Víctor Ramírez, empleado de una pizzería del centro comercial Allen Outlets, cuenta que en medio del tiroteo que cobró la vida de ocho personas llamó a su esposa y le pidió que cuidara de sus hijas si no lograba salir vivo del ataque. Mientras tanto, afuera del restaurante, el tirador se disponía a disparar, pero en ese momento Christian LaCour, un guardia de seguridad del lugar, llamó su atención y logró salvar la vida de Víctor y otros empleados de la zona. Lee aquí más información sobre el tiroteo en Allen, Texas, que dejó al menos ocho personas muertas.