Cómo Trump usó una foto alterada de los tatuajes de Ábrego García para distorsionar el caso
El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha insistido en que una imagen digitalmente editada de los tatuajes en una de las manos del inmigrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado a El Salvador, es una prueba irrefutable de sus supuestos vínculos con la pandilla MS-13.
El gobierno de Trump ha fundamentado en gran medida sus acusaciones judiciales y mediáticas en esa imagen y en sus tatuajes en general. Ábrego García ha negado en el pasado cualquier vínculo con esa banda. La única falta de la que se le acusa es un caso de violencia doméstica contra su esposa, quien en 2020 pidió a un juez una orden de alejamiento, según la prensa informó esta semana citando documentos de la corte.
Eso sin tomar en cuenta que, según la propia istración de Trump, Ábrego García fue deportado por “error” y puesto tras las rejas en el brutal Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot). Luego el gobierno se ha rehusado a traerlo de vuelta bajo el mismo argumento, potencialmente cayendo en un desacato judicial, según se desprende de las últimas decisiones judiciales del juez federal James E. Boasberg .
El martes Trump volvió a referirse en una entrevista con ABC a la imagen editada que él mismo difundió el 18 de abril de los tatuajes en la mano izquierda de Ábrego García para afirmar erróneamente que las marcas en sus nudillos decían explícitamente el acrónimo de la pandilla “MS-13”.
Pero, en primer lugar, la foto muestra un tatuaje por nudillo de Ábrego García. En los nudillos aparecen una hoja de marihuana, una cara feliz con una “x” en el área de los ojos, una cruz y un cráneo.
Luego fue agregada digitalmente la letra “M”, sobre la marihuana, la letra “S”, sobre la cara feliz, el número “1” sobre la cruz y el número “3” sobre el cráneo. El acrónimo es utilizado para referirse a la Mara Salvatrucha.
Pero en la tensa entrevista con el periodista Terry Moran de ABC, Trump insistió falsamente que la imagen mostraba textualmente cómo la mano de Ábrego García desplegaba el acrónimo “MS-13”. El periodista en varias ocasiones trató de corregir al presidente diciéndole que las letras y los números fueron agregados digitalmente.
Trump respondió molesto para insistir erróneamente en varias ocasiones que los nudillos sí llevaban las letras y los números.
El acrónimo de MS-13 en los nudillos de Ábrego fueron agregados digitalmente
Contrario a lo que afirma Trump, las letras y los números alusivos a la pandilla salvadoreña sí fueron agregados digitalmente a los nudillos de Ábrego García.
Además, una imagen difundida en su cuenta de X por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, muestra el flanco izquierdo de Ábrego García y en la foto se aprecia cómo no es verdad que las letras y los números aparezcan sobre los tatuajes de su mano.
La foto fue difundida por Bukele el 17 de abril y muestra a Ábrego García durante su encuentro en El Salvador con el senador demócrata Chris Van Hollen, quien ha exigido al gobierno de Trump que cumpla con las órdenes de la Corte Suprema y de una corte inferior de “facilitar” el retorno del salvadoreño a Estados Unidos.
Ábrego García ha dicho en múltiples ocasiones a sus abogados y a las cortes migratorias por las que ha pasado que él no tiene ninguna afiliación al grupo criminal salvadoreño.
En el otoño de 2019 un juez le había concedido una protección contra su deportación, que el gobierno de Trump potencialmente violó al detenerlo en Maryland en marzo y posteriormente deportarlo con decenas de otros inmigrantes, la mayoría venezolanos, en condiciones igualmente irregulares.
Ábrego García fue detenido por agentes del Servicio de Immigración y Aduanas (ICE en inglés) mientras viajaba en su vehículo junto con su hijo, que es autista. El inmigrante está casado con una ciudadana estadounidense.
De acuerdo con expertos, los tatuajes de Ábrego García no pueden ser fácilmente vinculados al grupo criminal. Y algunos analistas han dicho abiertamente que esos tatuajes no tienen ninguna relación con la Mara Salvatrucha.
Por ejemplo, Roberto Lovato, quien escribió una autobiografía sobre su experiencia creciendo en Los Ángeles rodeado de de MS-13, dijo que los tatuajes no revelan ningún vínculo con la pandilla.
En una publicación en X luego de que Trump difundió la foto editada, Lovato, quien es profesor de escritura creativa en la Universidad de Nevada, dijo que al consultar a actuales y anteriores de la pandilla, ninguno reconoció los tatuajes.
En su publicación, Lovato dijo que ha analizado y escrito por 30 años sobre las pandillas salvadoreñas y que él tampoco podía reconocer los tatuajes en la mano del inmigrante deportado.
La jueza Paula Xinis, de Maryland, fue la primera en ordenar que el gobierno de Trump “facilite” el retorno de Ábrego García. La jueza ha dicho que el gobierno federal no ha presentado pruebas contundentes que sustenten las acusaciones de que tiene vínculos criminales.
“La ‘prueba’ contra Abrego García consistía nada más que su gorra y sudadera con capucha de los Chicago Bulls, y una acusación vaga y no corroborada de un informante confidencial que afirmaba que pertenecía a la camarilla ‘occidental’ de la MS-13 en Nueva York, un lugar en el que nunca ha vivido”, escribió la jueza en una orden reciente.
La utilización de los tatuajes que lleva el inmigrante en su cuerpo no es exclusiva del caso de Ábrego García. El gobierno de Trump ha utilizado esa táctica para sustentar cientos de deportaciones de inmigrantes venezolanos y salvadoreños para vincularlos erróneamente a grupos criminales.
Por ejemplo, a mediados de marzo, cuando el gobierno de Trump se preparaba para invocar la antigua Ley de Enemigos Extranjeros alegando una supuesta "invasión" de de la banda criminal venezolana Tren de Aragua, la Unión por las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) sostuvo en una demanda que cuatro venezolanos que estaban por ser deportados habían sido acusados falsamente de pertenecer al grupo criminal.
Entre las supuestas evidencias citadas por el gobierno estaban algunos tatuajes que llevaban los deportados, pero, por ejemplo, en uno de los casos ACLU dijo que los tatuajes del venezolano no tenían ninguna relación con el grupo criminal y que ese individuo era un "artista de tatuajes", no un criminal.
El juez federal James E. Boasberg escuchó los argumentos de ACLU y el 15 de marzo bloqueó la ejecución de las deportaciones. El gobierno de Trump aparentemente ignoró la orden al sostener que el vuelo de deportación ya estaba en curso cuando el juez emitió la resolución, una excusa que Boasberg ha rechazado de forma tajante.
Un reporte publicado a mediados de abril por el diario estadounidense The New York Times sostiene que, tras analizar más de 200 casos de inmigrantes venezolanos deportados luego de ser acusados de pertenecer a la banda criminal, encontró poca o nula evidencia para sostener los señalamientos del gobierno.
Univision Noticias informó el 11 de abril que documentos de inteligencia de varias agencias federales mostraban que desde el 2023, mientras el gobierno se preparaba para combatir la entrada de del Tren de Aragua, esas agencias concluyeron que los tatuajes "posiblemente" identificaban a sus , pero que no podían ser vistos como un elemento concluyente.
El caso de Ábrego García impacta los derechos para todos en EEUU, alerta senador Van Hollen
En una carta enviada por el senador demócrata por Maryland Christopher Van Hollen Jr. a Trump esta semana, se reitera la exigencia al presidente para que cumpla las órdenes judiciales que exigen a su gobierno “facilitar” el retorno del inmigrante a suelo estadounidense.
Van Hollen sostuvo que en su encuentro con el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, durante su visita al país centroamericano, el funcionario itió que Ábrego García continuaba ahí por voluntad del gobierno de Estados Unidos.
El gobierno de Trump ha buscado justificar su potencial desacato con argumentos confusos. A mediados de abril, funcionarios del gobierno de Trump ofrecieron declaraciones contradictorias.
Mientras la fiscal general Pam Bondi dijo que Ábrego García seguía en El Salvador porque el gobierno salvadoreño así lo quería, Stephen Miller, asesor de Trump, dijo que el inmigrante fue deportado por supuestos vínculos criminales. Luego Bukele declaró que no podría trasladar a un “terrorista” a Estados Unidos.
Más recientemente, en su entrevista con ABC News, Trump dijo que no podía ordenar el regreso del inmigrante por consejo de sus abogados.
El legislador dijo que el funcionario del gobierno de Bukele le dijo en varias ocasiones que la decisión de retornar a Ábrego García a Estados Unidos depende solamente de la decisión de la istración de Trump.
Van Hollen dijo que Ulloa le repitió que “el balón está en su cancha”, refiriéndose a que sólo Estados Unidos podía decidir cuándo regresar a Ábrego García.
“Mi conversación con él (Ulloa) reveló el nivel al cual usted y su istración están violando la órdenes de las cortes federales y la Constitución de Estados Unidos”, condenó Van Hollen en su carta. “Nuestra discusión mostró que su istración no está haciendo nada para cumplir con la orden de la Suprema Corte para ‘facilitar’ el regreso del señor Ábrego García”.
El legislador dijo que, sin embargo, el caso del inmigrante salvadoreño acarrea implicaciones más amplias que sólo una reticencia del gobierno para traer de vuelta a una persona deportada sin el “debido proceso”.
“Este caso no es sólo acerca de Kilmar. Es sobre todas las personas en Estados Unidos. Mientras que Ábrego García está al centro de este caso, sus consecuencias impactan los derechos al debido proceso de cualquier que viva en Estados Unidos”, alertó.
En una declaración enviada a Univision Noticias, Simon Sandoval-Moshenberg, abogado de Ábrego García, reiteró las violaciones en las que ha incurrido el gobierno de Trump en su tratamiento del caso.
“Se le han negado las protecciones más básicas del debido proceso: ninguna llamada a su abogado, ninguna llamada a su esposa ni a su hijo, y ninguna oportunidad de ser escuchado”, condenó. “El Sr. Abrego García merece su día en la corte. Tráiganlo de regreso a Estados Unidos, devuélvanlo ante el mismo juez de inmigración que escuchó su caso en 2019 y permítanle hablar por sí mismo”.
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