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Huracán María

Tras el huracán llega la privatización: el gobierno de Puerto Rico le da una estocada a la educación

A seis meses del paso del huracán María, a la crisis palpable en materia de energía, vivienda y migración, se le suman los problemas del sistema educativo. Tras un año en el que se cerraron más de cien escuelas y se fueron decenas de miles de estudiantes, el gobierno ha propuesto una reforma que, para los críticos, convierte la educación en un negocio.
20 Mar 2018 – 02:37 PM EDT
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SAN JUAN, Puerto Rico. - A una semana del paso del huracán María en Puerto Rico, Luis Díaz limpiaba junto a varios de sus compañeros la escuela donde trabaja. Alrededor imperaba la falta de electricidad, comida, agua, combustible y, peor aún, la incertidumbre de los días posteriores a la tormenta. La isla, en bancarrota y con una deuda que ronda los $72,000 millones, enfrentaría desde entonces uno de los dramas humanos más brutales de su historia reciente.

Díaz nació en Cataño, un municipio en la costa norte de Puerto Rico, y a sus 42 años ha pasado la mitad de su vida en un salón impartiendo clases de historia. Además, divide sus días como uno de los referentes del rap de corte sociopolítico en este archipiélago del Caribe. Candidato a doctor en historia, Luis Díaz –corpulento y de mirada franca– se define a sí mismo como “un tipo sencillo”, aunque el trabajo que realiza sea todo menos eso.


A seis meses del paso del huracán María, a la una Reforma Educativa. Los cuestionamientos y la oposición a ambos proyectos han sido férreos, pero al momento parecen no tener freno.

A grandes rasgos, la Reforma Educativa ideada por Rosselló e impulsada por la secretaria de educación, la estadounidense Julia Keleher, contempla tres grandes cambios: la creación de escuelas alianzas o ‘ charter’, reducir las regiones educativas de 35 a 7 y la otorgación de vales educativos por mérito a estudiantes de escasos recursos. Estos últimos en su momento fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Supremo en 1993.


“Esto no es otra cosa que ver la educación como un negocio”, dice Díaz sentado a una mesa en una pizzería en Río Piedras. Univision Noticias intentó entrevistarlo en su escuela, The School of San Juan, pero no obtuvo respuesta de la dirección del centro educativo.

Luis Díaz ve con pesadumbre esta reforma, pero va más allá. A su entender, la educación en Puerto Rico viene descomponiéndose a pasos agigantados de un tiempo a esta parte. Bajo el gobierno de Pedro Rosselló, el padre del actual gobernador, el entonces secretario de educación, Víctor Fajardo, fue acusado y condenado por cargos de extorsión y apropiación de fondos federales dirigidos a estudiantes con necesidades especiales. En total, Fajardo se fue a la cárcel por el robo de $4.3 millones para él y su partido.

Un programa millonario para enseñar valores

“La tendencia es que se ha ido degradando la imagen social de la educación y del maestro”, afirma Díaz. Y enfatiza: “Se ha perdido el respeto a la educación como función social, y cuál es su norte, que es la formación de los recursos humanos que tenemos, conectado con un plan económico”.

El pasado año, Julia Keleher ordenó el cierre de 184 escuelas. Una de las razones que dio la secretaria fue el ahorro que significaría para el Departamento de Educación (que estimó en $7.7 millones). Sin embargo, a una semana del huracán María, el Departamento de Educación firmó un contrato por $16.9 millones para implementar durante cinco meses el programa ‘Tus valores cuentan’, cuyo objetivo es fomentar el civismo en las escuelas del país.

El contrato, además, estuvo impulsado por la directora de la Oficina de Ética Gubernamental, Zulma Rosario, cuyo departamento tiene a su haber la responsabilidad de fiscalizar los contratos del gobierno, no promoverlos. Dicho contrato, fuertemente criticado, se suma a los cuestionamientos que recaen en el salario de $250,000 al año que devenga Julia Keleher, mayor al de la secretaria de educación de Estados Unidos o incluso al de la ministra de educación de Alemania.


Como muchos otros maestros, Luis Díaz ha sido testigo privilegiado del éxodo masivo de estudiantes del país luego del paso del huracán. “En mi escuela se han ido dos o tres por cada grupo. Y, de esos, sólo tres volvieron”. Según cifras otorgadas por el propio Departamento de Educación, desde el paso del ciclón se han perdido 31,000 estudiantes. La merma de estudiantes parece ser la excusa perfecta para la clausura de cerca de 300 escuelas que contempla la Reforma Educativa. Esa es la razón por la cual, según la secretaria de educación, contemplan cerrar más planteles escolares.

El pasado mes de febrero, en una vista en la Cámara de Representantes, Keleher esbozó algunos de los motivos que impulsan la Reforma Educativa. “La reforma que hoy proponemos busca maximizar el uso de los fondos estatales y federales. Por años, el uso y manejo de los fondos del departamento no ha sido el más eficiente, lo cual ha ocasionado que la cantidad que finalmente llega a la educación del estudiante sea mínima”, expresó.


Sin embargo, uno de los señalamientos más frecuentes es que la reforma educativa no propone ningún modelo pedagógico o filosofía educativa y se limita a lo operacional y istrativo. Escasamente aparecen en el proyecto leves inclinaciones. “Priorizar una educación enfocada en la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”. Las artes, así como un sinnúmero de materias, no son atendidas por esta reforma. “Como está planteada, se pierde el que los educadores tengan en sus manos el control del aparato educativo”, remata Luis Díaz, cuya especialización se ve claramente marginada con la nueva propuesta. Él, maestro en historia, analiza: “Un país que no se conoce, que no conoce su historia, no se puede valorar”.

El 9 de marzo, el Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública (FADEP) en Puerto Rico, mediante comunicado de prensa fue enfático en su rechazo a la Reforma Educativa. “Este proyecto, que le quita a cada comunidad su escuela, abre la puerta al discrimen y la segregación de estudiantes, atentando contra su derecho constitucional a la educación. Respecto a los maestros, abre la puerta para reducir salario, reducir vacaciones y días por enfermedad, eliminar aportación al plan médico y al sistema de retiro, llevando a los maestros a la indigencia”, opinaron.

Según Luis Díaz, quien ha visto además cómo otros maestros migran del país, no hay vinculación entre lo educativo como combustible para un proyecto macro social o económico. “Simplemente no hay ningún proyecto educativo ni económico. No lo hay. Lo que hay es un montón de gente repartiendo lo que queda del país”, dice. Y añade: “¿Sabes qué? La independencia de Puerto Rico hace falta como una necesidad económica. Debe ser para integrarnos al resto del mundo (…) Tenemos que buscar otro norte y a lo mejor no es pa’ arriba, es pa’l sur, y pa dentro, para nosotros. Yo creo que esos son los valores. Y nuestro problema es no valorarnos a nosotros mismos”.

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