Trump dice que no hay agua para combatir los incendios en California, pero los bomberos niegan que sea cierto
Para el presidente incendios forestales que están arrasando California en dimensiones históricas es culpa de las "malas leyes ambientales" que estarían impidiendo que los bomberos que los combaten dispongan de agua suficiente para trabajar, aunque estos digan que ese no es el caso.
Al final de la tarde de este lunes, el mandatario repitió textualmente un mensaje que había publicado la noche el domingo:
"Los incendios forestales en California han sido magnificados y empeorados por las malas leyes ambientales que no están permitiendo que grandes cantidades de agua disponible sean utilizadas con propiedad. Están siendo desviadas al océano Pacífico. ¡También deben limpiar los árboles para detener el esparcimiento del fuego!".
Horas antes había escrito insitiendo en el equivocado argumento de que hace falta de agua para combatir los incendios.
"El gobernador Jerry Brown debe permitir el Libre Flujo de vastas cantidades de agua proveniente del Norte que tontamente está siendo desviada al océano Pacífico. Puede ser usada para los incendios, agricultura y todo lo demás. Imagínense California con suficiente agua. Muy bien. Rápida aprobación del gobierno federal", tuiteó Trump.
Detrás de los mensajes del presidente parece haber cierta ignorancia sobre la manera cómo se combaten incendios forestales, la dinámica ambiental que afecta la región y una intencionalidad política para golpear las leyes ambientales del estado que son referencia nacional en la materia, pero que no son del gusto del actual gobierno republicano.
Trump ignora el consenso entre los expertos de que los últimos años los bosques californianos se han vuelto más secos por la falta de humedad atmosférica, un producto del cambio climático, de acuerdo con la comunidad científica. Sin embargo, cabe recordar que el presidente y su istración no cree en el calentamiento global.
Mientras tanto, el mortífero incendio Carr, descrito por las autoridades como el sexto incendio forestal más destructivo del estado, creció casi 10,000 acres durante el fin de semana cuando las autoridades ratificaron que una séptima víctima está asociada a los destructivos fuegos en el estado.
Otros 16 grandes incendios continúan en todo el estado en lo que el gobernador Jerry Brown describió el sábado como la "nueva normalidad". Unas 40,000 personas han sido evacuadas y que 14,000 bomberos siguen luchando contra las llamas.
¿Hace falta agua?
La queja sobre la supuesta escasez de agua es en realidad un punto de la agenda republicana estatal, que pide mayor irrigación para los cultivos del Valle Central.
Los bomberos no han dicho nada sobre que les falte agua para combatir los incendios, ni mucho menos han señalado algo sobre el agua que se "desvía al mar". Las zonas donde hay fuegos más intensos están cerca de grandes reservorios que registran niveles normales y, algunos, superiores al promedio, por lo que su sequedad no es un asunto que complique el trabajo de los equipos de emergencia.
"No tenemos problemas sacando agua de ellos", dijo al diario Los Angeles Times Scott McLean, portavoz del Departamento Forestal y para la Protección de Incendios (CalFire). Pero muchos republicanos están enfocados en el caudal del río San Joaquín que se dirige al delta de la bahía de San Francisco.
Sobre todo, después de que las autoridades estatales decidieran aumentar la cantidad de agua encausada para tratar de recuperar el ecosistema del delta, cuyas pesquerías de salmón han sufrido en años recientes.
En cualquier caso, los especialistas aclaran que los incendios forestales no se combaten simplemente con mangueras de agua, como se hace con incendios en zonas urbanas, sino usando la topografía para contenerlos. Los bomberos hacen cercos o cortafuegos y se lanzan retardantes desde aviones para evitar la propagación. Y claro, usan agua de reservorios para completar el trabajo.
Lo que no está claro es si en su referencia a "malas leyes ambientales" el presidente se refiere a normas del estado o federales para el control de emisión de gases invernadero o la protección de especies en peligro: dos aspectos que a esta Casa Blanca no le parece que sean tan urgentes como se sienten en la mayoría de la opinión pública o entre la comunidad científica.
Esta semana, el gobierno derogó la norma de eficiencia de combustible para autos que había promulgado el presidente Barack Obama que estableció el objetivo de lograr un rendimiento de 50 millas por galón de gasolina en autos comerciales para 2025 y lo redujo a 37.
A mediados de julio, el gobierno presentó una propuesta para modificar la Ley de Especies Amenazadas que, según grupos conservacionistas, deja en peligro a varias de esas especies al reducir la protección de la que gozan actualmente para fomentar operaciones comerciales, sobre todo explotaciones forestales y energéticas.