¿Tu hijo tiene problemas para hacer pipí? Podría tratarse de fimosis
La fimosis es una afección que impide que el prepucio se retraiga (es decir, no se pueda tirar hacia atrás libremente) alrededor de la punta del pene. Es un problema habitual en los pequeñines que no están circuncidados y suele desaparecer a los 3 años de edad.
Puede ocurrir naturalmente o ser el resultado de una cicatriz de nacimiento. Por lo general, los niños menores de 4 años no necesitan tratamiento; no obstante, si les dificulta orinar o causa otros síntomas es necesario visitar al urólogo, explica WebMD.
¿En qué consiste la fimosis?
La mayoría de los bebés no circuncidados tienen un prepucio que no se retrae. De acuerdo con Medical News Today, esto ocurre debido a que ese pedacito de piel permanece conectado con el glande durante los primeros años de vida.
Alrededor de los 24 meses, el prepucio comenzará a desprenderse del glande naturalmente y no habrá complicaciones.
En algunos niños, la fimosis puede tardar un poco más de lo habitual. Esto no significa que haya un problema con su cuerpecito, simplemente se desprenderá en una etapa posterior.
El Sistema Nacional de Salud de Reino Unido menciona que nunca debes intentar forzar el prepucio de tu pequeñito antes de que esté listo. Esto, además de causarle muchísimo dolor, puede dañar su miembro irreversiblemente.
Síntomas
La Asociación Británica de Cirujanos Urológicos afirma que la fimosis no siempre produce síntomas. No obstante, cuando lo hace, puede incluir enrojecimiento, dolor o hinchazón.
Como mencionamos anteriormente, existe la posibilidad de que este proceso tarde más tiempo en algunos niños. El Dr. Daniell Murrel, experto en enfermedades infecciosas, subraya que alrededor de los 17 años debe haber desaparecido por completo.
Otro malestar común es cuando el pequeño presenta dificultades para ir al baño. En casos más graves, este padecimiento evita que el pequeño expulse la orina correctamente y provoca infecciones.
Causas
Según Healthline, este fenómeno ocurre de forma natural. No hay evidencia científica que delimite, específicamente, por qué aparece en algunos niños y en otros no.
Los expertos aseguran que también suele presentarse cuando el prepucio se retrae a la fuerza antes de que haya logrado desarrollarse completamente. Esto puede dañar la piel y causar cicatrices, haciendo que sea aún más difícil retraerlo.
El Hospital Infantil de Melbourne afirma que otra causa aparente es la balanitis, una enfermedad que inflama el glande y se origina por una mala higiene o una infección del prepucio.
Este padecimiento puede controlarse fácilmente con una combinación de cremas o ungüentos, y evitando sustancias que irriten el pene. Recuerda que siempre debes consultar a un especialista antes de darle medicamentos a tu chiquitín.
Señales de alarma
El sitio especializado Drugs subraya algunos síntomas de alerta que indican un problema mayor:
- Cambios en el color del glande
- Picazón
- Presencia de manchas
- Erupciones cutáneas en el pene
- Y dolor intenso
En caso de cumplir con uno o más síntomas, deben visitar a su doctor de cabecera para comenzar el tratamiento adecuado.
Tratamiento
Un examen físico y una revisión de los síntomas suelen ser suficientes para diagnosticar la fimosis o una enfermedad subyacente, como la balanitis.
Un artículo publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica afirma que un masaje diario en la zona puede ser suficiente para tratar el problema, depende de qué tan avanzada esté la afección.
Incluso, es posible usar ungüentos con esteroides tópicos para ayudar a suavizar el prepucio y facilitar este proceso. Lo único que debes hacer es aplicar la pomada alrededor del glande dos veces al día durante varias semanas.
En casos más graves, es necesario hacer la circuncisión o un procedimiento quirúrgico similar. Ésta consiste en cortar y extirpar la piel que cubre la punta del pene para que el glande quede descubierto, dice la Clínica Mayo.
Habitualmente, esta cirugía se realiza en la infancia aunque también puede aplicarse en hombres de cualquier edad. Por otro lado, si tu hijo experimenta balanitis o infecciones del tracto urinario con regularidad, la postectomía podría ser la solución.
Por último, mantente alerta a las señales que envía el cuerpo de tu pequeñito y no olvides consultar al pediatra en caso de notar alguna irregularidad.
Y tú ¿cómo cuidas las partes íntimas de tu bebé? Cuéntanos en los comentarios.
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