preguntaron por qué, a pesar de que devastó al resto de su familia, dijo que nunca había fumado. "La única diferencia entre mi padre y yo y mis hermanos fue que nunca fumé un cigarrillo", dijo. "Mi papá fumaba regularmente. Todos fumaban".

    En 2015, el expresidente anunció que el cáncer se había extendido a su cerebro, pero después del tratamiento, se declaró libre de la enfermedad en diciembre de ese mismo año. Sin embargo, se enfrentó a una serie de problemas de salud en 2019 por lo que tuvo que someterse a una cirugía para eliminar la presión sobre su cerebro.

    Político de carrera

    Carter comenzó su carrera política en el Senado de Georgia. Allí se ganó la reputación de ser un político fuerte e independiente, ayudando a revocar leyes diseñadas para privar de derechos a los votantes negros. Su primer esfuerzo para aspirar a la gobernación terminó en derrota en 1966 tras perder ante un segregacionista ultraconservador. Cuando lanzó de nuevo su candidatura en 1970 y ganó, usó su discurso inaugural para pedir el fin de la segregación. Como gobernador progresista, aumentó el número de funcionarios negros en el gobierno de Georgia en un 25%, promovió la protección ambiental y un mayor financiamiento para las escuelas.

    Cuando anunció su candidatura a la presidencia a fines de 1974, era un completo desconocido a nivel nacional. Poco antes de que anunciara su interés de llegar a la Casa Blanca, ni siquiera era mencionado en las encuesta de Gallup entre 32 candidatos potenciales distribuidos por todo el país. Con la Guerra de Vietnam y el escándalo de Watergate aún frescos en la memoria de los votantes, así como los asesinatos de los hermanos Kennedy y Martin Luther King Jr., Carter optó por enfocar su campaña en la honestidad, al tiempo que destacó sus humildes raíces rurales y su distancia de la política en Washington DC.

    El presidente 39° de EEUU

    Después de ganar las elecciones en 1976 eligió caminar la ruta de una milla desde la Casa Blanca hasta el Capitolio para ser juramentado de la mano de su esposa. Fue una demostración pública de apertura y confianza en la seguridad, y también para bajar del pedestal casi de la realeza en la que se había encumbrado la figura del presidente y su familia.

    Carter recordó más tarde lo satisfecho que estaba ante los aplausos de la multitud. “Muchas personas a lo largo de la ruta del desfile, cuando vieron que estábamos caminando, empezaron a llorar y también fue una experiencia emocional para nosotros. Me sorprendió la enorme atención que este acto recibió de los medios de comunicación", escribió.

    El punto más exitoso de su presidencia fue durante la negociación de los Acuerdos de Camp David de 1978 entre Israel y Egipto, un pacto que alguna vez fue impensable y que transformó el equilibrio de las alianzas en el Medio Oriente, así como los tratados Torrijos-Carter sobre el Canal de Panamá, por los cuales Estados Unidos accedió a la entrega gradual del control de la vía estratégica interoceánica.

    Pero sus cuatro años en el cargo se vieron empañados por los problemas económicos y las vergüenzas políticas en el extranjero que socavaron gravemente sus posibilidades de reelección. Ya estaba siendo fuertemente criticado por los conservadores por el tratado del canal, que algunos consideraban un arriesgado regalo de un activo vital de Estados Unidos.

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    1979: un año de revoluciones

    1979 se convirtió en un año desastroso para Carter. Comenzó con la Revolución Islámica en Irán en enero que sorprendió a los observadores y marcó el auge del fundamentalismo antiestadounidense en el Medio Oriente.

    El Sha de Irán, un controvertido aliado de Estados Unidos, se vio obligado a huir al exilio y, poco después, la figura emergente tanto política como religiosa, el Ayatolá Jomeini, tomó como rehenes a 52 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses en la embajada de Teherán. Fueron retenidos por 444 días y solo fueron liberados horas después de que Carter dejó la Casa Blanca en enero de 1981.

    En julio de 1979, la Revolución Sandinista en Nicaragua derrocó a otro dictador respaldado por Estados Unidos, Anastasio Somoza, lo que generó un nuevo desafío para la hegemonía del país en Centroamérica encabezada por guerrilleros respaldados por Cuba y la entonces Unión Soviética.

    En septiembre de ese año, durante una dura carrera de seis millas en las Montañas Catoctin, en Maryland, Carter se desplomó por el agotamiento causado por el calor y tuvo que ser apoyado por sus escoltas del Servicio Secreto. Un fotógrafo capturó una imagen vergonzosa de Carter con las piernas dobladas y la boca abierta y con una mirada perdida.

    Un médico de la Casa Blanca le istró sales de olor y Carter tuvo que ser llevado a Camp David. Nunca se recuperó completamente del daño a su imagen.

    Mariel

    La fallida reelección de Carter también se vio perjudicada por el éxodo de emigrantes desde Cuba. En 1980, respondió a una crisis política en la isla caribeña estableciendo un programa para conceder un estatus temporal y a la tramitación de asilo y asistencia a los cubanos que huían a Estados Unidos. Carter ofreció inicialmente conceder asilo estadounidense a 3,500 personas en virtud de la Ley de Refugiados de 1980.

    En total, unos 125,000 cubanos abandonaron la isla durante el Mariel en el lapso de cinco meses. La crisis del Mariel alimentó las críticas en Estados Unidos de que los demócratas eran demasiado débiles a la hora de tratar con el régimen del dictador Fidel Castro.

    El diario de Carter

    Cada día durante su presidencia, Carter mantuvo un diario privado en el que plasmó una visión muy íntima de su mandato, completada con evaluaciones francas sobre los del gabinete, congresistas, líderes extranjeros y la prensa, todo mientras narraba el progreso de las negociaciones secretas de paz en el Medio Oriente.

    No se hizo público hasta 2011 con sus propias reflexiones adicionales sobre las lecciones aprendidas en retrospectiva. En sus escritos, Carter emerge como un hombre de principios profundos mientras intentaba superar los obstáculos para la paz entre árabes e israelíes y sus frustraciones cuando la prolongada crisis de los rehenes en Irán se extendió como una nube negra durante su último año en el cargo.

    Años más tarde, en 2016, cuando Panamá inauguró una expansión masiva de las esclusas del canal para acomodar barcos más grandes, Carter describió lo orgulloso que estaba de su decisión de comenzar el proceso de devolver al país centroamericano su plena soberanía sobre esa ruta interoceánica. Desde entonces, la antigua Zona del Canal ocupada por Estados Unidos se ha convertido en vecindarios residenciales y comerciales.

    "Los panameños han hecho un trabajo excelente, no solo en la operación del canal, sino también en aumentar sus ingresos y al mismo tiempo expandir su capacidad", dijo Carter a Univision Noticias en una entrevista telefónica en la víspera de la inauguración de las nuevas esclusas. "Simplemente superaron mis expectativas muy altas con respecto a qué tan bien cuidaron el canal y lo usaron correctamente", dijo.

    Papel observador

    Carter también estuvo en Panamá como observador electoral en mayo de 1989 y desempeñó un papel clave en la prevención de un fraude masivo por parte del dictador Manuel Noriega. Fue una de las primeras misiones del Centro Carter, con sede en Atlanta, que desde entonces se ha convertido en uno de los principales grupos de observadores electorales del mundo.

    "El Centro Carter ahora ha monitoreado más de 100 elecciones con problemas", dijo Carter a Univision Noticias en 2016. "Comenzamos este proceso con lo que aprendimos en Panamá, que fue el primero. Fuimos de allí a Nicaragua y luego a otros países de América Latina y ahora en todo el mundo ", agregó.

    Carter también reclamó crédito por la forma en que su política de derechos humanos ayudó a América Latina a salir de un período de dictaduras, aunque la salud democrática de la región se ha debilitado en los últimos años, especialmente en Venezuela y Nicaragua.

    La participación de Carter en las elecciones de 2012 en Venezuela fue muy criticada después de que calificó el proceso electoral como "el mejor del mundo". Probablemente, Carter se estaba refiriendo más a la sofisticación tecnología del sistema que al proceso en general, pero le entregó al presidente Hugo Chávez un gran regalo de propaganda con esa frase. El Centro Carter luego repudiaría a Chávez por el desmantelamiento sistemático de la democracia.

    En Nicaragua, Carter ganó la aclamación internacional cuando persuadió al derrotado candidato sandinista, Daniel Ortega, para que no disputara los resultados de las elecciones en 1990.

    Tras regresar al poder años después, Ortega usó tácticas cada vez más represivas para rechazar las protestas masivas contra el gobierno. Carter avisó a su equipo que estaba dispuesto a regresar a Nicaragua nuevamente para intentar persuadir al mandatario a que evitara más derramamiento de sangre y dejara la presidencia. Pero la situación política ya estaba demasiado fuera de control.

    En 2015, Carter anunció que estaba recibiendo tratamiento para un melanoma, un tipo de cáncer de piel que se había extendido a su hígado y cerebro, usando tanto radiación como un nuevo medicamento de inmunoterapia que ayuda al sistema inmune del cuerpo a atacar las células cancerosas. Los médicos también extirparon quirúrgicamente una porción de su hígado con la presencia de lesiones de melanoma. Más tarde ese año, declaró que estaba libre de cáncer.

    El expresidente demócrata continuó trabajando, aunque personas cercanas a él dijeron que su memoria comenzó a fallarle en los últimos meses de su vida. Una de sus últimas apariciones públicas ocurrió justamente en el funeral de George H. Bush, quien murió a los 94 años, para ese momento el presidente de Estados Unidos más longevo de la historia.


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