Para los hispanos es más duro el primer año al salir de prisión: algunos datos para entender cómo es esta 'Segunda oportunidad'
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Las 72 horas después de la liberación son cruciales. El anhelado día que han estado esperando con conteos regresivos y rayas en la pared de una prisión, pueden convertirse en un sueño que se esfuma en tres días. Más de una decena de estudios y organizaciones consultadas explican cómo los programas de reinserción deben poner especial foco en esa etapa decisiva de transición hacia la libertad.
De hecho, algunas asociaciones hacen un "check list" de las cosas que deben ocurrir en esos minutos para que el regreso a la sociedad sea exitoso. Otras enfocan su ayuda específicamente a ese período como 'The first 72+" y Re Entry 72, ambas en Luisiana.
Una consulta al trabajo de una decena de organizaciones y líderes que ayudan a mujeres y hombres en ese nuevo camino, arroja que entre las batallas más duras que enfrentan son la del estigma por el error cometido y la recomposición de su autoestima. Además, hay otras más tangibles como la imposibilidad de conseguir un buen empleo, pagar una renta y ser aceptados en asociaciones residenciales, entre otras.
En Estados Unidos hay 2,234,563 personas en centros de reclusión estatales, federales y locales. De ese total, 445,246 son de origen hispano, que representan el 20%, porque 37% son blancos 33% negros. La estadística se desprende de la suma de los informes más recientes del Departamento de Justicia (BJS), 'Prisioners in 2017', que presenta los datos de las prisiones federales y estatales, y ‘Jail inmates in 2017', que tiene los datos de las cárceles locales.
Los datos muestran que sin duda la peor parte la llevan las minorías: según los datos del Censo de Estados Unidos, 60% de la población general del país es blanca, 13% negra y 18% de origen hispano.
El estudio más extenso hasta el momento sobre reincidencia ha sido realizado por la Oficina de Estadísticas de Justicia de Estados Unidos. Este departamento hizo seguimiento durante nueve años a las 401,288 personas liberadas en 2005 de las prisiones estatales de 30 estados.
En esos estados se concentró el 77% de las personas excarceladas de las prisiones estatales ese año. Del total de liberados considerados para ese estudio, 18% eran hispanos. Además, permite sacar otras conclusiones.
Por ejemplo, cuando una persona cumple los tres años en libertad sin haber pisado la cárcel nuevamente puede considerarse que el riesgo de recaer disminuyó dramáticamente. El seguimiento entre 2005 y 2014 arrojó que cinco de cada seis personas que salieron de prisiones estatales volvieron a ser arrestados al menos una vez por algún nuevo delito o violación de los requisitos de libertad condicional durante ese periodo .
En el caso de las mujeres la reincidencia a lo largo de nueve años está alrededor del 77% en general. Igual que los hombres, los primeros tres años despues de salir en libertad son los más riesgosos para la reincidencia.
Una de las mayores luchas de quienes vuelven a la sociedad después del encierro es contra los prejuicios y el miedo a cómo podrían comportarse. Sin embargo, cifras como estas desmontan algunos mitos que se convierten en razones para no emplearlos o no rentarles una vivienda, por ejemplo.
Además, estos datos permiten comprender que más que rechazo, las personas que salen de prisión requieren de una comprensión de lo compleja que puede ser su situación y programas efectivos que eviten la reincidencia. ( Estas organizaciones ayudan)
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(*)
Este trabajo forma parte del proyecto 'Segunda oportunidad', gracias a la Chan Zuckerberg Iniciative.
Coordinación: Tamoa Calzadilla y Olivia Liendo.
Asistencia en la investigación y producción: Ana María Carrano, Alexandra Barrera, Albany Urbaez Tahuil y Carolina Rosas.
Fotografía y composiciones fotográficas: David Maris.
Producción general: Emilce Elgarresta y Stephen P. Keppel.
Redes sociales: María Carolina Hurtado, María Dayana Patiño y Liliana Castaño.