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    Con tres disparos al corazón: Carolina del Sur realiza su segunda polémica ejecución por fusilamiento en cinco semanas

    Un pelotón de fusilamiento ejecutó nuevamente a un recluso de Carolina del Sur. El condenado era Mikal Mahdi, de 42 años, quien eligió morir de tres balazos en el corazón en lugar de inyección letal o silla eléctrica. Es la segunda ejecución en las últimas cinco semanas que el estado lleva a cabo con este controversial método.
    Publicado 11 Abr 2025 – 09:03 AM EDT | Actualizado 11 Abr 2025 – 07:25 PM EDT
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    Si bien el método de ejecución está asociado desde hace tiempo con el terrorismo político o la justicia militar, un pelotón de fusilamiento ejecutó este viernes a un recluso de Carolina del Sur. Es la segunda vez que el estado aplica ese método en el último mes y medio, tras 15 años sin aplicarse en todo Estados Unidos.

    Mikal Mahdi fue condenado a muerte hace 20 años por el asesinato en una emboscada de un policía fuera de servicio. Es el quinto recluso ejecutado por Carolina del Sur en menos de ocho meses, mientras el estado procesa a los presos que se quedaron sin apelaciones durante una pausa involuntaria de 13 años en la pena de muerte.


    Mahdi, de 42 años, eligió morir de tres balazos en el corazón en lugar de la inyección letal o la silla eléctrica. El 7 de marzo, Brad Sigmon fue ejecutado en la primera muerte por fusilamiento en Estados Unidos en 15 años y apenas la cuarta desde 1976. Las demás ocurrieron en Utah.

    El pelotón de fusilamiento es un método de ejecución con una larga y violenta historia en todo el mundo. La muerte a tiros se ha utilizado para castigar motines y deserciones en los ejércitos, como justicia fronteriza en el Viejo Oeste estadounidense y como herramienta de terror y represión política en la antigua Unión Soviética y la Alemania nazi.

    Sin embargo, los legisladores de Carolina del Sur lo consideraron la forma más rápida y humana de ejecutar a un recluso, especialmente dada la incertidumbre para obtener fármacos para la inyección letal.

    La de Mahdi es la duodécima ejecución en Estados Unidos este año. Veinticinco presos en nueve estados fueron asesinados en todo 2024. Alabama y Luisiana han ejecutado a reclusos con gas nitrógeno. Florida, Oklahoma, Arizona y Texas han ejecutado a hombres mediante inyección letal, mientras que Carolina del Sur ha utilizado tanto el pelotón de fusilamiento como la inyección letal.

    Cómo fue la ejecución por fusilamiento de Mahdi: tres disparos al corazón


    A las 6:00 pm de este viernes, se levantó el telón en la cámara de la muerte de una prisión de Columbia con menos de una docena de testigos sentados tras un cristal a prueba de balas.

    Mahdi fue atado a una silla. Un médico con un estetoscopio colocó un cuadrado blanco con una diana roja sobre su corazón.

    Un trabajador de la prisión le colocó una capucha, cruzó la pequeña habitación y abrió una persiana negra donde se ubicaron los empleados que se ofrecieron como voluntarios para el pelotón de fusilamiento.

    Sin advertencia audible ni visual para los testigos, los tiradores dispararon rifles de alta potencia contra Mahdi desde 15 pies de distancia.

    Mahdi no dio una declaración final ni miró hacia los nueve testigos que se encontraban en la sala tras el cristal y las rejas a prueba de balas una vez que se abrió la cortina, reportó la agencia AP.

    Gritó al ser alcanzado por los disparos y flexionó los brazos. Respiró durante unos 80 segundos antes de parecer dar un último suspiro.

    Un médico lo revisó y fue declarado muerto a las 6:05 p.m., tiempo del Este, menos de cuatro minutos después de que se dispararan los tiros.

    El crimen del condenado a muerte

    Mahdi itió haber asesinado al agente de Seguridad Pública de Orangeburg, James Myers, en 2004, disparándole al menos ocho veces antes de quemarle el cuerpo. La esposa de Myers lo encontró en el cobertizo de la pareja en el condado de Calhoun, que había sido el escenario de su boda 15 meses antes.

    El cobertizo de Myers estaba a poca distancia, a través del bosque, de una gasolinera donde Mahdi intentó, sin éxito, comprar gasolina con una tarjeta de crédito robada y dejó abandonado un vehículo que había robado en Columbia. Mahdi fue arrestado en Florida mientras conducía la camioneta policial sin distintivos de Myers.

    Mahdi también itió haber asesinado tres días antes a Christopher Boggs, un empleado de una tienda de conveniencia en Winston-Salem, Carolina del Norte, quien recibió dos disparos en la cabeza mientras revisaba la identificación de Mahdi. Mahdi fue condenado a cadena perpetua por ese asesinato.

    Apelación final: la terrible historia personal del condenado a muerte

    La apelación final de Mahdi fue rechazada esta semana por la Corte Suprema de Carolina del Sur. Sus abogados afirmaron que los abogados originales de Mahdi presentaron un caso superficial para intentar salvarle la vida, sin recurrir a familiares, maestros ni otras personas que lo conocieron e ignoraron el impacto de los meses que pasó en aislamiento en prisión durante su adolescencia.

    La defensa de Mikal Mahdi luchó para evitar su ejecución, argumentando, no su posible inocencia, sino que la historia personal de Mahdi es de una víctima de tortura prolongada durante su infancia y que no recibió un juicio justo. A diferencia de otros casos recientes, los abogados no niegan los hechos, pero sostienen que el abuso severo que sufrió cuando era adolescente, incluyendo "8,000 horas en confinamiento solitario" entre los 14 y los 21 años, nunca fue presentado adecuadamente ante la corte.

    Además del abuso físico y emocional que sufrió desde temprana edad en su casa, Mahdi vivió una infancia de abandono y la inestabilidad. Su madre huyó del hogar cuando él tenía cuatro años debido a la violencia de su padre, quien padecía enfermedades mentales. Su padre lo sacó del sistema escolar para educarlo en casa a los 11 años.

    A los 9 años, Mahdi mostraba signos severos de angustia y pensamientos suicidas, y fue internado brevemente en un centro psiquiátrico, del cual fue dado de alta sin recibir seguimiento ni tratamiento. Ingresó al sistema penitenciario siendo adolescente y recibió castigo extremo que ahora se reconoce ampliamente como una forma de tortura.

    Los defensores de Mahdi pidieron clemencia al gobernador, argumentando que el acusado ha cambiado radicalmente durante sus dos décadas en prisión, asumiendo plena responsabilidad por sus crímenes y mostrando remordimiento. El argumento de la defensa para perdonarle la vida a Mahdi ante el juez duró solo unos 30 minutos.

    El primer recuerdo de Mahdi es el de su padre golpeando a su madre contra una mesa de cristal y luego mintiéndole a su hijo, diciéndole que su madre estaba muerta. El padre de Mahdi lo sacó.

    Con información de AP

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