El evento ‘abrazos, no muros’, realizado por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, logró que cientos de migrantes llegaran hasta el río Bravo, entre Texas y Chihuahua, para que se reencontraran con sus familiares por tres minutos. Muchos de ellos no veían a sus seres queridos desde hace 12 años. “Fue hermoso volver a sentir el amor del padre”, dijo Brenda Gómez, una mexicana. Puedes ver: Secuestro, violaciones y extorsión: la peligrosa ruta mexicana usada por migrantes que buscan llegar a EEUU.