El parto inducido puede salvar la vida de tu bebé: en qué casos debe hacerse
Tras meses de espera y diversos cambios físicos, el parto es el último proceso que las futuras madres deben pasar para tener a su bebé entre sus brazos.
Sin embargo, por más preparada que estés, tu bebé puede darte una sorpresa de último minuto, por lo que será necesario inducirte el parto; es decir, ayudar a tu cuerpo a que inicien las contracciones.
Pero, antes de que te alarmes, te explicamos en qué consiste este procedimiento y en qué ocasiones se recomienda.
De acuerdo con la Clínica Mayo, se induce el parto en una mujer con el objetivo de estimular las contracciones uterinas y propiciar el nacimiento por el canal vaginal.
Son varias las razones por las cuales una embarazada podría necesitar un parto inducido, tales como:
#1 Enfermedades de la mamá
Aquí se pueden considerar muchas, como problemas con los riñones u obesidad, pero también padecimientos desarrollados con el embarazo, como la diabetes gestacional o presión arterial alta.
#2 Embarazo pasado de término
El parto inducido se lleva a cabo cuando ya pasaron casi dos semanas de la fecha estipulada para el nacimiento del bebé y no se ha dado el trabajo de parto.
#3 Se rompió la fuente, pero no hay contracciones
De acuerdo con Mayo Clinic, durante la gestación el bebé está protegido por un saco membranoso, el cual está lleno de líquido y es llamado saco amniótico. Cuando ya va a iniciar el trabajo de parto, las membranas del saco se rompe.
No obstante, hay casos en que el saco se rompe, pero el cuerpo de la madre no inicia las contracciones para que el bebé se acomode y pueda salir por el canal vaginal. En ese caso, hay que inducir el parto.
#4 Corioamnionitis
Los especialistas de Fetal Medicine Barcelona explican que la corioamnionitis es la presencia de una infección en el útero. La causa más frecuente es por las bacterias que se encuentran en la vagina.
#5 Oligohidramnios
Se trata de una complicación en la que el bebé no tiene suficiente líquido amniótico y eso puede poner en riesgo su salud.
#6 Desprendimiento de placenta
La placenta es un órgano muy importante para el bebé que viene en camino, pues lo provee de nutrientes y oxígeno para que pueda crecer adecuadamente en el útero y se mantenga saludable hasta el momento del parto.
Cuando nace el bebé, y como parte de la fase final del proceso de gestación, la placenta es expulsada naturalmente por el cuerpo. Sin embargo, puede ocurrir que la placenta se separe durante el embarazo.
Este desprendimiento puede ser parcial o completo y debe ser tratado con inmediatez, pues representa un riesgo para tu bienestar y el de tu bebé.
Antes de que tu doctor de cabecera recomiende inducir tu parto, considerará elementos como el tamaño, peso, edad gestacional y posición del bebé, pero también el estado del cuello uterino.
¿Cómo se induce el parto?
Hay diferentes métodos para inducir el parto, como:
#1 Madurar el cuello uterino
Hay dos métodos y el objetivo en ambos casos es "ablandar" el cérvix para que el bebé pueda pasar fácilmente.
La primera técnica consiste en colocar prostaglandinas sintéticas (sustancia parecida a las hormonas) dentro de la vagina, para después controlar las contracciones.
En la segunda se inserta un catéter con un balón en el cuello uterino de la mujer. Después, de llena éste con una solución salina y se apoya contra la parte interior del cuello uterino.
#2 Romper la bolsa (amniotomía)
Tu ginecólogo hará una incisión en el saco amniótico que protege al bebé, con un gancho de plástico especial.
Este método solo se utiliza cuando el cuello uterino está parcialmente dilatado y la cabeza del bebé está en la posición adecuada.
#3 Con un medicamento
El método más sencillo (al menos para las madres) es inyectar un medicamento con oxitocina sintética. En su versión "natural", esta hormona es la encargada de iniciar las contracciones.
De acuerdo con la Clínica Mayo, el 75 por ciento de las madres primerizas a las que se induce el parto no tienen complicaciones y dan a luz de manera exitosa.
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