El hastío desplazó al miedo: por qué la fatiga pandémica es el nuevo enemigo a vencer

Desde comienzos de marzo y en los sucesivos tres meses, Elena Nelson, de 57 años, no salió de casa salvo para trotar por su vecindario en un suburbio de Texas. Su esposo iba al mercado minutos antes de la hora de cerrar y hacía la compra en pocos minutos para limitar la exposición al aplanar la curva.
Hoy parece que aquello fue hace una eternidad y aunque apenas han transcurrido pocos meses, la familia entera ha retomado un alto grado de “normalidad”: viajes de trabajo, salidas con los amigos, partidos de fútbol e idas a tiendas han vuelto a formar parte de la cotidianeidad -aunque con máscaras de por medio-.
“Ya aquí estamos ‘ out and about’. Se siente bien”, ite a Univision Noticias esta ama de casa cuyo temor -aún latente- por el virus se ha visto sobrepasado por otra emoción: el hastío.
El mismo hastío que ha impulsado a millones a “soltar” y “seguir adelante con sus vidas”, algo que los expertos llaman “fatiga por la pandemia” y que podría ensombrecer aun más un invierno que apunta a ser el más deprimente en décadas.
Ya muchos países experimentan un preocupante repunte de casos impulsado, en parte, por el comportamiento laxo de la gente. Y convencerla de volver a replegarse ahora que vienen el invierno y las fiestas será más difícil, temen los expertos.
“Los ciudadanos han hecho sacrificios enormes. Ha venido a un alto costo que nos ha agotado a todos, independientemente de dónde vivamos o a qué nos dediquemos”, itió Hans Kluge, director de Europa de la Organización Mundial de la Salud en días recientes.
"El miedo ha sido remplazado por la fatiga"
“En la primavera prevaleció el miedo y un sentido de que estábamos todos en esto juntos. Ahora las cosas son distintas. El miedo ha sido remplazado por la fatiga”, dice al New York Times, Vaile Wright, de la Asociación Estadounidense de Psicología.
El problema es que, pese al cansancio, el simple hecho de ignorar al virus no implica que el riesgo se haya desvanecido. Si bien ha habido avances en el manejo y conocimiento de la enfermedad, el covid-19 sigue teniendo el potencial de desencadenar serias complicaciones en personas de cualquier grupo demográfico.
Aun no existe una cura' contra el covid-19, como esperábamos. La carrera por vencer al virus se ha convertido en un agotador maratón.
Y puede que estemos frente a la peor fase: se sabe que el virus se propaga fácilmente en lugares encerrados y muy concurridos y en el invierno habrá otras enfermedades respiratorias circulando, lo que podría colapsar de nuevo los hospitales.
Este viernes el mundo registró un nuevo récord de infectados por el coronavirus en un día: 506,570 casos. Estados Unidos también alcanzó su mayor cifra desde que empezó la pandemia: 83,757 .Más de 30 estados ven incrementos significativos.
En este contexto, la fatiga es un “lujo que como sociedad no podemos darnos”, recalcó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en una rueda de prensa en días recientes.
“Yo entiendo esta fatiga (…), la entiendo, pero si permites que la fatiga se apodere y no sigues las reglas, el virus se va a propagar. Es así de simple. Sabemos cómo controlarlo, pero no puedes cansarte cuando el virus no se cansa. El virus no tiene fatiga, el virus está vivo y bien y no baja su guardia, así que tampoco podemos bajar la guardia nosotros”, dijo.
Un mensaje similar al de muchos expertos en salud pública: “Estamos tratando de decirle a la gente que cambie su comportamiento y vuelva a distanciarse socialmente y que restrinja más sus interacciones con sus os. Ha habido un falso sentido de complacencia y ahora va a ser más difícil convencerlas”, explica al New York Times, Michael Landrum, un médico de Wisconsin que atiende a pacientes con coronavirus y que cuenta que muchos de ellos ya no saben dónde se contagiaron, lo que indica que ya hacen sus vidas sin restricciones.
Hay quienes argumentan que pedirle a la gente estos sacrificios por un tiempo tan prolongado simplemente es inviable y poco efectivo, por lo que proponen otro enfoque. “Una idea para reducir la fatiga por la pandemia: denle a la gente un descanso. Abran los parques, playas. Vayamos de trick or treat, permitan los deportes al aire libre. Dejar que la gente disfrute de los ambientes de bajo riesgo para que conserven energías para donde realmente importa”, sugiere la epidemióloga Julia Marcus en su cuenta de Twitter.
Cómo lograr que personas como Helena Nelson vuelvan a replegarse es el gran reto.
De lo que no queda duda es que ceder ante la “fatiga por la pandemia”, juega a favor de la propagación del virus. En palabras del director del departamento de salud pública del condado Harris de Houston al Texas Tribune: “Puede que estemos cansados del virus, pero el virus se ha cansado de nosotros”.
Cómo combatir (y aliviar) la fatiga por la pandemia
Waile Wright, psicóloga clínica de la Academia Estadounidense de Psicología, explica a Univision Noticias que lo primero que hay que hacer para aliviar la fatiga por la pandemia (y combatirla) es retomar las prácticas básicas de bienestar.
“ Cuando muchas personas se sienten fatigadas, empiezan a descuidar mecanismos de comportamiento saludables. Así que si ocurre hay que reenfocarse en lo básico: alimentación saludable, buenos hábitos de sueño, ejercitarse y conectarse socialmente”.
Otra recomendación es planificar: “Identifica una nueva destreza que te gustaría aprender como tocar guitarra lo que podrías hacer mediante lecciones en YouTube. A medida que las temperaturas bajen, planea cómo puedes extender tu tiempo al aire libre”, dice Wright, quien también aconseja ponerse creativo con la tecnología. “En vez de una reunión de zoom, usa esa herramienta para planes más interactivos como cocinar juntos o un club de lectura”.
Estos otros pasos también pueden ayudarte: