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España

España regresa a la urnas con el partido socialista como favorito y la extrema derecha ante la puerta del parlamento

36 millones de españoles están llamados a votar este domingo. Con Pedro Sánchez a la cabeza de casi la totalidad de las encuestas, las dudas se trasladan a la posibilidad de que pueda hacer pactos con otros partidos para formar un gobierno, o si una alianza de derechas entre PP, Ciudadanos y el emergente ultraderechista Vox termine sacándolo de La Moncloa.
27 Abr 2019 – 11:45 PM EDT
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En esta imagen, tomada el 6 de abril de 2019, seguidores de la formación de ultraderecha Vox ondean banderas de España durante un acto del partido en Leganés, a las afueras de Madrid, España. Crédito: Bernat Armangue/AP

La mayoría de las encuestas, analistas de todas las tendencias y las señales que se palpan en la calle parecen confirmar dos certezas sobre las elecciones generales que se celebrarán este domingo en PSOE), actualmente en el gobierno, será el más votado; y la extrema derecha, personificada en el partido Vox, tendrá por primera vez en la historia democrática del país una representación parlamentaria.

Al mismo tiempo, dos grandes dudas gravitan en la antesala del proceso electoral: ¿logrará el PSOE una votación holgada que le permita formar un gobierno estable sellando pactos con otras fuerzas políticas? Y ¿obtendrán los partidos de la derecha los 176 escaños necesarios (de 350) para formar la mayoría y desalojar así a los socialistas de La Moncloa?

"En el futuro inmediato en España, los partidos tendrán que forjar acuerdos”, dice Andrew Dowling, experto en política contemporánea española en la Universidad de Cardiff en Gales, citado por la agencia AP. "No creo que haya indicios de que ningún partido pueda ganar en solitario”.

Las posibilidades de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, sea investido como presidente de gobierno pasan por contar con el apoyo necesario de Unidas Podemos y, dependiendo de los resultados, el de los moderados vascos y alguna otra fuerza regional; o reeditar un pacto inestable como el de la anterior legislatura, con las fuerzas catalanas, Esquerra Republicana de Cataluña y Junts pel Sí, que al final resultaron ser no muy fiables.

Tampoco es descartable un acuerdo tripartito de las derechas que haga presidente al líder del PP, Pablo Casado, similar al que permitió un gobierno autonómico en Andalucía a principios de este año entre el Partido Popular, Ciudadanos y Vox y echó a los socialistas de su histórico bastión.

La incertidumbre es mayor tomando en consideración que según mediciones del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hasta hace dos semanas el 41% de los posibles votantes se manifestaba indeciso y muchos de ellos tomarían una decisión en los últimos días de la campaña.

En este contexto, tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado han estado llamando a ejercer el voto útil para impedir que la fragmentación del electorado liquide el propósito de alcanzar La Moncloa. Un total de 36 millones de españoles están llamados a votar.

“Gobernar España es algo muy serio y se necesita estabilidad y un Gobierno que pueda depender de sus propias fuerzas parlamentarias, y el único partido que ahora mismo puede ofrecer eso es el PSOE”, ha asegurado Sánchez, candidato a revalidar el cargo de presidente de gobierno.

Casado ha dicho en una reciente entrevista en la televisión que "un votante de Ciudadanos o de Vox no tiene ahora ninguna razón ni ningún prejuicio para no votar al Partido Popular", alegando que esos partidos “no han gestionado ni una concejalía de pueblo; no tienen experiencia de país", aunque el viernes ha matizado sus palabras al cuestionar: “¿Para qué vamos a andar pisándonos la manguera entre nosotros si lo que tenemos que hacer es sumar?”.

Las últimas encuestas indican que la intención de voto favorece a Sánchez, quien obtendría alrededor de los 128 escaños (hoy tienen 85), mientras que el PP de Pablo Casado se desplomaría hasta los 83 diputados (ahora tiene 137); Ciudadanos, el partido liberal que lidera Albert Rivera, podría ser la tercera fuerza con 49 parlamentarios (hoy tiene 32); Unidas Podemos, la formación de izquierda de Pablo Iglesias, caería estrepitosamente hasta los 32 diputados (tiene 71); y finalmente los ultraderechistas de Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, debutarían con cerca de 26 representantes.

El separatismo catalán, la espoleta de la extrema derecha

Pero las encuestas son una fotografía de un momento y pueden equivocarse. Pasó en la anterior elección en 2018 en la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde el surgimiento casi silencioso pero potente de Vox fue infravalorado en los sondeos y terminó dando una sorpresa electoral.

El populismo ultranacionalista que ha venido ganando espacios en otros países de Europa, como en Francia con el Frente Nacional de Marine Le Pen, en Italia con la Liga Norte de Matteo Salvini, en Hungría con el partido nacional conservador Fidesz de Viktor Orbán, o en Holanda con el Foro para la Democracia del populista Thierry Baudet, ve ahora la oportunidad de ampliar su radio de acción en España con Vox.

Ignacio Varela, consultor y analista político, explica a Univision Noticias que los fenómenos populistas que emergen explosivamente son difíciles de anticipar en su primera aparición, como pasó con Le Pen en 2002, con Jair Bolsonaro en Brasil. “Se ve venir la ola, pero hasta que no llega a la costa es muy difícil medir la fuerza y la intensidad que trae”, dice.


A diferencia de los orígenes ideológicos de otros movimientos de extrema derecha europeos, el gran movilizador de la extrema derecha española ha sido el conflicto del separatismo en Cataluña, afirma Varela. “El componente del nacionalismo español frente al separatismo catalán es la espoleta que ha disparado este fenómeno”, dice.

De acuerdo con la información sociológica que maneja Varela hay dos elementos que abonarían la hipótesis de un resultado electoral de Vox por encima de las previsiones: el crecimiento muy rápido, aunque parece haberse estabilizado en la zona del 10-11%, y la espectacularidad de la fuerza de su campaña en las calles y en las redes sociales.

Precisamente este viernes el diario El País publicó un reportaje según el cual investigadores británicos descubrieron un comando de casi 3,000 tuiteros bots con origen en Venezuela, que difunde mensajes de odio al Islam y a favor del partido de extrema derecha.

El handicap de Vox es el electorado femenino y el sector de los mayores de 65 años que todavía guarda fidelidad al PP. “El 70% de sus votantes son hombres y 30% mujeres. Tiene claramente un problema del voto de las mujeres, que en España son el 52% de la población”, refiere Varela.

El trasvase monumental de votos

La presencia de la formación de ultraderecha en la escena política española ha sido tan marcada que en los dos debates que protagonizaron esta semana los cuatro principales candidatos presidenciales se hicieron permanentes referencias a ella, aunque su líder no fue invitado a esos encuentros por carecer actualmente de representación parlamentaria.

Abascal, un agitador de verbo directo y lacerante nacido en Bilbao en 1976, que hizo durante veinte años militancia activa en el Partido Popular, sabe que sus mensajes tienen audiencia, ésa que ha arrancado de un tajo del mismo electorado tradicional del PP, un “trasvase monumental” de cerca de un millón y medio de votos, según estudios sociológicos referidos por Varela.

Esta semana Abascal dijo en una entrevista en la radio: Vox "ha logrado despertar la esperanza entre muchos de los que la habían perdido, que no se sentían representados".

Steve Bannon, excolaborador de Donald Trump, ha dado su bendición a Vox tras reunirse meses atrás con Rafael Bardají, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido. Según un comunicado de la organización política, el exdirector de Breitbar News habría manifestado la importancia de que exista en España “un partido basado en la soberanía y la identidad del pueblo español y que esté dispuesto a defender sus fronteras”.

Vox promueve, entre otras cosas, "la deportación de 52,000 inmigrantes ilegales", la construcción de un muro fronterizo en los territorios de Ceuta y Melilla, eliminar las subvenciones a "los lobbies feminazis” (así tilda a las organizaciones defensoras de derechos de la mujer") y LGTBi, la supresión de la Ley de Memoria Histórica, que busca resarcir los daños causados por la guerra civil española.

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Según Varela, “Vox es una mezcla de nacionalismo español e integrismo católico y pensamiento reaccionario español del siglo XIX”. También ha articulado un discurso antifeminista muy potente que cala hondo en un sector de la sociedad española.

“El tema de la inmigración no es tanto xenofobia como antiislamismo. De hecho, la inmigración de Latinoamérica es bienvenida. Es la cosa religiosa del cristiano viejo frente al islam”, añade.

En un mitin este jueves que llenó por completo el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla, algo que solo había logrado Pablo Iglesias en 2015 sobre la ola del Movimiento de los Indignados del 15-M y en alguna oportunidad Susana Díaz, la otrora poderosa baronesa política del PSOE en Andalucía, Abascal dijo: "Vox no permite que le engañen ni que se tome el pelo a las personas que les han votado".

Pero el líder extremista también dispara “fuego amigo” contra las otras dos formaciones que le disputan el espectro de la derecha. "No nos van a asustar las distorsiones de la derechita cobarde que dijo que queríamos armar a los españoles en las calles", aseguró en ese mitin donde ondearon banderas de España y sonaron viejos cánticos nacionalistas. "Vamos, adónde, adonde sople el viento", dijo para burlarse de Ciudadanos.

Según Varela, los votantes de Vox “no se sienten de extrema derecha y les ofende” que se les identifique como tales. “No son gente que haya evolucionado hacia la extrema derecha sino ex votantes del PP enojados”.

El experto Andrew Dowling, citado por la AP, sostiene que lo que los españoles decidirán este domingo “es quién es el ganador en la derecha”. "Para los votantes de derechas será una decisión entre la cabeza y el corazón”.


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