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Estados Unidos y Europa deben parar el exterminio de los ucranianos

"A estas alturas de su brutal agresión, Putin parece tener principalmente ese objetivo destructor. La pregunta es cómo deberían responder las democracias occidentales a su guerra de exterminio".
Opinión
Miembro del equipo de política de Univision
2022-03-08T14:07:43-05:00
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"Es un indicio claro de que la estrategia bélica del dictador es aterrorizar y destruir con bombas, misiles y morteros los centros urbanos de Ucrania" Crédito: Anastasia Vlasova/Getty Images

Entre los lugares a los que ordenó bombardear de forma indiscriminada Vladimir Putin está Járkov, ciudad ucraniana en la que predominan los residentes de origen ruso y los ruso hablantes. Es un indicio claro de que la estrategia bélica del dictador es aterrorizar y destruir con bombas, misiles y morteros los centros urbanos de Ucrania para luego ocupar las ruinas que de ellos queden. A estas alturas de su brutal agresión, Putin parece tener principalmente ese objetivo destructor. La pregunta es cómo deberían responder las democracias occidentales a su guerra de exterminio.

Estados Unidos y sus aliados europeos han reaccionado hasta ahora con una contraofensiva de sanciones que ha volatilizado la economía rusa. De la noche a la mañana, el Kremlin y los oligarcas rusos se han quedado sin a la banca internacional. El rublo es un cadáver monetario. Se han confiscado lujosas propiedades y otros bienes y activos de rusos corruptos allegados al régimen. Decenas de multinacionales y otras empresas se han retirado del mercado de Rusia. Los gigantes petroleros BP, Shell y Exxon, hasta el otro día cómplices de la dictadura de Putin, abandonaron sus inversiones billonarias en ese país. Y se ha vedado la participación de equipos deportivos y atletas rusos en competenciasinternacionales.

Estas medidas son muy importantes. Pero no han bastado para frenar el sistemático asesinato de civiles en Ucrania. Naciones Unidas dice que van 360. Pero la cifra podría ser mayor si se cuentan las víctimas que estarían bajo los escombros. Occidente puede y debe hacer mucho más para parar la matanza.

En el ámbito económico, puede cesar la compra de petróleo ruso, aunque eso implique otro incremento temporal en los precios de la gasolina y el gas en el mercado internacional. Putin ha hecho a la economía rusa dependiente del petróleo. Con él financia la maquinaria bélica con la que invadió a Ucrania y con la que probablemente planea agredir a otros países que estuvieron en la órbita soviética en la que él se formó. Es lo que le sugiere su voraz apetito imperial.

En lo político, Occidente debería agilizar el proceso contra Putin y los jefes militares rusos en la Corte Penal Internacional de La Haya. Allí se le puede acusar formalmente de crímenes de lesa humanidad. Esto tendría el efecto inmediato de debilitarle aún más. Un encausamiento por asesinar a centenares de civiles, usar armas de exterminio, como las bombas de racimo y bombardear corredores humanitarios, tendría el efecto de aislar a Putin, impidiendo que asista a foros internacionales o participe en reuniones con dirigentes democráticos.

Pero sin duda el apoyo occidental que con más urgencia necesita Ucrania es el militar. Putin aprovecha la legítima preocupación occidental de que se extienda la guerra para intensificar su monstruosa campaña de destrucción del país vecino. Su evidente intención es aterrorizar a los ucranianos para que se sometan. Esto ha creado una catástrofe humanitaria y el éxodo de millones de inocentes. La única forma de mitigarla ahora es responder por la vía militar.

El liderazgo ucraniano ha enseñado el camino de lo que debería ser la respuesta militar de Occidente. No pide que soldados de Estados Unidos o Europa se involucren en la guerra. Pide que envíen aviones de combate, preferiblemente Migs de fabricación rusa, para tratar de frenar los bombardeos del Kremlin.

También solicita más armas convencionales para combatir a los invasores y el incremento de la asistencia humanitaria para atender a los millones de ucranianos que no han podido abandonar su país en ruinas. Y propone la creación de una zona de exclusión área en el oeste de Ucrania, donde los ucranianos aun mantienen control de su territorio, pero están expuestos a los inclementes bombardeos rusos.

“Los momentos históricos exigen decisiones históricas”, subrayó el otro día DmytroKuleba, el ministro de relaciones exteriores de Ucrania. Putin les ha quitado las vendas de los ojos a las democracias sobre sus intenciones imperialistas. Con represión y censura ya sovietizó a Rusia. Ahora pretende restablecer a las malas el imperio soviético, sin importarle cuántas personas inocentes, incluyendo niños, mujeres y ancianos, se lleva por delante.

Las democracias no tienen otra alternativa que responderle con determinación y firmeza. Para ello, deben ayudar a sus propios ciudadanos a entender bien lo que está en juego para la democracia y la libertad; y que la respuesta a Putin, inevitablemente, comportará sacrificios. Este es el momento preciso para hacerlos. Durante la invasión rusa a Crimea, Occidente reaccionó tarde y poco. Pero aún está a tiempo de frenar la mano homicida de Putin.

Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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