Se trata de una enorme mansión en el exclusivo barrio de Bel-Air, en Los Ángeles, que tiene 21 cuartos, 42 baños, 10 piscinas, un lujoso cine, su propia sala de boliche, un garage con espacio para 40 autos y hasta discoteca privada. El mega proyecto arquitectónico tardó 10 años en construirse, entrará a subasta y no volverá a tener otro igual, por cuestiones de permisos del estado.