En EEUU 3 personas generan suficiente CO₂ como para matar a una persona por efecto del cambio climático
Tres estadounidenses y medio generan en su vida suficientes emisiones de dióxido de carbono (CO2) como para matar a una persona, según un nuevo estudio publicado por la revista especializada Nature Communications.
El trabajo se ha hecho a partir del análisis de varios estudios de salud pública que concluyen que por cada 4,434 toneladas métricas de dióxido de carbono emitido a la atmósfera más allá del índice de emisiones de 2020, una persona en el mundo morirá prematuramente debido al aumento de la temperatura. Ese CO2 extra es el equivalente a las emisiones que hacen en una vida 3.5 estadounidenses.
Esas cuatro mil toneladas métricas más, que son las producidas por una planta de carbón media de EEUU, costarán 904 vidas en todo el mundo para el final de este siglo, según la investigación.
La investigación se centra en lo que se conoce como el coste social de la combustión del carbón como fuente de energía y concluye que las emisiones de una planta de carbón pueden resultar en más de 900 muertes.
Desde el punto de vista opuesto: si se eliminaran las emisiones que calientan el planeta para 2050, se salvarían 74 millones de vidas en todo el mundo en este siglo.
Este estudio evidencia la diferencia del impacto climático en cada país: 3.5 estadounidenses crean emisiones en su vida como para matar a una persona, mientras que en el caso de Brasil serían 25 y en el de Nigeria 146.
Los datos reales pueden ser peores
Los investigadores advierten que los datos de este estudio no son definitivos y, aunque son de por sí alarmantes, la realidad es que pueden ser mucho peores.
Este estudio puede ser subestimación porque solo tiene en cuenta las muertes relacionadas con el calentamiento del planeta y no con las inundaciones, tormentas, sequías, destrozos en los cultivos y otros impactos que emanan de la crisis climática, según explicó Daniel Bressler de la Columbia University, autor del documento.
El coste social del carbón es una métrica que se usa de manera general y que fue creada por el economista y premio nobel William Nordhaus. Lo que mide es el daño que causa una tonelada de emisiones.
"Podemos salvar un número significante de vidas si llevamos a cabo políticas climáticas que sean más agresivas que las habituales", subrayó Bressler.
Las últimas señales de alarma sobre el calentamiento global y su impacto han sido las olas de calor en varios puntos del mundo durante el último mes, como las que han provocado temperaturas dramáticas e incendios en el noroeste del Pacífico de Estados Unidos.
Existe un consenso científico sobre que las crisis climáticas producidas por las emisiones de la combustión del carbón tienen como consecuencia que las olas de calor sean más frecuentes y graves.
Los objetivos de Biden
Sobre las soluciones al repecto, Bressler indicó en declaraciones al diario USA Today que "la política óptima sobre el clima ahora mismo pasa por reducciones de emisiones grandes e inmediatas y la decarbonización para 2050".
El presidente Joe Biden ha prometido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad para 2030 y situar al país en el camino de las emisiones cero para 2050.
A diferencia del expresidente Donald Trump, Biden ha dicho desde el principio de su mandato que considera que el cambio climático es la "crisis existencial de nuestro tiempo” y ha dado ya pasos en concordancia: devolvió a EEUU al Acuerdo de París, el mismo día que asumió el gobierno, cuando también firmó una serie de decretos que colocaron el problema medioambiental como una piedra angular de su istración.
El objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50% y un 52% es casi el doble de la meta establecida por Barack Obama en 2015. Esto acercaría a EEUU al tipo de compromiso necesario para m antener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados, la línea roja que los científicos advierten que no se debe traspasar.