Este domingo, la istración Federal de Aviación (FAA) ordenó una parada en tierra, que tardó 45 minutos, por problemas de audio en una torre de control en Filadelfia. La suspensión momentánea de labores provocó decenas de retrasos y cancelaciones de vuelos en el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark. Se espera que la próxima semana, el secretario de Transporte, Sean Duffy, se reúna con directivos de distintas aerolíneas que operan en el aeropuerto. Crédito: Univision 41.
El aeropuerto de Newark Liberty International, uno de los más transitados de Estados Unidos, enfrenta una crisis sin precedentes debido a fallas tecnológicas y una severa escasez de controladores aéreos, lo que ha desencadenado miles de retrasos y cancelaciones de vuelos en las últimas dos semanas. El incidente más grave ocurrió el 28 de abril, cuando los controladores en Filadelfia, responsables de guiar los aviones hacia Newark, perdieron comunicación y radar durante aproximadamente 90 segundos, un evento descrito como “la situación más peligrosa imaginable” por un controlador. Crédito: Seth Wenig/AP
Origen de la crisis
La crisis se intensificó tras la reubicación, en julio de 2024, de los controladores que gestionan el espacio aéreo de Newark desde una instalación en Long Island, Nueva York, al Terminal Radar Approach Control (TRACON) en Filadelfia. Esta medida buscaba aliviar la congestión y los problemas de personal en Nueva York, pero ha resultado en múltiples fallas tecnológicas. Según fuentes, el sistema depende de cables de cobre obsoletos, que han fallado al menos tres veces desde agosto de 2024, incluyendo un nuevo apagón de radar de 90 segundos el 9 de mayo.
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Reparaciones que agravan el problema
Desde el 15 de abril de 2025, la pista 4L-22R, la más utilizada para despegues, está cerrada por un proyecto de rehabilitación de $121 millones, lo que ha desviado el tráfico a otras pistas y aumentado la congestión. La Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que supervisa el aeropuerto, asegura que estas obras son esenciales para cumplir con los estándares de la FAA, pero han complicado la operativa en un momento crítico.
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Retrasos y cancelaciones masivas
Desde el 28 de abril, más de 13,000 vuelos en Newark han sido retrasados o cancelados, según FlightAware, duplicando las tasas de aeropuertos vecinos como LaGuardia y JFK. El 5 de mayo, por ejemplo, se reportaron 580 vuelos afectados, con retrasos promedio de hasta seis horas para llegadas y cuatro para salidas. United Airlines, que opera un importante centro de conexiones en Newark, ha cancelado 35 vuelos diarios para aliviar la presión, reduciendo su programación a 293 vuelos diarios.
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Respuesta de la TSA
La crisis coincide con la entrada en vigor, el 6 de mayo, del requisito de Real ID para vuelos domésticos, lo que ha generado filas más largas en los controles de seguridad. La TSA estima que solo el 70% de los viajeros cuentan con esta identificación, y aquellos sin ella deben presentar pasaportes u otros documentos, lo que ha añadido demoras en un aeropuerto ya saturado. La agencia recomienda a los pasajeros verificar su documentación y llegar con mayor antelación.
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Medidas y críticas
La FAA ha respondido con planes para aumentar el personal en Filadelfia, instalar conexiones de fibra óptica y desplegar un sistema de respaldo temporal. Sin embargo, expertos como Colin Scoggins, excontrolador de la FAA, advierten que modernizar el sistema llevará años. El secretario de Transporte, Sean Duffy, anunció un plan de tres años para construir un nuevo sistema de control aéreo para 2028, pero enfrenta críticas por la lentitud en abordar problemas estructurales. Algunos controladores, traumatizados por los incidentes, han tomado licencias de hasta 45 días, agravando la escasez de personal.
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Perspectivas inciertas
Con la temporada de viajes de verano acercándose, los expertos advierten que Newark podría enfrentar meses de disrupciones si no se resuelven las fallas tecnológicas y de personal. La FAA planea reunirse con aerolíneas esta semana para discutir posibles reducciones de vuelos, proponiendo un límite de 34 llegadas y 34 salidas por hora, frente a las 80 actuales. Mientras tanto, los viajeros enfrentan incertidumbre, y la modernización del sistema de control aéreo se perfila como una prioridad nacional.
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