Cómo los cubanos perdieron su estatus privilegiado en EEUU con el gobierno de Trump y ahora también son foco de su ofensiva migratoria
Si bien la promesa de deportaciones masivas del presidente Donald Trump ha atemorizado a migrantes de muchas nacionalidades, ha sido un verdadero shock para los 2.4 millones de cubanoestadounidenses, quienes respaldaron fuertemente al republicano en dos ocasiones y han disfrutado durante años de un estatus privilegiado en el sistema migratorio de EEUU.
Ante la llegada récord de migrantes desde la isla caribeña, Trump revocó en marzo el permiso humanitario temporal para unos 300,000 cubanos. Muchos han sido detenidos en espera de una posible deportación.
“Muchos cubanos temen estar en la próxima lista de Trump", dijo a AP Eduardo Gamarra, experto en América Latina de la Universidad Internacional de Florida. “Algunos en la comunidad lo ven como una traición”.
Entre los que enfrentan la deportación está un rapero cubano pro-Trump autor del éxito 'Patria y Vida', que se convirtió en himno no oficial de las protestas anticomunistas en la isla en 2021, y que recibió elogios de figuras como el entonces senador republicano Marco Rubio, ahora secretario de Estado.
Eliéxer Márquez, conocido como 'El Funky', dijo que este mes recibió una notificación de que tenía 30 días para abandonar EEUU.
Gracias a leyes de la Guerra Fría dirigidas a derrocar a Fidel Castro, los migrantes cubanos disfrutaron durante décadas de un estatus casi automático de refugiados en EEUU y podían obtener la green card tras un año y un día de residencia, a diferencia de migrantes de casi cualquier otro país.
El apoyo a Trump entre los votantes cubanoestadounidenses de Miami estaba en su punto más alto antes de las elecciones del año pasado, según una encuesta de la Universidad Internacional de Florida, que estudia a esta comunidad desde 1991.
Trump rara vez menciona a los cubanos en sus ataques, enfocados más en venezolanos y haitianos, lo que ha dado esperanza a muchos cubanos de seguir siendo inmunes a la represión migratoria.
La política del endurecimiento y arresto de antiguos dirigentes cubanos
Los demócratas, por su parte, han tratado de usar el endurecimiento migratorio a su favor. En abril, grupos de base instalaron dos grandes vallas publicitarias en las autopistas de Miami llamando “traidores” a Rubio y a los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez por no proteger a decenas de miles de migrantes de las políticas migratorias de Trump.
El arresto de antiguos agentes del Estado cubano que se han refugiado en Estados Unidos es una manera de reforzar a los aliados de Trump, señaló Gamarra.
En marzo, Giménez envió una carta a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, con los nombres de 108 personas que, según él, eran exagentes del Estado cubano o funcionarios del Partido Comunista viviendo en EEUU.
"Es imperativo que el Departamento de Seguridad Nacional haga cumplir las leyes existentes para identificar, deportar y repatriar a estas personas que representan una amenaza directa a nuestra seguridad nacional, la integridad del sistema migratorio y la seguridad de los exiliados cubanos y ciudadanos estadounidenses por igual", escribió Giménez, añadiendo que EEUU sigue siendo “un faro de esperanza y libertad para quienes escapan de la tiranía".
La lista de Giménez fue elaborada por Luis Domínguez, quien salió de Cuba en 1971 y ha hecho de la caída del gobierno cubano su misión. En 2009, cuando internet aún era una novedad en Cuba, Domínguez dijo que se hizo pasar por una periodista deportiva colombiana de 27 años para seducir en línea al hijo de Fidel Castro, Antonio.
“Algunos sueñan con ganar dinero, o con envejecer e irse de vacaciones,” dijo Domínguez, que vive en Connecticut. “Yo sueño con ver a mi país libre.”
Con el apoyo de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, de orientación derechista, comenzó a rastrear redes sociales y utilizar una red bien engrasada de fuentes anticastristas, dentro y fuera de la isla, para exponer públicamente a funcionarios presuntamente responsables de abusos de derechos humanos y violaciones democráticas. Su web Represores Cubanos ha identificado más de 1,200 de estos agentes estatales, unos 150 en EEUU.
"Persiguen el sueño americano, pero antes lo condenaban mientras perseguían el sueño cubano,” dijo Domínguez. “Es la típica doble vida de cualquier régimen comunista. Cuando tenían poder, criticaban todo de EEUU. Pero ahora que están aquí, lo aman”.
Domínguez, de 62 años, dice que comparte regularmente sus hallazgos con las autoridades federales, aunque un portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU no comentó sobre su relación con el activista.
Deportar a los cubanos que no son bienvenidos podría ser difícil
Uno de los casos recientes de exseguidores del comunismo castrista es el Tomás Hernández, quien trabajó durante décadas en altos cargos de la agencia de inteligencia extranjera de Cuba antes de emigrar a Estados Unidos en busca del sueño americano.
El hombre de 71 años fue detenido por agentes federales frente a su casa en el área de Miami en marzo, acusado de ocultar sus vínculos con el Partido Comunista de Cuba al obtener la residencia permanente.
Los cubanoestadounidenses del sur de Florida han pedido durante mucho tiempo una postura más firme con respecto a La Habana, y las recientes detenciones de Hernández y varios exfuncionarios cubanos para su deportación han sido muy populares entre la poderosa comunidad exiliada.
Enrique García, un excompañero, dijo que estudió con Hernández en la antigua Unión Soviética en los años 70. A su regreso, Hernández fue destinado al departamento de élite de inteligencia llamado 'América del Norte', según García.
García, que desertó a EEUU en los 90 y se ha dedicado a ayudar a los servicios de inteligencia estadounidenses a desenmascarar a agentes cubanos, asegura que antiguos agentes han infiltrado la actual ola migratoria ocultando su pasado e incluso sus lealtades actuales al régimen cubano.
“No puedes estar en los dos bandos al mismo tiempo,” afirmó.
No se sabe cuándo ni por qué Hernández entró a EEUU. La ley de inmigración estadounidense en general prohíbe la entrada a personas que hayan pertenecido a partidos comunistas. Cualquiera que mienta en su solicitud de residencia puede ser deportado o enjuiciado.
Pero deportar a los cubanos que ya no son bienvenidos podría ser difícil.
La istración Trump envía un solo avión de 60 plazas a Cuba cada mes como parte de sus deportaciones, sin cambios respecto al promedio del año pasado, según Witness at the Border, que monitorea estos vuelos. A ese ritmo, se tardarían casi 700 años en devolver a los aproximadamente 500,000 cubanos que llegaron durante la istración Biden y que ahora no tienen estatus de protección.
Represión a los fieles seguidores
En el restaurante Versailles, epicentro de la Pequeña Habana, en Miami, pocos entre su clientela anticomunista parecían estar dispuestos a darle la espalda a Trump, quien visitó el icónico café dos veces durante la campaña presidencial. Un jubilado habitual, Rafael Nieto, de 83 años, incluso llevaba un enorme sombrero de Trump 2024 y un pin.
La mayoría de los exiliados aplaude la ofensiva migratoria de Trump, aunque había algunas grietas en la armadura republicana. A medida que la charla de la tarde pasaba de complots de la CIA para matar a Castro al fracaso del presidente Kennedy en la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, un jubilado se levantó y se alejó discretamente de sus amigos.
“La gente está temblando,” dijo Tony Freitas, quien llegó a EEUU desde Cuba en el éxodo del Mariel en 1980. “Por cualquier cosa te pueden deportar.”
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