Huntington Beach se declara “ciudad no santuario” para la inmigración ilegal
CONDADO DE ORANGE. – El Ayuntamiento de Huntington Beach ha decidido declararse oficialmente como una “ciudad no santuario” para la inmigración ilegal, marcando un giro político en una región donde otras ciudades han adoptado políticas más inclusivas hacia los inmigrantes indocumentados.
La medida, impulsada por el alcalde Pat Burns, tiene como objetivo principal reforzar la cooperación con el gobierno federal bajo la nueva istración de Donald Trump, quien ha retomado el cargo con una agenda migratoria más estricta, y que ha prometido la deportación de miles de inmigrantes.
Según el alcalde Burns, la resolución busca contrarrestar lo que considera una interferencia del gobernador de California, Gavin Newsom, en los esfuerzos de las ciudades por trabajar de manera directa con las autoridades federales, y apoyar la aplicación de la ley y promover la seguridad pública en la ciudad.
Burns argumenta que las políticas santuario del estado dificultan la lucha contra el crimen y violan las leyes federales, como el Título 8, Sección 1324, que prohíbe albergar a inmigrantes indocumentados. “Esta nueva política y Declaración de la Ciudad son de sentido común”, señaló el edil local.
El principal argumento detrás de la medida es la seguridad pública. Burns y otros funcionarios locales sostienen que la cooperación con las autoridades federales, incluida la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), es esencial para prevenir delitos y proteger a los residentes.
“Me complace que el Ayuntamiento haya apoyado unánimemente mi iniciativa. Esta será otra herramienta eficaz para combatir el crimen y será una señal para los posibles delincuentes: no vengan a Huntington Beach”, afirmó Burns tras la sesión del Ayuntamiento donde se aprobó de manera unánime la decisión.
Por su parte Michael Gates, fiscal de la ciudad, aplaudió la decisión, afirmando que las leyes penales relajadas en California han dificultado la labor de las fuerzas del orden, y que la postura del estado hacia los inmigrantes indocumentados “esposa” a los agentes de policía y a los gobiernos locales.
Con esta declaración, Huntington Beach se posiciona en el debate nacional sobre la inmigración. En un momento en el que muchas ciudades y estados refuerzan su compromiso como “santuarios” para inmigrantes, la decisión de Huntington Beach representa un rechazo directo a estas políticas.
Mientras que los críticos argumentan que estas políticas contribuyen a un clima de miedo entre las comunidades inmigrantes y podrían socavar la confianza entre los residentes indocumentados y las fuerzas del orden locales, dificultando la denuncia de delitos y el a servicios públicos esenciales.
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