Guerra en Ucrania: Putin clama victoria en Mariupol y ordena "acorralar" una planta donde se refugian civiles y militares
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este jueves a sus fuerzas que no asalten el último bastión ucraniano que queda en la ciudad sitiada de Mariupol sino que lo bloqueen “para que no pase ni una mosca”.
Ese bastión es la extensa planta siderúrgica Azovstal, donde la situación es "difícil, incluso crítica" y se refugian "alrededor de un millar de civiles, mujeres y niños", y "centenares de heridos", según describió el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky.
Dejar la planta en manos ucranianas priva a los rusos de la capacidad de declarar una victoria completa en la ciudad portuaria, que ha sido testigo de algunos de los combates más dramáticos de la guerra y cuya conquista tiene una importancia tanto estratégica como simbólica.
Mijailo Podoliak, consejero presidencial ucraniano y negociador con Rusia, había escrito horas antes del anuncio ruso que Kiev estaba dispuesta a negociar: "Para salvar a nuestra gente, (el batallón) Azov, los soldados, los civiles, los niños, los vivos y los heridos. Todos", afirmó.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informó de que el resto de la ciudad ha sido “liberada”, un término que usan los oficiales rusos para referirse a las áreas de Ucrania que han ocupado. Putin calificó la ocupación de Mariupol como un “éxito”. También dijo que la planta estaba “bloqueada de forma segura”.
La magnitud del sufrimiento en Mariupol ha convertido a esta ciudad en uno de los focos de atención mundial en la guerra. Su caída definitiva privaría a Ucrania de un puerto vital, completaría un puente terrestre entre Rusia y la Península de Crimea y liberaría a las tropas rusas para ser trasladadas a otras partes de la región del Donbas, en la que se concentra ahora la ofensiva rusa.
La r
esistencia ucraniana en Mariupol pide "ayuda de un tercero" para salir
Desde dentro de la planta siderúrgica los últimos combatientes que quedan resistiendo en Mariupol se niegan a rendirse y este jueves pidieron a la comunidad internacional "garantías de seguridad" para una posible salida.
"Estamos dispuestos a salir de Mariupol con la ayuda de un tercero", con armas "para salvar a la gente que se nos ha confiado", escribió en Telegram Sviatoslav Palamar, comandante adjunto del batallón Azov.
En la planta en donde se encontraban los combatientes se refugian también centenares de civiles que no tienen alimentos ni agua por lo que Palamar pidió "al mundo civilizado" que sirviera de "garante de seguridad" para salir de allí con los civiles, ya que los dos últimos batallones ucranianos que quedan en la ciudad no aceptan las condiciones que les impone la Federación Rusa.
Los nuevos comentarios de Putin y Shoigu sobre no atacar la planta parecen reflejar un cambio de estrategia en Mariupol, donde hasta ahora los rusos se mostraban dispuestos a tomar hasta el último centímetro de la ciudad, aunque no queda claro si tendrá algún significado en términos prácticos o es más bien un movimiento simbólico.
Las autoridades ucranianas informaron previamente que cuatro autobuses con civiles lograron escapar de la ciudad después de varios intentos fallidos. Miles más permanecen en la ciudad, gran parte de la cual se ha reducido a ruinas humeantes en un asedio de casi dos meses en el que se teme que más de 20,000 personas hayan muerto.
La viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijo que el jueves se haría otro intento de evacuar a los civiles de Mariupol, aunque no está claro cómo influirá la nueva orientación de Putin en este esfuerzo.