Alex Jones, el 'rey de las teorías conspirativas' que salió de la oscuridad de internet para impulsar a Trump a la presidencia

Alex Jones es el típico ejemplo de lo que en la política estadounidense es llamado despectivamente como “el hombre blanco enfadado”, ese en el que se apoyó Donald Tump para hacerse con la presidencia. En su show de radio transmitido por video en internet, su tono al hablar al micrófono parece un gruñido continuo. También grita, a veces golpea la mesa y hasta llora de rabia, pero la fórmula que le hace distinto de otros locutores de derecha es el uso descarado de noticias falsas.
Jones ha sido marginado por los grandes medios de comunicación estadounidenses, hasta que Megyn Kelly anunció una entrevista para este domingo para su flamante programa en NBC y se desató el debate sobre si es conveniente darle espacio a una persona que promueve flagrantes mentiras.
Kelly lleva días siendo criticada, sobre todo por los padres de los niños asesinados en la masacre ocurrida en 2012 en la escuela Sandy Hook, Connecticut, una tragedia que Jones lleva años sugiriendo que fue orquestada por el gobierno de Barack Obama.
Algunos periodistas serios habían escrito perfiles sobre Jones, pero un programa de una hora en NBC ha sido visto por muchos críticos como la normalización innecesaria de quien consideran un extremista.
Kelly se ha defendido alegando que el trabajo de los periodistas es "poner la atención en las personas influyentes" y "discutir con él las considerables falsedades que promueve con impunidad". Para Kelly, el hecho de que Trump cite frecuentemente a Jones y que, incluso, le entregue credenciales de prensa de la Casa Blanca, lo hacen una figura visible para millones de personas.
De la boca de Jones han salido afirmaciones sin pruebas o flagrantemente falsas que luego fueron difundidas por Trump durante la campaña.
Como cuando dijo que Hillary Clinton y Barack Obama eran los fundadores del grupo terrorista Estados Islámico; que millones de votos ilegales habían sido depositados en las urnas contra él; que “miles” de musulmanes habían celebrado en las calles de Nueva Jersey los atentados del 11-S; que el suicidio en 1993 de Vince Foster, el asesor del expresidente Bill Clinton le parecía “sospechoso”; o que el padre de su rival republicano Ted Cruz había participado en el complot para matar en 1963 al expresidente John F. Kennedy.
Youtuber
precoz
El caso de Jones es un ejemplo de cómo internet ha magnificado el alcance de personajes e ideas marginales. En la red, las mentiras, los chismes y los rumores se propagan con enorme rapidez y la conversación razonada esencial para una democracia se hace mucho más complicada.
Apodado por la revista Rolling Stone como "el hombre más paranoico de EEUU" y por CNN como el "rey de la conspiración", Jones sería hoy irrelevante si se hubiera contentado con difundir sus mentiras en la radio donde comenzó su carrera, pero en internet encontró una plataforma que le permitiò ganar una influencia que habría sido impensable para aquellos que durante siglos han difundido teorías de la conspiración en panfletos o sermones en la plaza del pueblo.
Criado en un suburbio de Dallas, Jones de 43 años, es hijo de un dentista y una ama de casa. Comenzó a interesarse por las teorías de la conspiración al salir de la escuela de secundaria, cuando se familiarizó con la John Birch Society, una organización de ultraderecha y anticomunista. También se interesó por las ideas libertarias más extremas, alertando de que una cábala oscura de élites globales planea matar o esclavizar a la mayor parte de la población mundial.
Abandonó el Austin Community College y comenzó a presentar un programa de radio en la ciudad en el que ya exhibía su estilo grandilocuente que le haría reconocible. Pronto creyó encontrar evidencias de lo que para él era la tiranía que se avecinaba. Tras el atentado de Oklahoma City en 1995, en el que un extremista de derecha, Timothy McVeigh, mató a 168 personas, acusó sin pruebas al gobierno de haber organizado la matanza.
En 1999, fue despedido de su radio, KJFK-FM, porque sus puntos de vista espantaban a los anunciantes, a pesar de los altos índices de audiencia , según contó The Austin Chronicle.
Pero mientras que en otra época gente como Jones se habría rendido y quizás pensado dedicarse a otra cosa, Jones encontró que con internet no dependía de ningún dueño de medios para seguir dedicándose a lo suyo.
Así desde su casa y años antes de que comenzara el fenómeno Youtuber, Jones siguió emitiendo su show, que podía ser seguido en la web Infowars.com, primero solo como programa de radio y más en adelante en video.
Jones ha afirmado que el gobierno de Estados Unidos perpetró los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, así como las masacres en Columbine, Sandy Hook y el Maratón de Boston, entre otras.
También asegura que el gobierno de EEUU está usando aviones para pulverizar agentes químicos con el fin de controlar la población y que está poniendo productos químicos en el jugo de frutas para convertir a los niños en homosexuales. Por supuesto que de nada de esto tiene ninguna prueba.
Jones emite desde Texas su programa de entrevistas The Alex Jones Show que es difundido por más de 160 emisoras de radio de todo el país, pero es en Internet donde tiene un mayor impacto. Más de dos millones de personas están suscritas a su canal de YouTube.
En Facebook, más de 1.5 millones de s le han dado me gusta a su página personal y en Twitter le sigue más de medio millón de s. Algunos de los grandes periodistas de EEUU tienen números de seguidores más bajos que los de Jones. También dirige Infowars.com, que según comScore atrajo a 942,000 s únicos en mayo.
Recientemente, hemos podido conocer un poco más sobre cómo es Jones fuera de los micrófonos. En un perfil reciente del semanario alemán Spiegel, se indica que "Jones no está loco", a juzgar por su comportamiento en privado.
"Es una persona leída, sabe investigar y sabe un poco sobre la política internacional. Cuando el micrófono está apagado, su discurso a veces suena tan seco como si fuera un miembro de la Comisión Europea", decía el artículo.
Sin embargo, en esa misma entrevista, Jones se quitó la camiseta sin motivo alguno mientras comía carne barbacoa en el estudio junto al periodista. Sosteniendo una salchicha, le preguntó al reportero: "¿quieres chupar?".
En una declaración que quizás le hizo perder seguidores, su abogado declaró en abril en un juicio por la custodia de sus hijos que Jones "representa a un personaje".
Su exesposa, Kelly Jones, discrepó ante la corte. "No es una persona estable. Dice que quiere partirle el cuello a Alec Baldwin. Quiere (que Jennifer López) sea violada", aseguró según The American-Stateman.
Aliado de Trump
Cuando comenzó la campaña, Jones encontró en Trump a su aliado perfecto. El locutor tenía un tipo de audiencia receptiva a los mensajes que propagaba el estridente candidato. El magnate le ofreció a Jones aún más prominencia al aparecer en su programa para una entrevista de 30 minutos y al tomar prestadas algunas de sus teorías infundadas.
El propio Jones se confesó sorprendido de que Trump estuviera siguiendo su mismo guión. En agosto de 2016 dijo en antena que le parecía “surrealista hablar de asuntos en el aire y que luego oyera dos días más tarde a Trump decir lo mismo palabra por palabra”.
Que Trump adoptara versiones y tácticas de Jones no era sorprendente, si consideramos que lo que le convirtió en una estrella de la derecha aún antes de la campaña fue su gira de prensa nacional para cuestionar la legitimidad del certificado de nacimiento del presidente Barack Obama. Según Trump, Obama era un impostor nacido en Kenia y llamado “Barry Soweto”.
Durante la campaña, Jones llamó a Clinton “una diablesa abyecta y psicópata venida del infierno” que tenía planeado destruir el mundo. “Esto me lo han dicho amigos en escalafones altos que me aseguran que tanto Obama como Hillary huelen a sulfuro”, aseguró Jones a su audiencia.
Tanto Obama como Clinton criticaron a Jones en mítines de campaña, lo que sirvió para ampliar aún más su fama. Obama se tomó a broma que le llamara un demonio y desde el podio durante un evento el 12 de octubre de 2016 en Carolina del Norte relató lo que había dicho Jones sobre él y se olió la mano, desatando las carcajadas del público.
Jones también impulsó la conspiración "Pizzagate" según la cual Clinton y el presidente de su campaña, John Podesta, dirigían una organización de tráfico sexual de niños desde una pizzería de Washington DC. Meses después de que uno de sus fans irrumpiera a tiros en la pizzería, Jones pidió disculpas en antena.
En los días posteriores a su victoria, Trump hizo llamadas de agradecimiento a algunos de los partidarios que le habían ayudado en su triunfo. "En medio de llamadas a los reyes y reinas del mundo", el presidente electo quiso tomar cinco minutos para darle las gracias a Jones y su audiencia por “defender la república”, relató Jones en antena.
Personaje "relevante"
La presentadora de NBC, Megyn Kelly, señala a este historial como prueba de que no se puede ignorar al personajes, por muy repugnante que a algunos les parezca.
Son tiempos en los que incluso el antiguo empleador de Kelly, Fox News, ocasionalmente parece caer en las mismas prácticas de Infowars.
La cadena líder de audiencia entre los canales de noticias tuvo que retractarse despuès de publicar un reportaje en el que ventilaban la versión de que el empleado demócrata Seth Rich, asesinado el año pasado tras un asalto aún no resuelto policialmente, fue la fuente que proporcionó a WikiLeaks una de las filtraciones comprometedoras que dañó a Clinton durante la campaña.
Fiel a su estilo, Jones hizo poco esta semana para apaciguar la controversia por la entrevista a NBC. Al contrario, echó leña al fuego publicando parte de la entrevista con Kelly, a quien grabó sin permiso. En la cinta se escucha a Kelly prometerle que no será dura con èl.
Muchos se han reservado el juicio sobre la decisión de Kelly de entrevistar a Jones, advirtiendo que hace falta esperar ver el programa el domingo, que es por cierto Dïa del Padre en EEUU, algo que agrava la indignación de las familias de los niños asesinados en Sandy Hook, esos que Jones asegura que son "actores".