El actor lee el guion, hace el casting, es elegido, filma las escenas, se edita y a la pantalla. ¡Ja! Ojalá hacer una película fuera tan sencillo como suena. Detrás de cada filme hay un arsenal de pasos, problemas, ideas, cambios de opinión, horarios que no compaginan, exigencias de último momento, y pare de contar. Ni hablemos del dinero y de dónde sale.