El estreno de GoT 8 es un espejo del primer episodio de la serie y un homenaje a los fans atentos
Volver a Winterfell se siente un poco como volver a casa, también para nosotros.
Parte del atractivo de este primer episodio de la temporada final de Game of Thrones, titulado sencillamente así, « Winterfell», es la inevitable reminiscencia al comienzo mismo de la serie. Una delegación liderada por su majestad arriba a Winterfell con la intención de desentrañar desde allí parte de la solución a un problema que se avecina.
Ya se han señalado una serie de guiños y referencias muy evidentes en este capítulo al piloto de Game of Thrones., que lo convierten casi en un ligero remake de aquel primer capítulo.
Y aunque sabemos cómo terminó la primera vez, los malos augurios podrían templarse por las diferentes circunstancias.
Ahora la delegación real viene con dos ejércitos y dos dragones, y los Guardianes del Norte que la reciben son la nueva generación, moldeada por esos mismos acontecimientos que convirtieron en fatídica aquella primera expedición oficial a Winterfell.
También, ahora el problema es un poco mayor y más urgente.
El regreso a Winterfell, reencuentros y desconfianzas
Con la delegación de Daenerys Targaryen y Jon Snow llegando a Winterfell, inevitablemente fue un episodio de reencuentros largamente esperados, todos ellos diferentes y con su propio grado de interés.
Jon y Arya fue el más emotivo, Jon y Bran el más extraño (todo con Bran es ahora extraño o incómodo).
Arya también se reencontró con Gendry, ahora esencial forjador de espadas de vidriagón, y con Sandor Clegane, con quien intercambiaron insultos y desprecios cargados de afecto y respeto.
Lo que no fueron reencuentros fueron desconfianzas.
Sansa le dice a Daenerys que «Winterfell es suyo» (una línea que en el piloto de Game of Thrones Ned Stark le decía a Robert Baratheon, en otro paralelismo) pero desconfía de su liderazgo y no le gusta que Jon Snow haya renunciado a su título de Rey del Norte para rendir lealtad a una Targaryen.
Sansa realmente es la Dama de Winterfell y representa el sentir de todos los norteños, incluyendo la siempre elocuente y muy segura Lyanna Mormont.
Esto aporta uno de los dramas fundamentales al episodio.
Cuando Jon le asegura a Sansa que Dany «no es como su padre», ella responde irónicamente: «No, es más hermosa», y no está muy convencida de eso ni de que Jon se haya arrodillado ante ella para realmente salvar el Norte, sino en realidad porque la ama.
No es del todo seguro que siquiera Jon sepa la respuesta a esa pregunta, pero lo más interesante es que todo el episodio parece apuntar a este sentimiento de desconfianza ante Daenerys Targaryen. Probablemente por estar envueltos en el clima de Winterfell, el sentimiento llega a trasladarse hasta nosotros.
Sabemos que las intenciones de Dany suelen ser buenas, pero también que su ambición de poder es lo que le ha permitido llegar tan lejos.
Sam, que rápidamente se convirtió en el personaje más importante del episodio y al que vimos atravesar una montaña rusa de emociones en pocos minutos, le formula la pregunta a Jon: él renunció a la Corona por el bien de su pueblo. ¿Hará Daenerys lo mismo que él?
La duda es mucho más potente que la certeza. ¿Será esta temporada final la del corrompimiento de Daenerys Targaryen?
Si esto ocurre será un trago muy difícil para Jon Snow, que ahora también es jinete de dragones y se ocupa de «mantener caliente» a su Reina.
Cersei, que esboza una sonrisa al escuchar que los muertos han cruzado el Muro, parece que solo quiere ver el mundo arder. Desde su trono, por supuesto, y con su copa de vino. Quizá ya entendió que no debe encariñarse demasiado con sus hijos (si es que ese embarazo es real).
La dupla que hace con Euron Greyjoy es tan entretenida como deplorable, y al grupo de leales a la Reina Cersei se ha sumado ahora el imperturbable (salvo cuando se trata de asuntos de sífilis) Bronn. Ser Bronn queda en una interesante posición, siguiendo órdenes de la Reina en contra de Jaime y Tyrion, lo más cercano a «amigos» que ha tenido.
Los Caminantes Blancos siguen avanzando y ahora han dejado un misterioso y macabro mensaje (que, una vez más, guarda su similitud con aquel del primer episodio) que dará mucho que hablar y que interpretar.
La verdad sobre Jon Snow ha sido expuesta y, a la cuenta regresiva del apocalipsis zombie, se suma una bomba de tiempo amenazante que emerge desde Winterfell y pone en riesgo todo lo que Daenerys Targaryen y Jon Snow han unido para darle esperanzas a los Siete Reinos.
Nada mal para el inicio de temporada.
Calificación de «Winterfell»: 8/10.
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