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Aquaman

Después del éxito de Aquaman: ¿se puede salvar el DCEU o es más fácil hacer un reboot?

Publicado 2 Ene 2019 – 02:30 PM EST | Actualizado 2 Ene 2019 – 02:30 PM EST
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El Universo Extendido de DC (o DCEU) es una franquicia que no comenzó con el pie derecho. Tras el gran éxito del MCU –surgido en 2008–, Warner apresuró su producción fílmica para poder alcanzar, o al menos aprovechar, el nuevo furor por las adaptaciones de cómics. Y el gran problema, es que esa decisión se ve muy reflejada en los resultados; por eso es que las películas en las que la productora «aportó ideas» para el corte final están entre las peores de toda la franquicia.

No es extraño que la directora Patty Jenkins, quien tuvo pleno control creativo para Wonder Woman (2017), nos haya entregado un film que, sin llegar a ser perfecto, al menos cumple con los requisitos mínimos como para dejar conforme al público.

Pero esta postura no nace de una preferencia personal sobre Marvel o DC; irónicamente, los cómics originales poco tienen que ver en esta situación, ya que los problemas del DCEU surgieron por responsabilidad de Warner Bros, la productora en posesión de los derechos sobre los personajes de DC.

Los principales problemas del DCEU

Criterio mercantil

Warner se enfocó en satisfacer a los grupos de opinión en vez de preocuparse en presentar guiones coherentes; se guio por encuestas y prefirió presentar lo que «los números» consideraban que el público quería ver, en lugar de plantear los orígenes de cada personaje, para que el público los conozca y entienda las motivaciones detrás de sus roles como héroes. Es aquí que suele surgir el debate, ya que TODOS saben cuáles son los orígenes de Superman o Batman. Y ese es precisamente otro de los problemas.

Personajes demasiado conocidos

El DCEU se inició en 2013 con la película Man of Steel, donde se planteó el nuevo origen de Superman, un personaje con una franquicia fílmica previa que todavía pesa mucho en la cultura popular. Por descontado hay que decir que es IMPOSIBLE dejar satisfecho a todo el mundo pero, paradójicamente, cuanto más popular es un personaje, más elevadas son las expectativas en torno a una nueva película sobre este, lo que significa que, en términos estadísticos, es más factible decepcionar al público que dejarlo conforme.

No tiene un estilo definido

Una de las críticas que suelen recibir el MCU, es que tiene demasiado humor, el cual es empleado para equilibrar el drama que también está presente en sus películas (con buenos y malos resultados). Pero en el caso del DCEU, sucedió a la inversa. Warner intento recrear la misma atmósfera oscura y melancólica de la trilogía de Batman de Nolan para emular su éxito. Por eso, cuando intentaron cambiar la fórmula sobre la marcha e incluir más humor, como en Suicide Squad (2016), el cambio se siente forzado y poco convincente.

No desarrolla bien ni sus héroes ni sus villanos

Para estar a la par del MCU, Warner hizo películas que involucraban a varios héroes, pero no se tomó el tiempo de presentarlos previamente, para que el público conociese las versiones que el DCEU tiene para ofrecer. Solo Superman tuvo su película de origen en 2013; en Batman v Superman: Dawn of Justice (2016) se comprimió el origen de Batman, se usaron cameos para introducir a Flash, Aquaman y Cyborg; y se forzó la entrada de Wonder Woman, cuya película de origen salió al año siguiente. Con esto, tanto héroes como villanos quedan resumidos a estereotipos.

Falta de coherencia, problemas internos y atrasos

El DCEU solo concuerda en que todas sus películas –salvo Wonder Woman– han sido producciones caóticas; sujetas a reescrituras de guion, cambios en la narrativa, la filmación de escenas nuevas o, directamente, la eliminación de personajes demasiado violentos, como Joker ( Jared Leto), para cambiar el tono oscuro. Esta falta de coherencia es posiblemente el mayor de los problemas de la franquicia, ya que, aunque promete mucho y tiene los materiales y medios como para cumplir, no lo hace. Lo que acarrea que los nuevos proyectos se atrasen o queden en hiato.

El factor Arrowverse

No podemos olvidar el hecho de que el DCEU tiene en contra el hecho de tener que coexistir con el Arrowverse, una franquicia paralela aparecida en 2012 (un año antes que el DCEU), íntegramente ubicada en un multiverso alterno de DC, con sus personajes, estructura, ritmo y continuidad propios. Esta franquicia televisiva no es como las series de Marvel que están ligadas al MCU; el Arrowverse se maneja con sus propias reglas y ya tiene personajes mucho más desarrollados que coinciden con los del DCEU –como Flash y Superman–.

Es casi irónico que Warner sea también la responsable de esta franquicia, lo que nos lleva a pensar que podría haber sido mucho más efectivo (y fácil) traspasar el Arrowverse al cine, con una serie de películas. De esta forma, podría seguir usando las series para desarrollar las historias y presentar personajes, para finalmente realizar una película donde se lleve a cabo un gran conflicto. Similar a como paso en su momento con la series Star Trek, Dragon Ball Z o Firefly.

Pero, aunque vale la pena mencionarlo, esta fue más una movida empresarial que artística.

Entonces, ¿se puede salvar el DCEU?

El fracaso de Justice League (2017) fue un duro golpe para la franquicia. A eso debemos sumar los rumores de que Henry Cavill y Ben Affleck abandonarán próximamente a Warner; más la aparente cancelación de la película en solitario de Deathstroke (nada oficial, todavía); y el hiato indefinido a proyectos demasiado «ambiciosos», como The Batman o Flashpoint.

Así, todo parece apuntar a que el DCEU puede tener los días contados y la idea de hacer un reboot se vuelve más tentadora. Pero como Warner puso en marcha proyectos como Aquaman (2018) y Shazam! (2019) que, tras el estreno de la primera y el visionado de los tráilers de la segunda, parecen romper un poco toda la dinámica que presentó hasta ahora la franquicia, podría significar que el DCEU no esté completamente perdido, pero de seguro tendrá que plantearse varios cambios en los proyectos por venir.

Antes de ponerse a pensar en reiniciar la franquicia, hay que considerar que es posible que el DCEU se salve, pero para eso se tendría que pensar en dejar a Batman y Superman, los caballitos de batalla de Warner y DC, en un segundo o tercer plano.

Todo parece indicar que lo mejor es seguir la fórmula que Kevin Feige aplico con tanto éxito en el MCU: Usar personajes «no tan populares», para reinventarlos por el bien de la trama. Si nos remitimos a las pruebas, Wonder Woman, un personaje que nunca tuvo película propia, ya funciono.

Aquaman ya fue catalogada incluso antes de su estreno como lo mejor de DCEU; y el caso de Shazam! ya promete un poco más de comedia, a la vez que plantea una película con un héroe adolescente que descubre y disfruta de sus poderes.

Lo mejor, por el momento, es darle su tiempo a la franquicia para que se asiente, para que descubra su propio estilo y lo aproveche. El material en que se basa es fantástico y la tecnología actual permitiría crear películas igual de fantásticas.

Todo depende de la dirección que decidan tomar los productores y la libertad que les brinden a los artistas detrás de cámara.

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