Las fiestas son algo en lo que muchos están divididos: están los que las disfrutan y los que no, los que las hacen y los que miran desde lejos. El cine está dispuesto a representar a todas esas personas pero, como parece que Hollywood vive de fiesta en fiesta, son los parranderos aquellos que se convierten en centro de atención casi siempre, listos para causar caos, no importa la edad, género, y muchísimos otros favores escondidos tras pilas de papel picado.