No dejes que la congestión nasal ponga de mal humor a tu bebé: tips para aliviarla
En lo que se refiere a la salud del integrante más pequeño de la familia, se debe tener en cuenta un cuidado mucho más minucioso y una mayor atención, pues su sistema inmune aún está en desarrollo.
Existen diferentes causas que pueden provocar mucosidad y congestión nasal en los bebés, como resfriados, gripe, infecciones o alergias.
También se produce cuando los tejidos que recubren la nariz se inflaman. Esto origina una obstrucción que impide al bebé respirar con normalidad y dificulta la eliminación del moco.
De acuerdo a la entidad médica Mayo Clinic, los bebés son especialmente susceptibles a un resfrío común, porque pueden estar rodeados de otros niños mayores y aún les falta desarrollar inmunidad a muchas infecciones.
Síntomas de la congestión nasal
Según información del portal especializado en salud Cinfasalud, la congestión nasal puede tener otros síntomas que no necesariamente están relacionados con la nariz.
Tu bebé puede presentar molestias en la garganta, lagrimeo excesivo, incomodidad, irritabilidad y alteraciones en el sueño.
Asimismo, si hay mucha mucosidad los pequeños pueden sufrir problemas para alimentarse. La congestión nasal también puede afectar a los oídos, causando dificultad en la audición y el desarrollo del habla.
¿Cómo aliviar la congestión nasal de tu bebé?
Para que tu pequeño no tenga más molestias, Medline Plus recomienda realizar lavados nasales, para eliminar el moco que esté obstruyendo la nariz del pequeño.
Además, funciona para mantener sus fosas nasales limpias y libres, pues es aproximadamente hasta los cinco años cuando los niños se pueden sonar.
Las fosas nasales permiten que el líquido que entra por un orificio circule por el interior de la nariz y salga por el otro lado, limpiando y arrastrando las secreciones acumuladas.
Cinfasalud recomienda emplear productos naturales como soluciones salinas, ya sean de suero fisiológico o agua de mar (ésta se somete a depuración y esterilización para conservar sus minerales).
#1 Lavado nasal
Coloca al bebé sobre su camita. Es necesario que esté de lado, pues si lo pones boca arriba el líquido puede arrastrar la mucosidad hacia el oído. Esta posición le ayudará a sentirse más cómodo.
Para que el trabajo sea más sencillo, envuelve al bebé con una toalla para inmovilizarlo o pide a otra persona que sujete al pequeño mientras realizas el lavado.
Cuando ya esté en una posición adecuada, empieza a introducir una boquilla en el orificio nasal con la solución salina y aprieta suavemente el pulsador. El líquido entrará por una fosa y saldrá por la otra.
Limpia la mucosidad con un pañuelo y repite el proceso en el otro orificio nasal.
#2 Succionador
En caso de que el bebé tenga mucha mucosidad y el suero no haya sido suficiente, puedes recurrir a un aspirador nasal.
Succiona el moco con el aspirador especial para bebés, mismo que puedes conseguir en farmacias. Al usar la perilla debes apretarla antes de introducirla suavemente en la nariz del pequeño, para liberar el aire y generar más succión.
No se recomienda usarlo más de dos veces al día, ya que puede causar molestias en la nariz del pequeño, como irritación y sangrado.
#3 Vaporizador
Evita que el ambiente donde esté tu bebé tenga humedad excesiva o que el aire esté demasiado seco. Para hacerlo, puedes usar un vaporizar o humidificador de ambientes.
Agrega algunas gotas de aceite de eucalipto, para descongestionar su nariz. Antes de hacerlo consulta a tu pediatra sobre su uso y las esencias recomendadas.
#4 Inclina su cuna
La congestión nasal suele ser peor cuando el bebé está acostado, por lo que mantener su cabecita un poco elevada ayudará a que respire mucho mejor mientras duerme.
Medline Plus recomienda poner una almohada debajo del colchón o colocar libros en las patas de la camita. Notarás que respirará mejor.
Si la congestión nasal del bebé permanece, es mejor acudir con un especialista para evitar ponerlo en riesgo. El médico te proporcionarán un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
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