null: nullpx
ADN

Servilleta de un 'hot dog' ayuda a condenar a un hombre por un asesinato ocurrido en 1993

A punto de cumplirse 30 años de que un hombre asesinara a una mujer de Minneapolis, una corte encontró culpable a Jerry Westrom, de 56 años, luego de que los investigadores pudieron cotejar una muestra de su ADN recolectada durante un juego de hockey.
Publicado 30 Ago 2022 – 12:18 PM EDT | Actualizado 30 Ago 2022 – 12:18 PM EDT
Comparte
Cargando Video...

El 13 de julio de 1993, una mujer fue encontrada muerta en su departamento de Minneapolis con señales de haber sido apuñalada. En 2019, 26 años después de aquel hallazgo, los investigadores lograron recolectar ADN en una servilleta de un ‘hot dog’ que llevó a la captura del principal sospechoso, quien el jueves pasado fue sentenciado por el crimen.

El hombre de 56 años, llamado Jerry Westrom, entregó, sin saberlo, una servilleta durante un partido de hockey que fue utilizada al momento de comer un perro caliente y que tenía untada residuos de saliva que lo vinculó con el asesinato de Jeanne "Jeanie" Childs, quien se dedicaba al trabajo sexual.

El día en que Childs fue hallada muerta, los vecinos del complejo de apartamentos de Minneapolis se quejaron de una fuga de agua que se extendía desde el apartamento de la mujer hasta el corredor. Al momento que la policía ingresó a la vivienda encontró el agua de la ducha corriendo y el cuerpo de la víctima apuñalado en el pecho, el cuello, la espalda, los brazos, las manos y las nalgas.

Según la investigación, las pruebas apuntaban a un ataque prolongado que se había trasladado de una habitación a otra. Sin embargo, ningún vecino notó nada extraño ni había podido ver salir del apartamento a nadie que pudiera convertirse en un sospechoso.

Las autoridades pudieron recolectar huellas sangrientas cerca del cuerpo de Child, además de varios artículos, como ropa de cama, una toalla, una toallita y una camiseta roja, los cuales fueron llevados para detectar algún rastro de ADN.

Al analizar los objetos, los encargados del caso encontraron material genético, pero que no apuntaba a nadie en particular.

Durante décadas, las muestras de información de ADN recolectadas fueron básicamente inútiles para los investigadores porque una huella genética no es suficiente a menos que se sepa a quién pertenece.

Sin testigos y con tan pocas pistas, la policía consideró que el caso de la muerte de Child como “difícil de resolver”. Así, la evidencia de ADN permaneció almacenada durante años.

Reabren el caso 25 años después

Gracias a los avances en las técnicas de investigación y la amplicación de las bases de datos genéticas públicas, en 2018 la investigación sobre el asesinato de Child se reabrió.

Fue gracias a una base de datos pública, derivada de sitios web de genealogía comercial, como se pudo hallar a dos sospechosos, entre ellos Westrom.

Los investigadores se dieron cuenta que el hombre había vivido en Minneapolis entre 1991 y 1993. Además de que había sido condenado por solicitar una prostituta en 2016.

En enero de 2019, los detectives comenzaron a seguir la pista al hombre y finalmente lanzaron una misión de encubierta en un partido de hockey ese año, según se lee en la demanda en su contra.

Como en una escena de cine, los investigadores hurgaron entre la basura después de ver a Westrom tirar una servilleta usada y una bandeja de cartón para ‘hot dogs’. Entre los especialistas de material genético, la saliva es uno de los compuestos más valorados.

La muestra fue comparada con material que se habían recuperado y almacenado en la escena del crimen. Ambos resultados coincidieton y Westrom fue arrestado más tarde.

El abogado de Westrom, Steve Meshbesher, le dijo a la cadena CBS que “alguien enfermo, patológico” había matado a Childs, y agregó que Westrom “no es el tipo”.

Durante el juicio, argumentó que el presunto proxeneta de Childs, quien murió en 2017, podría haber sido el asesino ya que se encontraron algunos de sus cabellos en las manos de la mujer.

Mira también:

Loading
Cargando galería
Comparte
RELACIONADOS:Casos insólitos