Ante la amenaza de Trump: por qué es difícil que EEUU pueda tratar de retomar el control del canal de Panamá
Cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el domingo que podría intentar recuperar el control del canal de Panamá lo hizo argumentando que los transportistas pagan tarifas “ridículas” por el uso de la vital vía de transporte marítimo que conecta los océanos Atlántico y Pacífico e insinuando que China ejercía un control indebido sobre el canal. Independientemente de la justificación que alegue Trump, ¿puede Estados Unidos recuperar legalmente el control del canal de Panamá si llegara a intentarlo?
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, quien fue elegido en mayo y asumió el mando en julio, rechazó rotundamente la idea como una afrenta a la soberanía de su país. “Cada metro cuadrado del canal de Panamá y sus zonas adyacentes son de Panamá y lo seguirán siendo, dijo Mulino en un video de más de cuatro minutos publicado en la plataforma X, antes Twitter, sin mencionar a Trump ni una sola vez.
“La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables”, añadió el presidente panameño, quien ha ayudado en los esfuerzos de Estados Unidos para controlar el problema migratorio en su frontera sur cerrando el paso de los migrantes al tapón del Darién.
¿Qué acuerdos alcanzaron EEUU y Panamá sobre el canal?
Esta nueva amenaza de Trump a una nación amiga podría ser difícil de cumplir, al menos desde un punto de vista legal.
Cuando en 1903 Estados Unidos adquirió los derechos para construir y operar el canal de Panamá durante los primeros años del siglo XX, también obtuvo derechos permanentes sobre el mismo así como sobre sus áreas contiguas conocidas como la 'Zona del Canal', a través del tratado Hay-Bunau-Varilla, cuya validez fue cuestionada por muchos en la nación centroamericana por la aparente falta de legitimidad del negociador panameño.
Las tensiones entre las dos naciones crecieron después de la inauguración del canal en 1914 y, después de varios intentos de llegar a un acuerdo, no fue sino hasta 1973 que el gobierno de Richard Nixon comenzó a negociar con Panamá con el objetivo de garantizar el uso perpetuo del canal en lugar del control perpetuo de la 'Zona del Canal'. Las negociaciones fueron avanzadas por su sucesor, Gerald Ford.
Entre los años de 1973 y 1976, Estados Unidos y Panamá acordaron una serie de borradores de acuerdos que formaron la base de los tratados Torrijos-Carter, firmados finalmente por el presidente Jimmy Carter el 7 de septiembre de 1977.
Se trató de dos acuerdos. El primero de ellos conocido como Tratado Relativo a la Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del Canal de Panamá, o Tratado de Neutralidad, establece que ese paso permanecerá abierto tanto en tiempos de paz como de guerra y que, como reza su nombre, permanecerá "permanentemente neutral".
El texto del tratado estableció que "Panamá declara la neutralidad del canal para que, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, éste permanezca seguro y abierto para el tránsito pacífico de las naves de todas las naciones en términos de entera igualdad, de modo que no haya contra ninguna nación ni sus ciudadanos o súbditos discriminación concerniente a las condiciones o costos del tránsito ni por cualquier otro motivo y para que el canal, y consecuentemente el istmo de Panamá, no sea objetivo de represalias en ningún conflicto bélico entre otras naciones del mundo".
El segundo, llamado Tratado del Canal de Panamá, estableció que la 'Zona del Canal' dejaría de existir el 1 de octubre de 1979 y que el control del canal mismo sería entregado a los panameños el 31 de diciembre de 1999.
El valor legal de un pacto como el Tratado del Canal de Panamá
Ambos tratados, a pesar de haber enfrentado la oposición de los sectores más extremos del Partido Republicano fueron ratificados por el Senado en marzo y abril de 1978, adquiriendo fuerza de ley de la nación de acuerdo a lo prescrito por la Cláusula de Supremacía de la Constitución. Esto significa que tienen el mismo valor legal que las leyes aprobadas por el Congreso. Y eso por tanto, a su vez, obliga a ceñirse a los textos de los tratados Torrijos-Carter de 1977.
Tampoco es mucho lo que los otros poderes pueden hacer contra los tratados. La Corte Suprema puede revisar los tratados pero únicamente en lo relativo a su constitucionalidad, mientras que un acto unilateral del Congreso no puede anular un tratado debidamente ratificado por el Senado.
Qué dice el Tratado de Panamá sobre la resolución de posibles disputas
El acuerdo establece que si llegaran a surgir cuestionamientos a la interpretación del pacto, Estados Unidos y Panamá deberán hacer "todo esfuerzo posible por resolver el asunto en consultas con los comités que se establezcan pertinentes al tratado (...) o a través de canales diplomáticos".
Y, "si no fuese posible resolver un asunto particular a través de esos mecanismos, deberían acordar elevarlo a una mediación o arbitraje para la resolución pacífica de la disputa".
“China no tiene control directo ni indirecto del canal": refutan los dichos de Trump
Trump también denunció el fin de semana una creciente influencia de China en el canal crucial para que negocios estadounidenses transporten bienes. "Era exclusivamente para que Panamá los istrara, no China ni nadie más", dijo Trump. "¡Nunca dejaríamos ni dejaremos que caiga en malas manos!".
Si Panamá no puede garantizar una "operación segura, eficiente y confiable" del canal, "entonces demandaremos que nos devuelvan el canal de Panamá en su totalidad y sin lugar a dudas", siguió el republicano.
Sobre esas declaraciones en específico, el presidente Mulino respondió: "El canal no tiene control ni indirecto ni de China, ni de la Comunidad Europea, ni de Estados Unidos o de cualquiera otra potencia. Como panameño rechazo enérgicamente cualquier manifestación que tergiverse esta realidad".
"Las tarifas no se fijan por capricho, sino con base en evaluaciones de expertos sobre los costos operativos y la dinámica del mercado", añadió.
Desde China, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, dijo que su país apoyará a Panamá en la defensa de la soberanía del canal. "El canal de Panamá es una gran creación del pueblo de Panamá. Es una vía fluvial de oro para la conectividad entre países", afirmó Mao.
Aunque analistas como los del grupo de expertos estadounidense con sede en Washington DC Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) consideran que “con la expansión de la influencia china en la vía fluvial, es probable que el canal siga siendo un punto de tensión en las relaciones entre Estados Unidos y China”.
Según el CSIS, “China no opera el canal, sólo gestiona los dos puertos de cada extremo, lo que significa que no interactúa ni influye en todas las mercancías que transitan por él. Sin embargo, el aumento del control de las empresas chinas sobre las operaciones de transbordo de carga con destino a Estados Unidos y otros países es un punto de discordia”.
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