Boeing despide al principal jefe de sus aviones 737 Max, la problemática línea que más dolores de cabeza ha dado a la compañía
El gigante aeroespacial Boeing anunció que el director de su programa de aviones 737 dejará la compañía de inmediato, allanando el camino para que la compañía designe un nuevo líder para su importante, pero problemático, programa de aviones de pasajeros.
Ed Clark dejará la empresa, informó el director ejecutivo de la unidad de aviones comerciales de Boeing, Stan Deal, a los empleados de a través de un memorando.
Cambios ejecutivos
"Ed se marcha con nuestra más profunda gratitud por sus importantes contribuciones durante casi 18 años de servicio dedicado a Boeing", dijo Deal en el memorando.
Clark será reemplazado por Katie Ringgold, la actual vicepresidenta de operaciones de entrega del programa 737, mientras que la compañía creó una nueva vicepresidencia senior de calidad de aviones comerciales, para la que designó a Elizabeth Lund, la actual vicepresidenta y directora general de programas de aviones comerciales encargada de los programas de producción 737, 747, 767, 777/777X y 787.
A pesar de haber estado en la compañía durante casi dos décadas, el ejecutivo saliente, solo había estado a cargo del programa 737 Max desde marzo de 2021, después de los accidentes mortales de Ethiopian Airlines en 2019, que mataron a un total de 346 personas y que causaron la que la Agencia Federal de Aviación ordenara la suspensión de los vuelos de los 737 Max.
Antes Clark había trabajado como jefe de ingeniería y jefe de mecánica del 737.
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Un incidente del 5 de enero en el que un 737 Max de Alaska Airlines perdió una ventana en pleno vuelo representa la más reciente crisis de seguridad para el avión comercial de mayor volumen de ventas de la compañía.
El indecente de Alaska Airlines también representa la más grave de una serie de fallas de calidad en los aviones Boeing que han causado retrasos importantes en las entregas de aviones a sus clientes.
Un mes después del vuelo de Alaska Airlines, Boeing informó que agujeros mal perforados en algunos aviones Max retrasarían la entrega de unidades a sus compradores, mientras que inspecciones llevadas a cabo en varios aviones 737 Max-9, encontraron defectos de fabricación similares a los que causaron el incidente del avión de Alaska.
De hecho, según un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte los cuatro pernos que deberían haber mantenido en su lugar la puerta falsa de la aeronave de Alaska, no habían sido colocados correctamente cuando el avión salió de la fábrica de Boeing.
Los problemas de las versiones del 737 Max en servicio, los Max-8 y Max-9, han causado un efecto dominó en los planes de producción de Boeing, posponiendo la certificación de dos nuevas versiones del avión, una versión corta, el Max-7 y una versión alargada, el Max 10.