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Donald Trump

Por qué Trump hace campaña en estados demócratas a pocas semanas de las elecciones

Muchos observadores están sorprendidos porque el expresidente vaya a tener eventos de campaña en estados que no están en competencia y que no tiene posibilidad de arrebatarle a Kamala Harris, pero reconocen que lo que a muchos parece perdida de tiempo y recursos puede darle resultados y ayudarlo en la ruta a la Casa Blanca.
Publicado 11 Oct 2024 – 11:26 AM EDT | Actualizado 11 Oct 2024 – 11:26 AM EDT
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Donald Trump es un político al que le gusta romper con el decálogo del comportamiento lógico que todo aspirante a un cargo público debe tener. Hace cosas que otros no harían y, sin embargo, parece que, si bien no le dan rédito, tampoco lo afectan demasiado.

Pero algunas cosas que prevé hacer en esta recta final de la campaña asombran a muchos analistas, incluso los más acostumbrados a las salidas del expresidente.

Trump dedicará tiempo precioso de estas últimas semanas de la campaña para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre para realizar eventos en estados en los que no tiene posibilidades matemáticas (ni históricas) de ganarle a Kamala Harris.

Por eso la pregunta que se hacen muchos observadores -y con seguridad en la campaña demócrata- es ¿qué busca Trump haciendo campaña en Colorado, California, Illinois y Nueva York, considerados sólidamente demócratas, en vez de dedicarse al puñado de estados péndulo donde se supone que se va a definir la elección.

La exitosa experiencia de Trump en 2016

La respuesta puede ser sencilla: primero, lo hace porque quiere y porque sabe que ciertas extravagancias en la carrera electoral resuenan tanto en los medios, que termina ampliando su alcance a nivel nacional.

Por ejemplo, en California o Nueva York, Trump va a hablar de problemas locales, pero con seguridad tocará asuntos de interés general, como la marcha de la economía o la seguridad fronteriza. Y de paso, puede usar las localidades para proyectar el “desastre” que según él son esos estados “liberales”.

Mientras tanto, Kamala Harris, realizando una campaña más tradicional enfocada en resultados para el Colegio Electoral que seleccionará al próximo presidente, sigue dedicada a visitar Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, estos últimos tres estados del llamado “Muro azul” que Hillary Clinton perdió ante Trump en 2016 y que Joe Biden recuperó por pequeños márgenes en 2020. Hoy las encuestas indican que cualquiera podría llevárselos.

En 2016, Trump llevó la campaña a apartados rincones rurales, donde tenían mucho tiempo sin ver a un candidato a la presidencia. Entonces, la ortodoxia electoral cuestionó que el republicano perdiera tiempo y recursos en eventos de ese tipo. Al final, parece haberle resultado, a juzgar por cómo los demócratas perdieron en zonas que le eran tradicionalmente fieles, como Wisconsin.

En ese punto, hay quienes dicen que la elección de 2016 no la ganó Trump sino que la perdió Clinton, y ofrecen como muestra el hecho de que la demócrata ganó el llamado voto popular por unos 3 millones de votos más que el republicano, pero que perdió el Colegio Electoral al perder por unos pocos miles de votos en Wisconsin, Michigan y Pensilvania.

En los análisis posteriores a la derrota, los demócratas reconocieron que la campaña de Clinton se equivocó al no dedicarle tiempo a Wisconsin, confiados en la “lealtad azul” del estado, que terminó perdiendo por 0,77% de los votos.

Otras maneras en las que Trump puede ayudar a los republicanos

Hay que aclarar que Trump ha dedicado esfuerzo a trabajar esos estados péndulo donde se espera que se decida el próximo ocupante de la Casa Blanca, pero la curiosidad surge de parte de quienes consideran que deberían estar poniendo toda la leña en esos objetivos.

Por eso, otro aspecto que puede ayudar a explicar la estrategia de campaña puede ser ayudar a impulsar candidaturas republicanas a la Cámara de Representantes, sobre todo en distritos de California y Nueva York que lograron arrebatarles a los demócratas en las elecciones de mitad de período de 2022 y en los que están en una reñida carrera.

Coincidencialmente, esos dos estados están entre las mayores fuentes de financiamiento de las campañas electorales en EEUU. Los candidatos suelen ir no tanto a hacer campaña sino a cortejar potenciales donantes.

Y una posibilidad adicional es que Trump haya recuperado la confianza en la victoria este noviembre, luego de que se asentara el panorama electoral tras la irrupción e inyección de energía que significó Harris como abanderada del Partido Demócrata y que lo desplazó por unas semanas del centro de la atención del público.

Si ese fuera el caso, no es descartable que el político heterodoxo que es Trump haya decidido que puede ganar más en esas visitas a lugares inesperados y seguir rompiendo el molde a los expertos sobre cómo se hacen campañas presidenciales ganadoras.


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