Carteles convierten a San Diego en la principal puerta de entrada del mortal fentanilo en EEUU
Era de madrugada en la carretera 8, una ruta que usan coyotes y narcotraficantes porque corre paralela a la valla metálica que divide a San Diego (California) y Tijuana (México). Una camioneta negra que pasó por esa autopista llamó la atención de la Patrulla Fronteriza y le marcaron el alto. Un perro confirmó las sospechas: en la llanta de repuesto y el tanque de gasolina había 250 libras de fentanilo, que le habrían generado una ganancia de 3.6 millones de dólares al cartel que coordinó su trasiego.
Este decomiso sucedió a mediados de julio y las autoridades creen que es parte de la nueva estrategia de los traficantes mexicanos que operan en Tijuana: elevar el volumen de fentanilo que cruzan por las garitas del sur de California para surtir un creciente mercado que está comprando la potente sustancia, disfrazada de pastillas de fármacos legítimos, a través de populares redes sociales.
La ambición de los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), los más grandes de México y que protagonizan una sangrienta disputa por el control de Tijuana, ha llevado a que la tranquila ciudad de San Diego se haya convertido en la principal puerta de entrada de fentanilo en Estados Unidos.
Del 1 de octubre de 2021 al pasado 30 de junio, agentes aduanales en las garitas de San Diego y el condado Imperial, así como oficiales fronterizos, decomisaron 5,091 libras de fentanilo, que es alrededor del 60% de toda la droga de ese tipo que se detectó en los más de 300 puertos de entrada de este país, según las cifras más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
En los últimos seis años, los carteles pasaron de traficar pequeñas cantidades atadas a los cuerpos de estudiantes de preparatoria, a mover grandes cargamentos en vehículos y camiones pesados. Ahora su volumen es incluso más grande que el de los envíos de cocaína, metanfetamina y heroína.
“La cantidad de fentanilo es asombrosa”
En julio, en un período de seis días, elementos de la Patrulla Fronteriza interceptaron al menos cuatro vehículos que transportaban entre 100 y 250 libras de fentanilo.
“Hace una década ni siquiera sabíamos sobre el fentanilo y ahora es una crisis nacional”, dijo Randy Grossman, fiscal federal de San Diego, en un comunicado.
“La cantidad de fentanilo que estamos incautando en la frontera es asombrosa. La cantidad de incautaciones de fentanilo y muertes relacionadas con el fentanilo en nuestro distrito no tiene precedentes”, advirtió.
Al otro lado de la frontera, en Tijuana, efectivos de la Guardia Nacional han notado que precursores químicos utilizados para la elaboración de fentanilo están llegando al aeropuerto de esa ciudad. El decomiso más reciente ocurrió este miércoles: eran 50 kilos que procedían de China y tenían como destino final el estado de Sinaloa, bastión del cartel del mismo nombre.
Su rival, el sanguinario CJNG, está recibiendo esos precursores en puertos de Colima y Michoacán, dos territorios estratégicos para esta organización que controla o tiene presencia en 28 estados de México.
Ambos carteles tienen miles de laboratorios clandestinos en la sierra, bodegas y casas de seguridad. Allí fabrican fentanilo, lo mezclan con otros narcóticos o lo prensan en pastillas semejantes a las que se venden en farmacias estadounidenses, como OxyContin, Percocet, Xanax y Adderall.
Elaborado el producto, lo llevan a la frontera para esconderlo en cualquier sitio que crean despistará a los policías aduanales: extinguidores, jabones, latas de comida, verduras, asientos, baterías de auto, llantas de refacción…
Si pasan el estricto filtro del CBP, llevan la mercancía a casas secretas en el área metropolitana de Los Ángeles y más tarde lo distribuyen al resto del país.
“Están matando a nuestros niños”
San Diego no solo es una ruta de entrada en EEUU. Las terribles consecuencias por el consumo de esta droga ya se pueden ver en sus morgues. Las muertes por sobredosis relacionadas con el fentanilo aumentaron un 2,375% en ese condado, pasando de 33 casos en 2016 a 817 en 2021.
La víctima más joven tenía 14 años. La Fiscalía local señala que 13 niños entre las edades de 4 meses y 7 años dieron positivo a esa droga en 2020 y 2021. Hubo casos en los que socorristas salvaron sus vidas istrándoles Naxolana, un medicamento que ya es habitual en sus equipos de primeros auxilios.
“Las sobredosis de fentanilo están matando a nuestros niños desde los 14 años, porque se vende en las calles y en las redes sociales, a menudo disfrazado de píldoras que parecen idénticas a las píldoras farmacéuticas”, dijo en un comunicado la fiscal Summer Stephan, antes de participar por primera vez en un evento organizado para informar a la comunidad migrante sobre los peligros de esa droga.
“Queremos que nuestra comunidad sepa que, si obtiene algo de algún lugar que no sea su médico o una farmacia, es probable que esté mezclado con fentanilo, el veneno de hoy”, agregó Stephan.
Más acusaciones contra traficantes
Bastan dos miligramos de fentanilo, una pequeña cantidad que se puede tomar con la punta de un lápiz, para matar por sobredosis a un adulto. Precisamente por esa potencia, los carteles lo están agregando a otros narcóticos (sin importar el riesgo) para reducir costos de producción y elevar las ganancias.
“No hay duda de que estamos en medio de una crisis de fentanilo a manos de empresas criminales, que cruza nuestras fronteras hacia las comunidades donde vivimos, donde trabajamos, donde vamos a la escuela”, dijo Stacey Moy, titular de la oficina en San Diego del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Con el aumento de los decomisos también subieron los casos criminales interpuestos en San Diego. En los últimos cinco años, cortes federales registraron un incremento del 1,600%. Algunas de esas acusaciones llevaron a sentencias a narcomenudistas cuyo producto le quitó la vida a un cliente. En esas circunstancias, el delito conlleva a una condena mínima obligatoria a 20 años de prisión.
El fiscal federal en ese distrito, Randy Grossman, señaló que no solo están tratando de castigar a los vendedores a nivel de calle, sino también a capos en México.
“Seguimos trabajando con nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley para buscar justicia para las víctimas que mueren como resultado del tráfico de fentanilo y para enjuiciar a las personas responsables de esta crisis, desde el liderazgo de los carteles en México, los mensajeros y los traficantes callejeros que distribuyen las dosis fatales”, enfatizó el funcionario.
En el ámbito local, el fiscal del condado ha fincado cargos relacionados con el fentanilo en contra 57 personas por exponer a niños al peligro de esa sustancia.
En 2016, los agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector San Diego vieron por primera vez un paquete con fentanilo y al final de ese año contaron 71 libras. Pero en lo que va del 2022 han decomisado más de 600 libras en zonas aisladas, por donde también pasan indocumentados.
En las garitas aduanales el reto es incluso mayor. Por el puerto de entrada de San Ysidro, el más transitado del mundo, y por otros cruces de California pasan 150,000 personas cada día.
Las autoridades colocarán en los próximos días letreros en español e inglés en los puertos de San Ysidro y Otay Mesa (en el este de Tijuana) advirtiendo sobre las consecuencias penales por traficar esa droga.
Este será el mensaje de un póster: “Tu fentanilo mata. Usted paga el precio”.