Muerte de grafitero colombiano con un taser en Miami Beach reaviva el debate sobre responsabilidad policial
En la película recién estrenada, Reefa, un grafitero de 18 años es sorprendido por la policía en pleno proceso de pintado de un McDonald's cerrado. El choque eléctrico de una pistola taser activada por un oficial le produjo un infarto que terminó matándolo.
La historia real de Reefa, nombre artístico del inmigrante colombiano Israel Hernández, conmocionó al sur de Florida en el momento de su muerte en 2013.
A pesar de la indignación por las acusaciones de brutalidad policial, el caso nunca llegó a los tribunales y el policía implicado sigue activo.
Tras el asesinato de George Floyd y la condena del policía que lo mató, algunos analistas se preguntan si la decisión del jurado podría marcar un cambio en la forma de ver a la policía y el uso de la fuerza excesiva. Eso hace que la familia de Reefa se pregunte si las cosas podrían haber resultado diferentes en el caso de su hijo en el nuevo clima de mayor escrutinio público de la policía.
"En el caso de mi hijo la fiscalía fue indolente, pusilánime, incluso, le faltó más vigor y esfuerzo en demostrar la culpabilidad de los responsables de mi hijo, cuya política fue calcada en el caso que acaba justamente de terminar con un veredicto de responsabilidad", dijo Israel Hernández, el padre de Reefa.
"Nos solidarizamos con esa familia y es una luz de esperanza al final del túnel frente a esos abusos policiales que parecían tener una licencia para imponer penas de muerte impunemente", agregó.
Unos de los abogados de la familia dice que las cosas no han cambiado tanto en Miami Beach, donde murió Reefa. "Desgraciadamente, el panorama legal no ha cambiado. Todas las barreras a las que se enfrentaban la familia y la comunidad siguen ahí", dijo José Javier Rodríguez, abogado de derechos civiles y exsenador estatal de Florida.
La muerte de Reefa
La noche en que murió, la policía vio a Hernández pintando grafitis en un edificio abandonado y un agente le disparó con la pistola eléctrica durante una persecución a pie. Murió una hora después en el hospital.
Las circunstancias de la muerte de Reefa también destacaron algunos de los cambios recientes, incluido el papel de los videos de teléfonos celulares y las cámaras corporales de la policía en las investigaciones criminales. En el caso de Reefa, los videos de las cámaras de seguridad en los edificios cercanos captaron parte de la persecución, pero no el momento crucial de su muerte. Ninguno de los transeúntes lo grabó.
"Israel se encontró con los agentes en plena noche. No había nadie para grabarlo", dijo Rodríguez.
Rodríguez dijo que el equipo de abogados de la familia pudo reconstruir cómo se desarrolló el incidente obteniendo imágenes de video de los edificios circundantes, lo que contradice la versión oficial de los hechos de la policía. "Al menos un agente estaba persiguiendo con el arma desenfundada", dijo, señalando que los agentes sabían que Reefa era un adolescente desarmado que no representaba una amenaza física inmediata.
"Es una locura pensar, en cualquier ciudad, que los agentes se comporten así sin consecuencias", dijo Rodríguez.
Secretismo
En ese sentido, cree que las cosas no han cambiado mucho, al menos en Miami Beach, respecto a la conducta policial. "El secretismo y la falta de transparencia es lo que más llama la atención", dijo, destacando los obstáculos que la familia enfrentó por parte de la policía y la oficina del Fiscal Estatal del Condado de Miami-Dade.
Aunque las pistolas eléctricas se promueven como una opción menos letal para la policía, los críticos también han destacado la muerte de Reefa para demostrar que no siempre es así. De hecho, se han producido numerosas muertes después de que las víctimas fueron impactados por los dardos de un taser, que han sido descritas como un instrumento de tortura si se utiliza mal.
"Se utilizan en exceso y hay muchas evidencias de personas que resultan gravemente heridas", dijo Rodríguez.
Infarto
En 2017, Reuters documentó 1,005 incidentes en Estados Unidos en los que las personas murieron después de que la policía las aturdiera con las taser, normalmente en incidentes en los que también se empleó otro tipo de fuerza, desde asfixias hasta palizas. Pero en casi todos los casos nunca se culpó directamente a la pistola eléctrica de causar la muerte. Los fabricantes del arma electrónica en Arizona, Axon Enterprise, afirman que la inmensa mayoría de las personas que murieron tras ser aturdidas lo hicieron por problemas de salud subyacentes, como consumo de drogas o por uso de la fuerza policial.
La oficina del médico forense tardó siete meses en establecer cuál fue la muerte en el caso de Reefa : "muerte súbita cardíaca", debido al impacto de la pistola eléctrica. Era la primera vez que un médico forense atribuía directamente a una pistola eléctrica la causa de un infarto que resultó fatal.
Su familia y sus amigos sospechan que el policía Jorge Mercado disparó la pistola eléctrica a quemarropa como castigo por haber huido de la policía. Los testigos dicen que vieron a la policía atrapar a Reefa y empujarlo contra la pared. Lo siguiente que vieron fue su cuerpo en el suelo.
Un despachador de radio de la policía avisó a los agentes que se dirigieron al lugar que no estaban en riesgo. "Esto es un delito menor, no vamos a sacar perros por esto", dice el despachador.
Pero, según el informe oficial de la policía, se utilizó el taser para su arresto.
"Hubo muchos aspectos que pudimos sacar a la luz para demostrar la imprudencia de los agentes", dijo Rodríguez.
Asilo político
La directora de la película Reefa, Jessica Kavana Dornbusch, dijo que la decisión del grafitero de huir fue lo que la inspiró a hacer la película. Los Hernández eran inmigrantes que huyeron de la violencia en el norte de Colombia y estaban a la espera de recibir asilo político, que les fue concedido pocos días después de la muerte de Reefa.
El joven esperaba ir a la escuela de arte de Nueva York y desde muy joven se hizo notar por sus grafitis, entre ellos una distintiva flor tropical que aún puede verse en señales de tráfico y edificios de Miami. También estaba al tanto de la gente que era maltratada por los agentes en Miami Beach, y su familia, muy unida, dice que sabía que su situación migratoria podía pender de un hilo.
"Cuando me enteré de por qué se fueron de Colombia, la ironía se hizo mucho más profunda", dijo Kavana Dornbusch, de familia uruguaya y casada con un venezolano. "Pensar en lo que habían pasado para encontrar seguridad en este país y luego ser asesinados por quienes habían jurado proteger y defender, esa fue realmente mi principal motivación para contar la historia", añadió.
Según ella, el hecho de ser inmigrantes también debilitó sus posibilidades en la batalla legal con la policía y la Fiscalía del Estado. "Cuando eres estadounidense y estás aquí sientes que tienes derecho a argumentar y a hablar, que donde estás es como un invitado. Nunca se les iban a conceder los mismos derechos que a una familia estadounidense", dijo.
El destacado cineasta de Miami Billy Corben está tan indignado por la forma en que se manejó la investigación de Reefa que también está realizando un documental que se estrenará en 2022, centrado en la supuesta corrupción del Departamento de Policía de Miami Beach y de la fiscal del condado, Kathy Fernández Rundle.
"Israel estaba detenido, en el suelo, rendido, neutralizado por un policía que le doblaba en tamaño", dijo, sugiriendo que su muerte fue "una ejecución extrajudicial".
Describió sus entrevistas con la familia Hernández como "las más impactantes" que ha hecho.
El historial del agente Mercado también tiene problemas, como una prueba de drogas que no pasó y varios informes de asuntos internos, incluyendo una investigación sobre un supuesto fraude en las horas extras, y una paliza a un veterano de guerra iraquí. Fue exonerado en todas las ocasiones.
"Para empezar, este hombre no debería haber estado en la calle y haberse topado con Israel", dijo Corben.
En 28 años, la oficina de Fernández Rundle no ha acusado a ningún agente de policía en servicio de una muerte por disparo.
Después de una investigación de casi dos años en el caso de Reefa, los fiscales en 2015 se negaron a presentar cargos penales contra Mercado, dictaminando que su muerte fue un accidente.
"El uso de 'cualquier' fuerza estaba justificado en el caso del oficial Mercado", según el informe de 38 páginas de la Oficina del Fiscal del Estado para el distrito judicial. El Fiscal del Estado explicó que, dado que la pistola eléctrica se considera "no letal", el agente no podía esperar que el disparo que efectuó matara a Hernández.
En una declaración separada, Fernández Rundle señaló que el hecho de que el médico forense había determinado que la muerte fue accidental, dejaba "poco margen legal para presentar cualquier posible cargo penal".
Explicó que la investigación "determinó que la triste tragedia de esta situación es que nadie involucrado pretendía o preveía que se produjera ninguna lesión grave a este joven".
Los Hernández acabaron presentando una demanda contra los fabricantes de la pistola taser y el Departamento de Policía de Miami Beach, alegando que la policía había violado sus derechos civiles. Años después se llegó a un acuerdo privado.
También hubo un cambio positivo que salió de esto.
En 2015, el Departamento de Policía de Miami Beach ordenó cambios en su política del uso del taser y emitió nuevos dispositivos que emiten cargas de electricidad más pequeñas e incluyen una característica de seguridad adicional: una mira de doble láser para ayudar al oficial a evitar apuntar a la zona del pecho.
"Los lugares de puntería recomendados son la parte trasera del torso, por debajo de la zona del cuello, y la parte delantera del torso, en el centro de la masa (por debajo de la zona del pecho o del corazón)", según la nueva política.
Además, los agentes ya no pueden utilizar el arma a menos que se esté amenazando a alguien.
