Patricia Espinosa: “Es poco factible renegociar el Acuerdo de París”

En diciembre de 2015, se consiguió en París un acuerdo histórico entre casi 200 países para luchar contra el calentamiento del planeta. Cinco meses después, va a ser una mexicana la que tendrá que liderar el proceso para que este pacto pueda entrar finalmente en funcionamiento.
Se trata de Patricia Espinosa (Ciudad de México, 1958), que el próximo 15 de julio dejará su despacho en Berlín como embajadora de México en Alemania para ocupar otro no muy lejos de allí, en Bonn, el de secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Sustituirá así como máxima responsable de la diplomacia climática de la ONU a la costarricense Christiana Figueres.
La entrevistamos justo unos días después de que el virtual candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump, mostrara su rechazo al Acuerdo de París y planteara su intención de renegociarlo si llega a la Casa Blanca.
Pregunta: ¿Cómo ve que Trump quiera renegociar el Acuerdo de París?
Respuesta: Con cierta preocupación, no puedo ocultar eso. Pero se trata de un proceso de tal complejidad y en la que intervienen tantos actores que me parece difícil que un país solo pueda tomar una decisión de esa naturaleza. El Acuerdo de París goza no solamente de un gran reconocimiento de los gobiernos, sino también de la sociedad civil, de empresarios y de científicos.
P. ¿Qué le diría entonces a Trump?
R. Que es poco factible la posibilidad de renegociar el acuerdo de París, son muchos los factores que hemos trabajado para poder alcanzarlo.
P. ¿Si Trump llega a la Casa Blanca podría ocurrir entonces que EEUU se desmarcara de nuevo de un acuerdo internacional contra el cambio climático (como ya ocurriera con Kioto)?
R. Es una decisión soberana que en su momento tendría que tomar el país. EEUU también ha venido sufriendo las consecuencias del cambio climático de manera muy clara. Sin duda, eso llevaría a una discusión interna a nivel nacional. Estoy segura que los múltiples actores dentro de la sociedad estadounidense también estarán defendiendo esta agenda.
P. ¿Le ha dado algún consejo la secretaria ejecutiva saliente, la costarricense Christiana Figueres?
R. En realidad no hemos tenido todavía oportunidad de hablar a fondo de los temas.
P. Las dos son mujeres y latinoamericanas. ¿Ayuda esto en la diplomacia de la lucha internacional contra el cambio climático?
R. Las dos somos convencidas de que la apertura, el diálogo, procesos incluyentes son la clave para poder garantizar el mejor resultado. Y las dos venimos de países que creemos firmemente en el proceso multilateral, en el establecimiento de normas de convivencia como la manera más eficiente para resolver los grandes retos de la Humanidad.
P. ¿Cuánto cree que pueden demorarse las ratificaciones de países suficientes para que entre en vigor en 2020 el Acuerdo de París?
R. Aunque resulta difícil, pues en algunos países los procesos de ratificación son largos, no es imposible que pueda ocurrir este año. En todo caso, la Hoja de Ruta está clara y tiene el objetivo de que sea cuanto antes, a la de ya, como decimos en México.
P. Como diplomática ha tenido que negociar en asuntos muy delicados, como el desarme. ¿Cuál es el riesgo internacional del cambio climático?
R. El riesgo internacional es enorme, veamos lo que está ocurriendo en este momento con los flujos de inmigrantes, de refugiados en distintas regiones del mundo. Si pensamos en las consecuencias que tiene el cambio climático en términos demográficos y de flujos migratorios, ya ese solo dato es como para tomarlo de manera muy seria.
P. ¿Qué es lo más importante para que el Acuerdo de París funcione?
R. El cumplimiento de los Acuerdos de París no es únicamente una tarea de gobiernos, sino que tienen que sumarse otros actores, como la sociedad civil, el mundo empresarial y el ámbito científico.
P. ¿Cree que el Acuerdo de París ha sido una señal suficiente para convencer a los mercados de que se va a reducir de forma drástica el consumo de combustibles como el carbón o el petróleo?
R. La señal sí se ha dado. Pues todos los países, todas las partes, han reconocido la importancia de asumir una responsabilidad y hacer una contribución directa, cosa en la que no había consenso hasta ahora. Esa es una señal, ahora toca empezar a trabajar en la parte más técnica y de detalle. Y seguramente, el tema de los mercados de carbono va a ser uno de los que requiere de mayor atención.
P. ¿Cuáles son sus prioridades?
R. Veo tres áreas prioritarias de acción en los próximos meses y probablemente años. En primer lugar, el impulso a la ratificación e implementación del Acuerdo de París (lo que implica desarrollar las herramientas e instrumentos técnicos que permitan darle operatividad). En segundo lugar, dar apoyo a las partes, a los países, en sus acciones previas a la entrada en vigor del pacto. Y en tercer lugar, impulsar el desarrollo de vínculos y de puntos de o entre la agenda de lucha contra el cambio climático y con la agenda de desarrollo 2030, que también es un marco de gran trascendencia en el ámbito multilateral.
P. ¿Qué le viene a la cabeza cuando piensa en las consecuencias del cambio climático?
R. Nosotros en México hemos tenido situaciones verdaderamente graves, complicadas. Recuerdo muy bien el caso de un periodo intenso de lluvias en el estado de Chiapas que provocó el desgajamiento de un cerro y que dejó sepultada a toda una comunidad. Esto toca a la vida de las personas. Y, generalmente, a aquellas más vulnerables.