Jennifer López y Shakira reivindican el orgullo latino y critican la política migratoria en su presentación en el Super Bowl
Super Bowl, en el que particularmente la cantante de raíces puertorriqueñas plasmó sin palabras una declaración política.
J-Lo, que nació en el Bronx de padres boricuas, honró su herencia usando una capa de plumas que mostraba la bandera de Estados Unidos por un lado y la de Puerto Rico por el otro. Abrió la capa para mostrar el lado puertorriqueño mientras su hija Emme Muñiz hizo su debut mundial como cantante, al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira le tocaba la batería en la pieza "Born in the USA" de Bruce Springsteen.
Mientras Muñiz cantaba, otros niños bailaban en estructuras parecidas a jaulas, un guiño a los miles de niños, la mayoría de países latinoamericanos, que han sido detenidos en la frontera y separados de sus padres bajo la llamada política de 'tolerancia cero'.
Justamente en este Super Bowl el actual mandatario estadouidense, Donald Trump, se convirtió en el primer presidente en ejercicio en comprar espacio publicitario para su campaña proselitista en una final de la liga de fútbol americano (NFL), que se calcula fue vista por cerca de 100 millones de personas. Su anuncio de 30 segundos de duración le habría costado unos 10 millones de dólares.
Sin embargo, Trump estuvo ausente, aunque estaba en su mansión en la vecina ciudad de West Palm Beach, quizás para evitar la posibilidad de ser abucheado tal y como sucedió en el quinto partido de la final de la liga de béisbol en octubre pasado.
El exalcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, precandidato por el Partido Demócrata, fue el otro político que aprovechó para presentarse ante la millonaria audiencia del encuentro deportivo con un carísimo anuncio.
Demi Lovato había interpretado el himno nacional en el Hard Rock Stadium, situado al norte de Miami, una hora antes del juego conquistado finalmente por los Kansas City Chiefs.
La cantautora estadounidense de origen mexicano demostró un rango vocal extraordinario y un control impecable y fue aplaudida con vigor minutos después de que se rindiera homenaje al basquetbolista fallecidas a bordo de su helicóptero el pasado domingo en Los Ángeles.
El show del intermedio lo comenzó Shakira, quien vestida de rojo interpretó su éxito de 2009 "She Wolf" antes de ponerse detrás de la guitarra para "Empires" de 2014. Tras una danza del vientre que hizo con una cuerda entre las manos llevó a "Whenever, Wherever" de 2001. Entonces entró la estrella de música urbana Bad Bunny para una interpretación de "I Like It" de Cardi B. Mientras Shakira bailaba, cantó su reciente éxito "Callaíta" antes de ceder el escenario a López.
Shakira insertó algunos segmentos en español, aunque la mayoría de su espectáculo fue en inglés.
Jennifer López, por su parte, hizo una versión actualizada de su show de los últimos años, con la adición de un tubo de 'pole dancing'. Su invitado fue el reguetonero J Balvin, quien cantó un segmento de su éxito "Mi gente".
Antes de la actuación, López compartió una foto de ella abrazando a Shakira en su Instagram, junto con un hashtag refiriéndose a "Let's Get Loud", su éxito de 1999. "Tan emocionada de compartir el escenario con ustedes esta noche Shakira", decía el pie de foto. "Mostrémosle al mundo lo que dos pequeñas niñas latinas pueden hacer."
López ha donado al menos un millón de dólares a los esfuerzos de recuperación de Puerto Rico desde el huracán María.
Así, Shakira cantó con un puertorriqueño y López con un colombiano. Un mensaje más de unión y compenetración entre los latinos. Bailaron y cantaron salsa, cumbia, merengue y reguetón.
Las dos artistas latinas terminaron cantando juntas "Waka Waka", la canción oficial del Mundial de Sudáfrica de 2010, enfundadas ambas en sexys bodies metálicos, melenas rizadas y al viento, y se despidieron con un sonoro "Gracias" y "Thank You", en otra muestra de la cada vez mayor presencia de la comunidad latina en EE.UU.
Días antes del partido, ambas artistas habían prometido en una rueda de prensa que darían un espectáculo poderoso centrado en la unidad, la diversidad y el amor.
"Dos latinas, haciendo esto en este país en este momento, es muy fortalecedor para nosotros", dijo entonces López. "Y para mí, estoy muy orgullosa de poder presentar ese mensaje".
Aunque los anuncios comerciales suelen ser la parte más comentada del Super Bowl, incluso por encima del resultado deportivo, en las redes sociales las líderes de las tendencias fueron las estrellas del medio tiempo.
Maat Browner, de la organización Greenpeace International, escribió en su cuenta de Twitter que el uso de la capa con la bandera puertorriqueña por parte de Jennifer López fue muy oportuno "para recordar que la istración Trump ha retenido agresivamente los fondos necesarios para la recuperación de Puerto Rico".
Grace Seger, reportera política de la cadena CBS, ironizó con el contenido del espectáculo al afirmar en Twitter: "Pienso que Jennifer López ganó el caucus de Iowa".
La escritora y activista feminista Amy Siskind, en la misma red social valoró el show como "una declaración política sobre la inmigración".
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